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Nos quedamos helados con el gol del Viktoria en Pilsen. Siempre digo que si no puedes ganar un partido en 85 minutos, al menos no ... lo pierdas en el tramo final. La Real vio que podía ganar merced a la sensación de dominio que transmitía su juego pero se desorganizó algo en defensa y nos pillaron a la contra para perder contra un rival que era inferior. Un mazazo por el momento en el que llegó y por lo que demostraron uno y otro equipo.
Ahora llega a Donostia un Barcelona imparable con jugadores que parecen haber recuperado el nivel que habían perdido con Xavi. Les veo jugar con alegría y atrevimiento, pero como todos los equipos también tiene puntos débiles que hay que aprovechar. Todos estos jugadores que son superclases tienen como faro a su técnico Flick, que es el gran artífice de los éxitos obtenidos. Está sacando el máximo rendimiento hasta de jugadores como Iñigo Martínez, que ha renacido de sus cenizas y se ha convertido en un pilar fundamental para el técnico alemán. Éste ha conseguido gracias a un trabajo físico bien planificado elevar el nivel técnico que tenían jugadores como Lewandowski, que marca como antaño en su mejor época del Bayern de Múnich. Lamine Yamal y Raphinha desbordan con facilidad e incluso Ansu Fati puede ser ese jugador que enamoró antes de sus lesiones. En el centro del campo tiene 'overbooking' de calidad con Pedri, que vuelve a ser el referente, De Jong, Fermín, Gavi y Casadó, la gran revelación. Tener contentos a todos no es fácil, pero de momento lo está consiguiendo.
Como diría Ormaetxea, hay que atarse los machos, saber sufrir y trabajar hasta el último aliento. Como premisa, estar firmes atrás. Los defensas que sean defensas de verdad y, a partir de ahí, siempre tendremos ocasión de hacer gol. Si nos confiamos y jugamos alegremente al ataque, donde muchas veces se ataca sin mirar el retrovisor, el Barça nos pasará por encima. Evitar esas contras que ante el Barcelona serán más peligrosas que frente al Viktoria Pilsen, será importante. La Real tiene que resetearse, recuperar la fe y no darse por vencida de antemano. Conociendo a Imanol, seguro que sabrá competir bien.
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