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«¿Trabajar en red? Nos consta que Osakidetza envía pacientes con cáncer peritoneal de Cruces a Córdoba por no mandarlos a Donostia», asegura Adolfo Beguiristain, ... que dimitió como subdirector médico del área quirúrgica del Hospital Donostia tras conocer los ceses de la cúpula directiva. Tras sus críticas el lunes en este periódico, Salud ha rectificado su posición y se ha mostrado favorable a acatar algunas reivindicaciones de los jefes de servicio. Pese al acercamiento de ambas partes, Beguiristain denuncia que al Gobierno Vasco «no le interesa que la OSI Donostialdea sea una organización potente» y pide el cese de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.
– ¿Le ha sorprendido que Salud haya reculado y ahora acate las principales demandas de los jefes médicos?
– Me ha sorprendido a mí, a todos los profesionales de la OSI Donostialdea y a toda la ciudadanía. Llevamos muchos años, sobre todo las dos directoras cesadas, intentando que el tema de Onkologikoa fuera algo clave para nuestra organización y que estuviera integrado dentro de la OSI Donostialdea. En dos semanas se ha conseguido lo que no se ha conseguido en todos estos años.
– ¿Por qué este cambio en el discurso?
– Por la que se ha montado. La consejera Sagardui ha dado a unos amigos suyos la posibilidad de llevar a cabo la técnica Hipec en Cruces para tratar un cáncer del cual no tenían ni experiencia. Y a nosotros, hospital de referencia en esta patología, ni siquiera se nos ha consultado. Nos enteramos por un cruce de correos inocente desde la farmacia hospitalaria de Cruces a la nuestra, preguntando por los protocolos de la quimioterapia intraperitoneal. Esto es inconcebible.
– ¿Cuál fue su reacción?
– En primer lugar, una sorpresa terrible. Pero lo que tiene que quedar claro es que no queremos el protagonismo de una determinada patología. Queremos que los ciudadanos, en este caso de Euskadi, tengan la mejor opción terapéutica posible, para que tengan la mayor supervivencia y la mejor calidad de vida posible. Es nuestro único objetivo. Que te tengas que enterar por un correo es una auténtica vergüenza. Cesaron a las dos directoras por el mero hecho de preguntar por qué y pedir explicaciones.
– ¿La consejera ahora está alineándose con la postura que defendían las dos directoras que fueron cesadas?
– Absolutamente. Tanto en el tema de Onkologikoa como en el Hipec.
– ¿Cómo se entienden las destituciones, teniendo en cuenta, además, que el Hospital Donostia es el que mejor resultados asistenciales tiene de todo Osakidetza, según la carta crítica firmada por los 42 jefes de servicio del centro?
– A pesar de la pandemia, en nuestro hospital, gracias a las dos directoras, entre otras cosas, conseguimos mantener las lista de espera para la intervención quirúrgica de pacientes con cáncer en su demora, un mes. Para ello tuvimos que irnos a operar, con lo que supone trasladar equipamientos y personas, a Policlínica. Es solo un ejemplo, pero decir que las cesadas han hecho una mala gestión asistencial es una barbaridad y otra mentira. Con ellas hemos logrado los mejores datos asistenciales.
– Cada vez que le han pedido explicaciones concretas sobre estos ceses a la consejera siempre ha pasado de puntillas por el tema.
– No da ninguna. ¿Y de qué habla después? De trabajar en red. Todo lo que Tolosa no ha podido hacer, porque les faltan especialistas, lo hemos cubierto nosotros. Nuestro jefe de servicio de Urología ha ido a hacer guardias al Bidasoa. Y todavía les dicen que no trabajan en red... Voy a poner el ejemplo de cómo trabajan ellos en red.
– (...)
– Ellos tienen el paciente con cáncer peritoneal en Cruces y en vez de mandarlo a la red que está establecida, que es al Hospital Donostia, lo mandan a la 'red' de Córdoba. Tiene narices. No estamos hablando de ponerle un autobús y mandarlo a Córdoba. Tiene que ir la familia también.
– ¿Cuál es la razón?
– No mandarlo a Donostia. Ninguna otra. Es una barbaridad lo mires por donde lo mires.
– ¿Pero suele ser lo habitual?
– En todos estos años, creo que solo nos han mandado a dos pacientes desde Cruces.
– ¿Han pedido explicaciones?
– Nunca nos han respondido. Dice el lehendakari que ha habido un problema de comunicación. Pero el gran problema es que no ha habido comunicación. Desde que están esta consejera y esta directora general de Osakidetza no hemos tenido ni un solo control de gestión. No ha habido ni una sola línea estratégica. Las líneas del Plan Oncológico estaban definidas de antes y las han borrado. Ahora quieren hablar porque le han pegado fuego a la gasolina.
– ¿Está saliendo perjudicada Gipuzkoa respecto a los recursos que se destinan a Bizkaia?
– Aunque el lehendakari sigue diciendo que Osakidetza es una, el reparto de servicios no es equitativo. Somos el único centro terciario que no tiene resonancia magnética. Seguimos dependiendo exclusivamente de Osatek, que aquí en estos momentos tiene 10.000 volantes pendientes de cita y, de ellos, 6.000 llevan ya más de seis meses en espera de que les den hora. Hemos pedido la resonancia por activa y por pasiva, pero no la tenemos. Es totalmente injusto. Otro ejemplo. Seguimos sin tener un escáner intraoperatorio para operar a los pacientes con determinados cánceres cerebrales. Cruces lo tiene desde hace más de 8 años. Estamos con un neuronavegador descatalogado. Otro dato del trabajo en red. En el servicio de neurocirugía solo tenemos tres neurocirujanos por bajas y jubilaciones. A veces, cuatro. Cruces tiene dieciséis. Cuando les hemos pedido que nos echen una mano, la respuesta ha sido 'búscate la vida'. Este es el trabajo en red y las bajas no se han sustituido.
– ¿Sabe si Salud tiene planes de derivar alguna otra actividad del Hospital Donostia a Bizkaia?
– Si lo hacen nos enteraremos cuando ya hayan empezado a mandar pacientes allá. Nadie me ha dicho nada, pero yo creo que sí porque Cruces se ha quedado con un 60% menos de pacientes y muchos profesionales, y eso hay que rellenarlo como sea. ¿Quiénes vamos a pagar el pato? El Hospital Donostia.
– El futuro de Onkologikoa ha disparado la crisis. La rectificación de no hacer una OSI diferencial e integrarlo en la de Donostialdea ha venido por parte del lehendakari y no de la consejera. No se sabe mucho más.
– Puede parecer un capricho, pero nosotros somos un hospital terciario y el cáncer forma parte del 80% de nuestra actividad. A una organización como la nuestra, quitarle la oncología médica y la radioterápica, apartarla y llevarla a otra organización es romper la continuidad asistencial. El objetivo claramente ha sido romper eso. No les interesa que seamos una organización potente. Yo creo que el lehendakari ya no se fía de Sagardui. Además han echado toda la culpa sobre Itziar e Idoia, que son las mejores directoras que he conocido en el hospital.
– ¿Pide el cese de Sagardui?
– Cada minuto que está como consejera, hace un daño terrible a toda la ciudadanía. Ya nadie se fía de ella. ¿Quién se puede fiar de alguien que está mintiendo? Si siguen así solo van a conseguir que la calidad asistencial sea muchísimo peor. Pero la responsable no solo es ella. El papel de un consejero no es dirigir Osakidetza. Para eso, hay una directora general y un director de asistencia sanitaria, además de un director de planificación y ordenación sanitaria. Todos ellos han obedecido a lo que ha dicho la consejera. No han obedecido a la evidencia científica, solo a ella. Es decir, todos ellos tienen que desaparecer. Y a Idoia e Itziar deberían pedirles disculpas públicas y ponerles de nuevo en su cargo. Pero tenemos unos políticos que solo dicen obviedades. En Gipuzkoa no ha salido ninguno a defenderles, cuando ellas no han hecho nada malo.
Adolfo Beguiristain, que asegura que «no habría podido dormir en caso de seguir de subdirector», lamenta que «la nueva directora médica fue quien consintió que la Hipec se fuera a Cruces».
– ¿En qué momento se encuentra ahora el conflicto?
– Les pongo en contexto. La directora médica que nos han puesto, Ana Bustinduy, es la que hasta hace dos semanas era la subdirectora de asistencia médica responsable de hospitales. Es decir, la que había consentido que la Hipec se fuera a Cruces, entre otras cosas. Esto no tiene ningún futuro. Tienen que volver a poner a las directoras cesadas en su puesto para que el Hospital Donostia funcione igual de bien que hasta ahora, con los mejores resultados de todo Osakidetza.
– ¿Cómo se está gestionando estos días el hospital con Agustín Agirre al frente?
– Yo no tengo ninguna fe en Agustín. El martes nos reunió a la comisión de tumores. En un momento, y en un tono desafiante, nos preguntó si íbamos a seguir atendiendo a los pacientes con cáncer. Le dije que nos estaba ofendiendo. Lo repitió dos veces. A la segunda me levanté y me fui.
– ¿A qué se refería?
– No lo sé, pero solo consiguió cabrearnos un poco más.
– Este lunes ha tenido lugar la primera reunión de los jefes de servicio con la directora general de Osakidetza y han solicitado que de las buenas palabras se pase a hechos concretos. ¿La pelota está ahora en el tejado de Salud?
– Sí, pero como siempre lo ha estado. Lo que han planteado los jefes de servicio es, punto por punto, lo que la directora médica y la directora gerente llevaban tiempo defendiendo ante Osakidetza. Pero en todos estos años es la primera vez que se acercan a hablar.
– ¿Ha merecido la pena su dimisión o, dicho de otra manera, se arrepiente de haber dimitido?
– No me arrepiento de nada de lo que he hecho hasta ahora. Pero no habría podido dormir si hubiera seguido de subdirector quirúrgico. No voy a tirar por tierra todo lo que he hecho durante tantos años.
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