El «abismo» entre los interinos y los agentes de carrera

Las diferencias formativas entre unos y otros son notorias. Los policías que consiguen ser nombrados funcionarios de carrera tienen que superar primero un proceso selectivo que, en la mayoría de los casos, lleva mucho tiempo prepararlo. Primero realizan unas pruebas psicoténicas, un test de personalidad y un examen teórico. En la última OPE conjunta, 1.567 de los 2.767 candidatos suspendieron en la parte teórica y en el psicotécnico de un proceso con 280 plazas en juego. Después, los que consiguen avanzar, deben realizar unas pruebas físicas y una entrevista personal.

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Superada esta parte, a los aspirantes les esperan nueve meses de formación en la academia de Arkaute. Y, por último, deberán realizar un año de prácticas antes de ser ya policías de pleno derecho. De hecho, en estas dos últimas partes del proceso selectivo también pueden ser suspendidos. Desde hace unos seis años, a raíz de la aprobación de la Ley de Policía, los interinos que contratan los consistorios -sobre todo en verano- también deben recibir formación, aunque su proceso selectivo es mucho más corto. Para entrar en las bolsas de trabajo que convoca Arkaute primero realizan un examen de conocimientos, personalidad y aptitudes, similar al de la OPE conjunta pero «bastante más sencillo».

Después tienen que realizar un curso de un mes de duración que se imparte a través de internet. Si lo superan les espera, ya de forma presencial, un curso de apenas una semana en la academia de Arkaute. Con este título pueden optar a la bolsa de trabajo y esperar a que les llamen los municipios o apuntarse a las convocatorias de empleo eventual propias que realizan los consistorios.