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Judith romero
Domingo, 3 de marzo 2019, 23:25
La pequeña localidad de Villabuena de Álava todavía no se explica lo sucedido. Se acostó el sábado con el susto en el cuerpo después que se desatara un incendio en una zona forestal muy cercana al pueblo. Los bomberos de la Diputación no tardaron en apagar las llamas, pero con el amanecer del domingo muchos vecinos conocieron el verdadero alcance de la tragedia. Los uniformados habían encontrado durante las labores de extinción el cadáver de Liviu, un joven moldavo de 19 años «muy querido» en la localidad. Nadie había identificado todavía el cuerpo, pero en un pueblo de 300 habitantes en el que todo el mundo se conoce todos los pensamientos apuntaron al mismo chico. «Estamos consternados», resumían ayer los residentes en una jornada festiva que quedó ensombrecida por la triste noticia.
El incendio se originó, por causas que ahora investiga la Ertzaintza, minutos antes de las diez de la noche del sábado en un área con pinos y matorral de este pueblo situado al sur de la provincia, muy cerca de Baños de Ebro y Elciego. Varios vecinos se alarmaron al ver tan cerca las llamas y se pusieron manos a la obra para apagarlas. Iñaki Pérez, el alcalde de la localidad, salió lanzado en cuanto un residente le avisó. «Fuimos para allí y los bomberos de la Diputación no tardaron en llegar», afirmaba sin dejar de agradecer la labor de los uniformados.
No obstante, lo peor estaba por llegar. Otros vecinos también se aproximaron a la zona para colaborar, pero el incendio tomó un giro inesperado. «Cuando por fin controlaron las llamas, los bomberos descubrieron que había un cuerpo calcinado». La Ertzaintza comunicó a los vecinos el hallazgo y les invitó a despejar la zona para iniciar la pertinente investigación. Pérez y el resto de la corporación transmitieron sus condolencias a la familia, vecina de Villabuena. El fallecido era uno de los pocos jóvenes que quedaban en el pueblo. Había nacido en Moldavia pero se había criado en Villabuena. «Le hemos visto crecer y la pérdida de un chaval simpático y educado como él es terrible para nosotros, no podemos asimilarlo», lamentó Pérez.
Según explican los vecinos el chico, amante de la naturaleza, solía «pasar tiempo en la zona» donde se desató el incendio. Él mismo había levantado allí una pequeña construcción de madera, muy rudimentaria, en la que se refugiaba de vez en cuando. Las llamas la destruyeron casi por completo, pero entre sus restos se aprecian utensilios como parrillas y sartenes. La Ertzaintza investiga cuál fue el origen del fuego, y los residentes del pueblo se preguntaban si podría haber tenido algún accidente mientras preparaba algo de cenar.
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