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Ander Barrenetxea se somete este martes en Turku (Finlandia) a una intervención quirúrgica que espera convertir en punto y final a sus males de salud. Se cumplen cuatro meses desde que se empezara a torcer una temporada de arranque prometedor que apuntaba a ser la de su explosión como futbolista. El 11 de septiembre no viajó a Cádiz por problemas de lumbalgia. Nadie se imaginó entonces que aquella dolencia le llevaría a perderse diez partidos en dos tandas de cinco. Y mucho menos que cuando la consiguiera dejar atrás le llegaría otra lesión, aún más grave, en los isquiosurales, con quirófano y larga recuperación posterior.
El doctor Lasse Lempainen, del Hospital Mehiläinen, tiene el cometido de curarle y extirpar estos meses de infortunio. La Real ha querido enviarle a Finlandia por la garantía que ofrece este especialista en lesiones musculares graves y por cuyas manos ya han pasado los futbolistas del Barcelona Ousmane Dembelé y Sergi Roberto así como Leonardo Spinazzola, defensa de la Roma e internacional absoluto con Italia. Esta vez tratará de reconstruir «una lesión severa, con afectación tendinosa, a nivel proximal de la musculatura isquiosural del muslo izquierdo», tal y como reflejó la Real en el parte médico de Barrenetxea. En palabras coloquiales, «una lesión fea», avanzó Imanol. El donostiarra viajó el domingo y espera regresar a casa mañana o pasado.
Por delante le esperan varios meses de puesta a punto en los que tiene tantos motivos para lamentarse por un tercio de año plagado de interrupciones como para ilusionarse con un proyecto que ha demostrado haber apostado decididamente por él. Lo dicen los datos. Imanol ha confiado en sus recursos de extremo cada vez que ha estado disponible: tanto en el inicio liguero como cuando sus molestias le han dado un respiro.
Salió en la segunda parte del encuentro inaugural del Nou Camp y causó una grata sensación, lo que le llevó a ser titular en los dos siguientes. Fue uno de los jugadores más incisivos en la victoria contra el Rayo (1-0) y marcó el gol de la victoria contra el Levante (1-0). Su protagonismo, con 19 años, invitaba a pensar en un gran curso.
El dolor, primero físico y luego de cabeza, empezó hoy hace cuatro meses. Regresó del parón de septiembre con la sub-21 con un edema óseo en una vértebra. «La vuelta a sus actividades habituales dependerá de la evolución del cuadro clínico», decía entonces el parte médico de la Real. Y la evolución parecía permitir al jugador volver a finales de septiembre, de manera que el día 30 reapareció con 19 minutos en el decisivo choque contra el Mónaco y cuatro días más tarde saltó media hora larga en Getafe. Pero la progresión se quedó allí. Sus dolencias de espalda le acarreaban problemas musculares y tuvo que volver a parar.
Tras un buen trabajo con los readaptadores, un mes y cinco partidos después volvió el 4 noviembre contra el Sturm Graz, con 25 minutos. Confirmó aquel día su plena recuperación y desde entonces Imanol ha contado con él en todos los partidos –a excepción del de Zamora debido a un golpe– hasta su desgraciada lesión en Mendizorroza el pasado 2 de enero.
Pese a los dos periodos de ausencia y la consiguiente falta de continuidad, los números avalan su importancia en el equipo en noviembre y diciembre. El día 7 noviembre ya fue titular contra Osasuna. Llegó seguido un nuevo parón y también arrancó el siguiente bloque en el once inicial el día 21 contra el Valencia. En Mónaco (25 noviembre) disputó toda la segunda parte, que encadenó con 30 minutos contra el Espanyol tres días más tarde. Volvió al once contra el Panadería Pulido el 1 de diciembre, jugó 30 minutos contra Real Madrid el día 4, otros 20 el día 9 ante el PSV, y fue de la partida el 12 contra el Betis. 37 minutos contra el Villarreal y otra titularidad más ante el Alavés cierran el ciclo.
Recapitulando, desde que se recuperó de los problemas de espalda ha participado en once partidos de manera consecutiva, con cinco titularidades incluidas. Los números confirman que el cuerpo técnico ha considerado que a Barrenetxea le ha llegado la madurez para dar un paso adelante, aún teniendo 20 años. La cuenta atrás para volver a verle sobre el césped se activa este martes en un hospital de Finlandia.
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