El desaparecido sociólogo e histórico asesor del PP Pedro Arriola inventó una estrategia bien curiosa para cuando el entonces presidente Mariano Rajoy se metía en ... un berenjenal político, y a decir verdad que el dirigente gallego se vio envuelto en más de una tormenta política. Arriola, que también asesoró a Aznar, solía recetar a sus clientes en momentos de zozobra una bajada de pulsaciones o una especie de hacerse el muerto político. El politólogo sevillano llegó a definir esta estrategia escapista como una teórica interpretación de los tiempos. Y en cierta manera, y salvando las distancias, el lehendakari Pradales parece que quiere sortear las controversias con el menor ruido posible y ganar tiempo para que con el paso de los días la polémica migratoria amaine y no erosione la cohesión de su gobierno. En el caso de su apuesta por la vía Ezkio en una entrevista que concedió a este periódico también aguantó en silencio el tirón de orejas del líder del PSE, Eneko Andueza, a la sazón socio del gobierno de coalición que lidera. En los choques de trenes Pradales prefiere mantener una postura prudente y es su partido, el PNV, quien se encarga de replicar al PSE para preservar la figura del lehendakari en el Gobierno Vasco.

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Sin embargo, sorprende que después de cinco días el lehendakari no haya explicado, matizado o detallado en persona lo que en realidad quería decir con sus famosas preguntas sobre qué tipo de migración necesita Euskadi y qué tipo de migración se está recibiendo. En un tema tan sensible como el migratorio, en el que Pradales y Sánchez están en sintonía desde el minuto uno, no hubiera estado de sobra que el propio lehendakari aclarase sus palabras y actuase de cortafuegos frente los socialistas y ante la opinión pública en general. Hacerse el muerto en política puede ser efectivo en algunas ocasiones, pero no en todas.

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