Ana Pereira y Manuela Cantón, camarera y propietaria de la taquería Santo Remedio de la calle Fermín Calbetón, posan tras los altercados de anoche. Iñigo Royo
Altercado en la Parte Vieja

Así empezó la pelea entre aficiones en Donostia: «Un ladrón tropezó con los del Tottenham y estos pensaron que era del United»

«Fue un buen susto y sobre todo un gran destrozo», aseguran hosteleros de la calle Fermín Calbetón de la Parte Vieja tras el altercado entre aficionados en la previa de la final de la Europa League

Miércoles, 21 de mayo 2025, 14:35

Los hosteleros de la calle Fermín Calbetón de la Parte Vieja donostiarra han amanecido con el susto aún en el cuerpo tras los altercados vividos en la noche de ayer entre hinchas ingleses del Tottenham y Manchester United, desplazados con motivo de la Final de la Europa League que se celebra hoy en Bilbao. Ana Pereira, camarera de la taquería mejicana Santo Remedio se encontraba trabajando cuando «empezamos a atender a muchos de estos extranjeros, y todo iba bien hasta que vimos cómo empezaron a volar cristales. Comenzaron a lanzar botellas unos a otros de la nada», narra. «Nos quedamos asustados y decidimos cerrar con los clientes que teníamos dentro para evitar cualquier altercado», añade.

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Una vez calmada la reyerta, Ana fue consciente de que «utilizaron y tiraron una de nuestras mesas, en algún vídeo se puede ver que anduvo por ahí», cuenta apenada mientras se apoya ligeramente sobre el mueble que, a consecuencia de los golpes, ahora se tambalea con más facilidad. «Nos hemos llevado tremendo susto. Fue un destrozo».

Los establecimientos de la calle Fermín Calbetón fueron los más afectados. Teco Asensa, encargado del bar Loretxu Gastrotaberna, señala que «todo iba bastante bien hasta que en un momento determinado las dos hinchadas comenzaron a pelearse». Sin embargo, Asensa señala que «aparentemente no fue una pelea entre los aficionados ingleses, sino que un robo ocasionado por dos personas» generó confusión entre los ingleses.

«Unos aficionados pensaron que los de la otra banda mandaron robar y la pelea fue tan pesada que sobre las 21.15 horas de la noche cerramos la persiana porque estaban tirando todo lo que había: mesas, botellas...». Durante «veinte o treinta minutos estuvimos con la persiana cerrada». Por suerte «nuestro mobiliario no se vio afectado», señala. Es más, «uno de los hinchas ingleses resguardó la mesa que teníamos fuera, para que no se la tiraran entre ellos, y la guardó» en un establecimiento contiguo.

«Un robo ajeno ocasionó confusión entre los hinchas»

Y es que los bares de la Parte Vieja donostiarra no son ajenos a este tipo de altercados, por lo que algunos establecimientos fueron previsores y «a eso de las 19.30 horas recogimos la terraza para evitar destrozos», han apuntado este miércoles. Este altercado ha sido, sin duda, el tema de conversación entre vecinos y colegas de profesión de la zona.

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Aitor Narbaiza se encontraba «tomando algo» por la zona cuando se inició la pelea. «Por lo que comentan los hosteleros, el conflicto empezó porque un ladrón se coló entre los hooligans e intentó robar a uno de ellos. Estos fueron detrás de él y le golpearon. Entonces se unió la otra hinchada, pensando que se estaban pegando entre los dos bandos».

Un hostelero de uno de los bares más afectados por el altercado, que prefiere mantener el anonimato, asegura que vio «cómo empezó todo». Su historia coincide con la de Narbaiza. Es más, él asegura que «las dos aficiones estaban bien separadas, cada una en un lado de la calle». La pelea comenzó cuando «uno de los magrebíes que andaba entre los hinchas le robó a un aficionado del Manchester. Salieron corriendo tras él para recuperar lo que le habían robado, y el magrebí se resbaló y cayó a los pies de la afición del Tottenham», aclara. «Los del Tottenham se pensaron que la otra hinchada iba a atacarles». Eso fue «una batalla total», describe.

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Al ver la magnitud de la trifulca, este hostelero salió «rápidamente a intentar guardar la vajilla, al menos. La conseguí meter dentro, y cuando volví a tratar de recoger la mesa ya no me dio tiempo, era demasiado tarde». Su mesa ya estaba volando por los aires. «No me la quise jugar, así que cerré la persiana y nos refugiamos dentro. Les dije a los clientes que no salieran». Le costó recuperar el mueble incluso cuando ya pasó todo y la situación estaba bajo control. «Fue un vecino el que me señaló, desde el balcón, dónde estaba. La encontré a unos 100 metros». Aunque la mesa se sostiene en pie, la tabla de madera y las patas están completamente despegadas y el mueble ha quedado inservible. Con todo, este camarero añade que «a diferencia de otros días, ayer no nos pareció ver mucha presencia policial, al menos no hasta que ya estalló todo».

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