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Asociamos el 31 de diciembre al fin de año, a las campanadas, a los cotillones o a las sansilvestres, pero no al fútbol. Se trata de algo casi contra natura. Como poco, contrario a los usos y costumbres. Pero lo cierto es que esta temporada, por tercer año consecutivo, habrá jornada liguera antes de pasar la última hoja del calendario y la Real, como lo fue en 2020, volverá a ser protagonista de uno de esos encuentros, el que le enfrentará este sábado a Osasuna en el Reale Arena.
Ir al fútbol un 31 de diciembre parece algo nuevo, una de tantas ocurrencias que se tratan de introducir para aumentar el volumen de negocio. Una suerte de Halloween, Black Friday o Ciber Monday balompédico con el que tarde o temprano terminaremos tragando. Pero no. Jugar en Nochevieja es algo tan antiguo casi como el fútbol. La Real ya lo hizo hace 89 años y este 31 de diciembre lo hará por novena vez en su historia.
El primer partido de la Real en Nochevieja se remonta a 1933, cuando el club se llamaba Donostia por aquello de la República que dos años antes había obligado a a eliminar el nombre de Real de cualquier denominación. Aquel fue un encuentro disputado en Atocha frente al Oviedo y en el que los txuri-urdin, sobre un barrizal, vencieron por 3-1 con tantos de Labarta y Ángel Ortega (2).
Seis años más tarde la Real volvería a jugar en fin de año. Fue en Las Llanas, ante el Sestao, en Segunda División y los de Sebastián Silveti ganaron por 1-2 con tantos de Fernando Terán y Epi que permitieron a los donostiarras entrar en la década de los 40 como líderes de su grupo.
Pero la escuadra donostiarra no solo ha disputado encuentros del campeonato liguero un 31 de diciembre. En 1944 jugó en Riazor el partido de ida correspondiente a la primera ronda de la Copa del Generalísimo que se saldó con un empate sin goles que no impidió que tres semanas más tarde lograra su clasificación en casa tras imponerse por 3-0.
En 1950, Atocha despidió el año por todo lo alto con un duelo entre la Real y el Barcelona en el que el equipo dirigido por Benito Díaz, que en la primera jornada había perdido por 8-2 en Les Corts, se impuso por 3-1 con goles de Epi (2) y Pérez, en un encuentro en el que ambos equipos terminaron con diez jugadores por las expulsiones de Pérez y Biosca. Aquella campaña la rivalidad entre ambos clubes fue enorme, llegando a disputar los dos la final de Copa en la que vencieron los culés (3-0) luego de haber eliminado los txuri-urdin en semifinales al Real Madrid.
No fue hasta 1966 cuando la Real volvió a jugar en San Silvestre. El rival, el Calvo Sotelo. ¿Les suena, verdad? Ganaron los donostiarras en Atocha por 3-1 con tantos de Cacho, Arregui y Urreisti y casi cinco meses después, ante el mismo rival en Puertollano, se lograría el regreso a Primera División tras el recordado 2-2.
Repitió la Real, ya en Primera División, en el cierre de 1967, de nuevo en casa y ante el Elche que dirigía Alfredo di Stéfano, al que goleó por 5-0. Antes del comienzo del encuentro saltaron al césped los supervivientes del equipo de 1929 para conmemorar el primer tanto txuri-urdin en Liga, obra de Paco Bienzobas, y el gol número mil que días antes había marcado Urreisti. Como curiosidad, ambos futbolistas se entregaron trofeos conmemorativos que sirvieron como prolegómeno a los tantos de Arambarri (3), Arzak y Canós, en propia meta.
Dieciséis años tardaría la Real en volver a jugar en fin de año. Fue otra vez en Atocha y ante el Athletic de Bilbao de Javier Clemente que, en un mal partido txuri-urdin, se llevaría el triunfo gracias a un gol de Estanis Argote que puso así fin a una racha de 22 años sin vencer en feudo realista en su camino hacia un título de Liga que conquistarían meses más tarde tras vencer a los de Ormaetxea en la última jornada.
Aquel derbi, en el que Iñaki Alkiza impuso la insignia de oro y brillantes del club a José Luis Orbegozo, estuvo rodeado de una gran polémica debido a que Euskal Telebista ofreció en directo el encuentro pese a que era Televisión Española quien tenía los derechos del campeonato liguero. Desde la Federación Española de Fútbol se señaló a la Real como culpable de permitir que el ente vasco entrara en Atocha y ofreciera el encuentro, aunque desde la entidad txuri-urdin se echaron balones fuera señalando que había sido el Ayuntamiento de San Sebastián, propietario de la instalación, quien había abierto las puertas del campo a Euskal Telebista.
El último precedente es bien reciente y de grato recuerdo. Fue el último día de 2020, ya en pandemia, cuando la Real derrotó al Athletic en un nuevo San Mamés vacío gracias a un gol de Cristian Portu que terminó con una racha de seis jornadas ligueras sin conocer la victoria, permitiendo que el conjunto realista se afianzara en la tercera plaza de una clasificación en la que los rojiblancos quedaron a solo tres puntos de los puestos de descenso.
Y es que jugar un 31 de diciembre no se le da nada mal a la Real que ha ganado en seis ocasiones, sumando además un empate y una única derrota.
Este sábado, de nuevo, la afición txuri-urdin tendrá la oportunidad de decir adiós a su equipo antes de despedir el año con la esperanza de hacerlo con tres puntos más en el casillero que refuercen su privilegiada tercera posición, y el anhelo de que lo que venga sea aún mejor que lo vivido, que no será poco.
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Mateo Balín y Sara I. Belled (gráficos)
Jesús Falcón | San Sebastián y Javier Bienzobas (Gráficos) | San Sebastián
Mikel Calvo e Izania Ollo (Gráficos) | San Sebastián
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