Javier de Andrés, candidato a presidente del PP vasco

«El PP será clave para centrar a un PNV que se ha escorado a la izquierda, donde está cómodo»

– Nos ha citado en el palacio Igartza de Beasain, usted que es de Vitoria. ¿Por qué?

– Es un conjunto muy representativo del País Vasco, reúne ferrería, molino, sidrería, palacio e incluso ermita. Conocí este lugar por mi mujer, que es de Beasain. Pero es que además descubrí que tenía una vinculación familiar porque mi segundo apellido, Guerra, proviene de Urretxu y un antepasado mío contrajo matrimonio con María Anduaga de Igartza. Me gusta esta conexión histórica.

– Estos últimos años ha estado en un segundo plano. ¿Cómo le convenció Feijóo para volver al rifirrafe vasco?

– No fue Feijóo, con él no hablé hasta que el tema estuvo maduro. Quienes me animaron a presidir el PP vasco fueron mis compañeros en Euskadi.

— ¿Cómo ha encontrado el partido? La llegada de su antecesor, Carlos Iturgaiz, se produjo en un momento de crisis interna.

– Hemos vivido años complicados, especialmente tras aquella decisión de incorporar a Ciudadanos. Ahora estamos en un momento distinto, con una dirección nacional que sintoniza mucho mejor con el PP vasco. Feijóo ha desarrollado su vida política en Galicia, una autonomía histórica, también con dos lenguas y un arraigo potente. De ahí que haya una sensibilidad que encaja mucho mejor con la gente del PP vasco.

– ¿Va a incorporar a guipuzcoanos a su núcleo de dirección?

– Sin lugar a dudas. En Gipuzkoa ha surgido un equipo nuevo, con perfiles jóvenes muy interesantes y vinculados a esta tierra.

– ¿En quiénes está pensando?

– En la presidenta de Gipuzkoa, Muriel Larrea; el portavoz en las Juntas Generales, Mikel Lezama; el portavoz en el Ayuntamiento de San Sebastián, Borja Corominas y en una incorporación interesantísima, Joana Arce.

– Su primer examen será como candidato a lehendakari. ¿Las elecciones se adelantarán?

– Parece que serán en marzo, porque ya nos han dicho que no quieren que coincidan con las europeas. La otra alternativa sería el verano y supongo que no se les ocurrirá ponerlas en esas fechas.

– ¿El objetivo será recuperar los votos que se fueron al PNV?

– Lo que nos corresponde es estimular a mucha gente para que vean que en el País Vasco hay una fuerza capaz de influir en la política en un sentido distinto al de ahora. En la actualidad casi existe un modelo único porque el PNV forma parte de un modelo de izquierdas y socialista. Ahí se sienten cómodos.

– ¿El PNV es socialista?

– Mira con quién votas y te diré quién eres. El PNV ha incorporado siempre a partidos de izquierdas al Gobierno Vasco. Por ahí han pasado el PSE, Alternatiba. Izquierda Unida, EA... Algunos de estos grupos ahora están dentro de EH Bildu. El PNV jamás ha gobernado con el PP ni con ningún otro partido de centroderecha.

– Se propone estimular a los ciudadanos para que les voten. ¿Cuál es su fórmula?

– Hay una parte amplia de la sociedad que no comparte la situación actual. Por ejemplo, todos los partidos vascos excepto el PP han secundado el modelo social de Irene Montero y a mí me cuesta creer que los ciudadanos lo acepten. Lo mismo pasa con la política económica. Aquí ha habido una asunción del modelo socialista muy negativo para los intereses de los vascos. Necesitamos un sistema económico distinto, el que nos ha dado éxitos industriales, éxitos que no han venido desde la izquierda sino confiando en el mérito y en el trabajo. Un modelo alejado de las subvenciones y el clientelismo. Tanto los nacionalistas como los socialistas se basan en modelos idealizados que no existen. Nosotros representamos a la Euskadi real, a la que funciona.

– Urkullu representa a un nacionalismo tranquilo. ¿Si se presenta a la reelección, será difícil para usted apelar a ese voto moderado?

– Es verdad que las formas de Urkullu son amables, pero la ideología con la que gestiona nos lleva a lugares inadecuados. Muchos de los problemas que estamos viendo, por ejemplo, en Sanidad, se deben a una ideología nacionalista que limita la atracción de profesionales cualificados a Euskadi. Por el contrario, nuestros jóvenes preparados se van. Lo mismo pasa en Educación, con datos negativos en los resultados de los estudiantes. Si ponemos el foco en la economía, hemos perdido peso en España. Todo esto no es casualidad, sino el resultado de una gestión ideologizada del PNV.

– En 2001 obtuvieron sus mejores resultados con 327.000 votos y 19 diputados en el Parlamento Vasco. En 2020, 60.650 y seis escaños. ¿A qué atribuye este declive?

– En aquellas elecciones hubo un 80% de participación y en las de 2020 un 50%. No cabe otra que estimular a los ciudadanos y convencerles de que las autonómicas son muy importantes y de que el PP debe jugar un papel esencial para centrar a un PNV que se ha escorado mucho a la izquierda.

– ¿Su papel es centrar al PNV?

– Mi papel es influir en las decisiones políticas y eso lo podemos hacer en el Parlamento Vasco en una orientación que no es la del PNV que va de la mano con el PSE, Podemos y. Bildu. El alineamiento del PNV nos ha llevado a que ya no seamos la comunidad con menos desempleo de España, a que estemos a la cola de inversión extranjera, a que se vayan muchísimas empresas... La alternativa solo la ofrece el PP.

– ¿Se ofrecerían a formar gobierno con el PNV en Euskadi?

– Doy por descontado que el PNV seguirá prefiriendo a partidos de izquierdas.

– ¿Y si el PNV se lo propusiera?

– No va a pasar. El PNV no va a cambiar.

– Los últimos resultados del PP en Euskadi revelan que están al alza pero ¿la pugna entre el PNV y EH Bildu les puede perjudicar?

– Si hay una pugna entre ambos será para 'quítate tú que me pongo yo', pero no para discutir sobre elementos trascendentes de la economía vasca, porque están haciendo los mismo. Los dos han votado los presupuestos de Sánchez y las leyes de Montero. Realmente no hay una divergencia sustancial, coinciden en todo.

– ¿Ha llegado la hora de que el PP module el discurso de la resistencia frente a ETA para acentuarlo en los ámbitos de gestión?

– El discurso ético ha sido fundamental para encauzar el final de la violencia y sigue siendo necesario para enriquecer el sentido de la libertad en Euskadi, que todavía tiene cierto recorrido. Pero también es verdad que se plantean problemas nuevos, como la radicalidad de la izquierda que desde 2008, liderada en España por Podemos y en Euskadi por Bildu, está atrayendo hacia sí a formaciones antes alejadas de ellos, como el PSOE o el PNV. Esto nos coloca en la posición de defender un modelo más centrado.

– ¿Existe alguna posibilidad de acercamiento con el PNV?

– Me da la sensación de que cada vez menos. El PNV ha demonizado la centralidad. Ya no se puede reconocer en ese espacio. Han encontrado su acomodo y su cuota de poder alineándose con la izquierda y eso les condiciona.

– ¿El PP es el único partido de centro en Euskadi?

– Sí, a no ser que votar permanentemente con EH Bildu, Podemos y ERC sea ser de centro.

– ¿Formar gobiernos con Vox es ser de centro?

– En Euskadi no hemos pactado nada con Vox. Además, si esos pactos eran tan malos, el PSOE siempre tuvo la oportunidad de llegar a acuerdos con el PP y no lo quiso hacer.

– EH Bildu está al alza y en Gipuzkoa es la primera fuerza. ¿Le sorprende?

– Sí, porque su modelo va en contra de una tradición vasca basada en el mérito. EH Bildu no cree ni en el mérito ni en el esfuerzo que ha traído éxitos a los vascos. Tienen un modelo socialista.

– ¿Le pareció bien que el PP prestara un voto al PNV para que Eider Mendoza fuera diputada general en lugar de Maddalen Iriarte?

– Sí, fue un posicionamiento ético del PP, pero también es verdad que si esa decisión se toma para que luego el PNV haga lo mismo que hubiera hecho Iriarte, entonces cabría replantearse nuestra posición en el futuro.

– El voto fue gratis. ¿El PP debería haber exigido algo a cambio?

– Lo que nos corresponde es ver si tenemos capacidad de influencia en un Gobierno que está en minoría y a partir de ahí comprobaremos si acertamos con aquella decisión.

– ¿Harán una oposición constructiva en Gipuzkoa?

– Sí, pero para impulsar el proyecto que creemos positivo para el territorio.