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La Iglesia católica ha entrado de lleno en fase decisiva de cara a la elección del próximo obispo de Roma tras el fallecimiento el 21 ... de abril de Francisco. Después de celebrar en las últimas semanas doce congregaciones generales, las reuniones previas al cónclave del que saldrá el Papa número 267 de la historia, los cardenales participaron en la mañana de este miércoles en la misa 'pro eligendo pontífice', mientras que esta tarde tendrá lugar la primera votación en la Capilla Sixtina. La Eucaristía estuvo presidida en la basílica de San Pedro del Vaticano por el decano del Colegio Cardenalicio, el purpurado italiano Giovanni Battista Re. De 91 años y con más de cuatro décadas de experiencia en la Curia romana, Re era una figura muy respetada por Jorge Mario Bergoglio, que le renovó en el cargo de decano poco antes de su hospitalización el 14 de febrero. Tras oficiar el funeral del Pontífice argentino el 26 de abril, al veterano purpurado le tocó este miércoles delinear cómo debería ser su sucesor en la homilía que pronunció durante la misa 'pro eligendo pontífice'.
Re remarcó primero que la tarea que tienen delante los 133 purpurados menores de 80 años y, por tanto, con derecho al voto, va más allá de las fronteras de la Iglesia católica, porque también «la humanidad» necesita de un Papa que sepa responder al «momento de la historia tan difícil y complejo». Por eso les pidió que tuvieran «máxima responsabilidad humana y eclesial» ante la decisión de tan «gran importancia» que deben tomar. Se trata de «un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal». El decano del Colegio Cardenalicio enumeró después cuál es la principal tarea que debe tener en mente el nuevo obispo de Roma: la «comunión», es decir, la preocupación por garantizar la unidad eclesial y evitar las fracturas internas. En ocasiones se criticó a Bergoglio en ese ámbito por las dificultades de parte de los fieles para digerir algunas de sus decisiones más controvertidas, como las bendiciones a las parejas homosexuales o la apertura a la comunión para los divorciados vueltos a casar. «Comunión de todos los cristianos con Cristo; comunión de los obispos con el Papa; comunión entre los obispos», remarcó Re, quien citó no obstante a Francisco al decir a continuación que la «unidad no significa uniformidad».
El veterano purpurado italiano acabó su homilía con dos llamamientos significativos. Primero dijo que la elección del nuevo Papa «no es una simple sucesión de personas», pues se trata de buscar al «apóstol Pedro que regresa». Luego deseó que el próximo obispo de Roma «sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios». El mundo de hoy, dijo finalmente, espera «mucho de la Iglesia para la tutela de esos valores fundamentales, humanos y espirituales, sin los cuales la convivencia humana no será mejor ni portadora de bien para las generaciones futuras».
Una ver terminada la misa 'pro eligendo pontífice', los 133 purpurados electores acudieron a almorzar a la Casa Santa, la residencia vaticana donde permanecerán aislados del mundo hasta que sea elegido el nuevo Papa. A las 15:45 tienen previsto dirigirse, caminando o en autobús, al Palacio Apostólico para reunirse en la Capilla Paulina, anexa a la Capilla Sixtina y decorada igualmente con frescos de Miguel Ángel.
Allí tendrán un momento de oración para dirigirse luego en procesión mientras rezan las letanías de los santos a la Sixtina, donde cada uno de ellos realizará el juramento de cumplir con las reglas del cónclave. Una vez acabado este procedimiento, saldrán de la capilla todas aquellas personas que no sean cardenales electores hasta que el maestro de las ceremonias pontificias, monseñor Diego Ravelli, cierre las puertas diciendo en voz alta la tradicional frase 'extra omnes' (todos fuera).
Antes de comenzar la primera votación, los 133 cardenales escucharán la predicación que les dedicará Raniero Cantalamessa, predicador emérito de la Casa Pontificia y que tiene más de 80 años, por lo que no participará en el escrutinio y deberá dejar la Capilla Sixtina por una puerta lateral junto a monseñor Ravelli. Se espera que alrededor de las 19 horas se conozca el resultado de la votación. Será, salvo sorpresa mayúscula, una fumata negra, lo que significará que ningún candidato ha alcanzado las 89 papeletas en que está fijado el quórum.
Los cardenales tendrían por tanto que seguir votando mañana jueves, cuando hay fijados cuatro escrutinios, dos por la mañana y dos por la tarde.
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