Secciones
Servicios
Destacamos
PATRICIA RODRÍGUEZ
Domingo, 21 de noviembre 2021
Nunca llueve a gusto de todos y como era de esperar, el anuncio del cierre del Centro de Donostia al tráfico privado en 2023 ... ha causado reacciones encontradas entre los principales colectivos afectados. Hay quienes aplauden la propuesta, como es colectivo de ciclistas Kalapie; quien la considera «obligada» pero sin obviar las afecciones que van a tener los comercios de la periferia, como exponen desde la Asociación Barrio San Martín y la posición menos conciliadora la muestra el RACVN, que no comparten la medida.
«La propuesta es ambiciosa y obligada, y aunque es un tema controvertido, pensamos que por responsabilidad medioambiental es algo que tiene que hacerse, además de que es una oportunidad para recuperar los espacios urbanos libres de ruido y emisiones». Dicho esto, el secretario de la Asociación Barrio San Martín, Ignacio Barayazarra, no pasa por alto que el cierre del Centro al vehículo particular va a traer consigo «riesgos y problemas. Esto nos afecta directamente como barrio San Martín, que estamos en el borde de esa nueva almendra que van a ejecutar». En este sentido, les «preocupa» que «se trasladen los problemas de movilidad y de tráfico a los bordes de la zona que cierra el Centro».
Vechículo privado En 2023, fecha límite para que Donostia cuente con zonas de bajas emisiones, el al Centro estará limitado. Podrán acceder unicamente el transporte urbano, residentes y vehículos autorizados.
Transporte urbano Se potenciará con la nueva pasante del Topo y las conexiones con dbus y dbizi.
Bicicleta Se crearán nuevos enlaces, como el posible nuevo bidegorri en la Avenida de la Libertad.
Peatón Será el rey en este nuevo esquema de movilidad urbana. Las calles Larramendi, Hernani y parte de Easo son algunas que se peatonalizarán.
Un segundo aspecto que inquieta es que potencie solo al Centro. «En una actuación como esta, para el Centro es la bomba pero para los bordes como San Martín, Amara o Amara Viejo quizá no es tan buena oportunidad desde el punto de vista económico y de negocio», cuestiona Barayazarra, que cree que «hay muchos puntos a tratar», por ejemplo, cómo se van a distribuir las zonas de carga y descarga para esos negocios que están en la periferia. También habrá que estudiar si se dejan «refugios de aparcamiento para acercar, por ejemplo, a una persona mayor a un establecimiento o viajeros con maletas y a su vez crear unos itinerarios peatonales que permitan que ese flujo de gente que aparca a las afueras vaya transitando por las zonas perimetrales de una forma dinámica hasta el Centro. Por ejemplo, son muy importantes las actuaciones que quedan por hacer en la Plaza Zaragoza, en Zubieta y en la Plaza Zubiri, que en estos momentos hace falta». Barayazarra asume que «vamos a sufrir, porque esta reurbanización va para largo y además las obras del metro nos están haciendo mucho daño, pero hay que pensar a medio-largo plazo».
En la asociación de ciclistas urbanos Kalapie ven «positiva» la intención de limitar el uso del coche en el centro de la ciudad y darle más prioridad al peatón y al ciclista con la creación de nuevos enlaces, como el futuro bidegorri proyectado en la Avenida de la Libertad. «Nos parece perfecto», valora Gorka Hoyos, miembro de la asociación donostiarra. Considera un «fracaso» la solución actual al «intentar meter las bicis con vehículos y buses» en esta vía tan transitada. Sin embargo, señala que «hay ciertos puntos críticos que quedan en el aire, como el tema de los parkings privados». Es el primer aspecto que suscita cierto recelo entre este colectivo, ya que «los parkings se tienen que seguir explotando y de alguna forma el coche seguirá, aunque de forma restringida, accediendo hasta el Centro. Nos parece contradictorio que quieran limitar su uso y luego hagan un parking soterrado en San Bartolome o un enlace de entrada de Marrutxipi desde la Variante». Otro fleco pendiente dentro de este nuevo mapa de movilidad es «la reducción de la velocidad. ¿Cómo se va a hacer», se pregunta Hoyos, que continúa con la lista de 'peros'. «En cuanto a la red de bidegorris, –unos 70 kilómetros en Donostia– echamos en falta más en el extrarradio. Hacen falta unas conexiones al Polígono 27, a Miramon, salida de Marrutxipi...». Como propuesta a esa «Donostia futura», plantean reconvertir la entrada a la ciudad por el río en una zona «más amable para el peatón. El río tiene que ser una zona libre de humos y coches y el paseo Bizkaia es una autentica autopista».
«No compartimos la medida», expone el portavoz del Real Automóvil Club Vasco Navarro, Mario García, que se muestra escéptico al plan presentado por el Ayuntamiento donostiarra. «Se dejan muchas cuestiones en el aire ya que, una vez más, es algo improvisado», critica. «¿Qué papel juegan los motoristas? ¿Y los vehículos de cero emisiones? ¿Cómo se va a acceder a los parkings del Centro? ¿Dónde están esos parkings disuasorios? Porque se ponen restricciones pero no se ofrecen alternativas y todas estas políticas van contra el automóvil, cuando Donostia es la ciudad con la viñeta más cara». A su juicio, se está perdiendo el comercio tradicional. «El Centro se está convirtiendo en un parque temático para el turismo y el ocio y el uso tradicional como espacio de actividad comercial y de vida de todos los donostiarras se va a perder», lamenta García.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.