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La empresa irunesa Betapack ha adaptado su producción de tapones a las nuevas necesidades y normativas. F. De la Hera
Tapones y botellas de plástico, unidos para siempre: así es la nueva normativa europea
Norma obligatoria

Tapones y botellas de plástico, unidos para siempre: así es la nueva normativa europea

Desde este miércoles 3 de julio ninguna botella de plástico o brick de menos de tres litros deberá tener su tapa suelta. Los envases adaptan tamaño y peso

Diego Fernández Tortosa

San Sebastián

Lunes, 1 de julio 2024, 00:17

Seguro que muchos se habrán dado cuenta de que de un tiempo a esta parte la mayoría de botellas de plástico llevan ya los tapones unidos al envase. Muchos creían al principio que podría tratarse de un error o un fallo de fábrica. No han sido pocos los que se han quejado abiertamente de lo difícil que les resulta ahora abrir un botellín de agua y beber sin que el tapón les golpee la nariz, o a los que al echar la leche del brick a la taza se les ha cerrado la tapa dejando perdida la cocina. Tanto unos como otros deben saber que esa medida ha llegado para quedarse y que será ya de obligado cumplimiento a partir de este miércoles 3 de julio, fecha en la que se aplica la normativa europea que recoge que toda botella de plástico o brick de hasta tres litros solo podrán venderse en el mercado si llevan unidos sus tapones. La medida forma parte de la 'Ley de Residuos y Suelos Contaminados' y plantea unos objetivos claros: intentar reducir el impacto de plásticos que acaban de manera accidental en el medio ambiente y dar un paso más hacia la economía circular.

Estos objetivos se asentan sobre unos datos y hechos irrefutables. En el mundo se consume un millón de botellas de plástico de distintas bebidas por minuto y los tapones suponen el 6% de los residuos que acaban en la costa de manera acciental. A su vez, el plástico de un solo uso (PSU) es uno de los que más contaminan y que más tiempo tardan en degradarse. Razones más que suficientes para comprender que, pese a que suponga un cambio en nuestras costumbres o en la forma de consumir esas botellas, la medida debe suponer un avance notable en residuos y reciclaje.

TAPÓN

ANTIGUO

TAPÓN

NUEVO

2 mm menos

Por lo tanto, la botella reduce su tamaño y también su peso

3,59 g

2,61 g

IZANIA OLLO

TAPÓN

ANTIGUO

TAPÓN

NUEVO

2 mm menos

Por lo tanto, la botella reduce su tamaño y también su peso

3,59 g

2,61 g

IZANIA OLLO

TAPÓN ANTIGUO

TAPÓN NUEVO

Una tira de plástico lo une a la botella

2 mm menos

Por lo tanto, la botella reduce su tamaño y también su peso

3,59 g

2,61 g

IZANIA OLLO

TAPÓN ANTIGUO

TAPÓN NUEVO

Una tira de plástico lo une a la botella

2 mm menos

Por lo tanto, la botella reduce su tamaño y también su peso

3,59 g

2,61 g

IZANIA OLLO

Según datos del Parlamento Europeo, los PSU causan todos los años daños al ecosistema marítimo mundial equivalentes a unos 13 millones de euros. Esto repercute directamente en la calidad de los alimentos de dichos entornos y que acaban en nuestra mesa para ser consumidos. Pero, por si fuera poco, aún mayores son las pérdidas económicas estimadas todos los años, que ascienden hasta los 630 millones de euros.

Los datos

  • 2019: Se aprueba la Directiva que establecía plazos y regulaciones.

  • 2021: Se ponen en marcha las medidas de marcado de productos como el tabaco con filtros y las que regulaban la mercantilización de platos y cubiertos.

  • 2024: Se pone en marcha el requisito de diseño que obliga a unir tapones y botellas.

  • 2029-2030: Fecha límite para conseguir los objetivos de recogida separada y reutilización de plásticos en botellas.

Por esa razón se impulsó desde Europa esa batería de medididas para poner coto al consumo de plásticos de un solo uso, creando alternativas más respetuosas con el medio ambiente al ser más reutilizables y reciclables. Con medidas como esta se estima que entre un plazo de nueve años (2021-2030) las pérdidas económicas evitables serían equivalentes a los 22.000 millones de euros.

Los PSU van más allá de los tapones y las bebidas, e incluyen otros como bastoncillos de algododón o bolsas de plástico.

Esto llevó al Parlamento Europeo a aprobar una Directiva en 2019, con tres medidas prioritarias que se aprobaron progresivamente. La primera regulaba artículos como platos y cubiertos de plástico y se puso en marcha a partir del 3 de julio de 2021, junto a otra de las medidas. Pero la aplicación del artículo que afectaba a los tapones (el 6) no entra en vigor hasta este año, ya que se dio un plazo de demora (condicionado también por la pandemia) para que las empresas pudieran adaptar sus envases.

¿A qué envases afecta?

Desde este año las botellas de plástico de Coca Cola o Font Vella, por ejemplo, llevarán unidos sus tapones, al tener hasta tres litros de capacidad. También se incluyen los tetrabricks de zumo o leche. Quedan excluidos del requisito los envases de vidrio o las garrafas de cinco litros de agua o aceite.

630

millones de euros al año invierte Europa en retirar plásticos de las playas

La boca de esos envases también se ha modificado. Ahora cada 'cabeza' tiene unos 2 milímetros menos de plástico, lo que reduce el peso y el material utilizado para su producción.

La Directiva también estableció algunos objetivos para los próximos años. Entre ellos, alcanzar una recogida separada igual al 90% para 2029 y conseguir fabricar botellas con un 30% de plástico reciclado para 2030.

Inversión en empresas

Uno de esos materiales que pueden favorecer al objetivo propuesto para 2030 es el Tereftalato de Polietileno (PET), material del que está hecho el cuerpo de las botellas. Tiene una doble ventaja: es uno de los más reciclables del mundo y, además, es muy ligero, lo que permite un menor consumo de energía, agua y materias primas. Pero no todas las propiedades de este plástico son positivas.

6%

de los residuos que acaban en la costa de manera accidental son tapones

Por un lado este material funde a temperaturas diferentes de la que lo hacen los tapones. Si se hiciera juntos, la mezcla sería de un valor escaso, lo que necesitaría de una nueva etapa de reciclado encargada de separarlos por densidades.

En segundo lugar está el riesgo tecnológico y técnico. «En cinco años hemos invertido más de 40 millones de euros», explica José Luis Fernández, director general de la empresa taponera Betapack. Y es que empresas como esta guipuzcoana que fabrica millones de tapones al año se han tenido que adaptar. «De pronto hay que inventar un tapón que tenga una bisagra, que se abra 270º o que no necesite de una llave inglesa para abrirse».

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