Lamarca se despide pidiendo más presupuesto y más plantilla para el Ararteko

El ararteko Iñigo Lamarca se despidió este miércoles del cargo reclamando más presupuesto y más plantilla para la institución con el fin de que pueda cumplir de forma plena con sus funciones. Este mensaje contrasta con el compromiso asumido por quien su sucesor, Manu Lezertúa, de estudiar la reducción de su estructura.

Lamarca tomó posesión del cargo el 25 de junio de 2004 y fue reelegido en octubre de 2009 para un segundo y último mandato de cinco años que finalizó el 15 de octubre del pasado año, aunque se mantuvo en la plaza los seis meses de prórroga que contempla la ley. Esta prórroga termina este miércoles y la adjunta, Julia Hernández, ejercerá a partir del jueves de ararteko en funciones.

Así será hasta que el Parlamento Vasco nombre un sustituto. PNV, PSE y PP tienen un acuerdo para apoyar la designación de Manu Lezertúa, pero su nombramiento está pendiente de que este jurista acabe su relación contractual con el Consejo de Europa. Este acuerdo incluye el compromiso de Lezertúa de analizar la reducción de la estructura de personal y gastos del ararteko.

«Plantilla insuficiente»

Lamarca ofreció una rueda de prensa para hacer balance de sus once años al frente del Defensor del Pueblo de Euskadi y demandó precisamente lo contrario: más recursos económicos y humanos para que la institución pueda cumplir plenamente sus funciones. Y es que, según dijo, sus empleados están trabajando ahora por encima de sus "obligaciones laborales".

"La plantilla del Ararteko, lo quiero decir sinceramente, es insuficiente. El Ararteko necesitaría más personal para poder cumplir en su totalidad las funciones que tiene asignadas y poder realizar las visitas que realizan otras defensorías con más medios a residencias de mayores o centros de día para evitar maltratos, etc.", dijo.

Para Lamarca no se puede olvidar que el presupuesto de la institución lleva "congelado" cuatro años debido a la caída de los ingresos de las istraciones públicas a pesar de que su carga de trabajo "se ha doblado en el ámbito de la queja. La plantilla ha trabajado por encima de sus obligaciones laborales y gracias a ello hemos podido mantener la agenda de servicios y compromisos".

"Sería deseable, y parece que van a venir tiempos de no crisis, no de bonanza, pero al menos de no crisis, dotar al Ararteko de más medios, más presupuesto y más plantilla", insistió.

Las quejas, triplicadas

Lamarca aseguró que deja el cargo "razonablemente satisfecho" por haber logrado avances importantes en los objetivos que se marcó hace once años: ampliar el conocimiento ciudadano de la institución, ser más eficaces y conseguir un alto grado de cumplimiento de sus resoluciones, y aprovechar bien sus medios humanos y materiales.

Lo cierto es que el número de quejas tramitadas por los ciudadanos vascos durante los dos mandatos del todavía ararteko casi se han triplicado. Si en 2003 su número fue de 2.289, el pasado año 2014 ascendieron a 6.378, con un grado de cumplimiento además de su contenido por parte de las istraciones públicas del 92%.

El ararteko dio la razón al ciudadano en cerca de la mitad de las denuncias.

El balance de actividad se completa con otros números: 13.333 resoluciones, 48.056 actuaciones, 27.489 visitas ciudadanas a las oficinas del Ararteko, más de 17.000 consultas telefónicas atendidas, casi 1.500 reuniones con organizaciones no gubernamentales, 18 informes extraordinarios, 57 recomendaciones generales y 15 estudios.

Lamarca explicó que mantiene o telefónico y por correo electrónico con Lezertúa después de mantener una reunión en Navidades. A su juicio, su trabajo en los próximos años seguirá muy centrado en la vigilancia y la resolución de las quejas ciudadanas sobre la gestión de la RGI y otras ayudas públicas de contenido económico.