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Carlos Salceda es el conductor de autobús que lleva todos los días a los escolares eibarreses desde la plaza de Unzaga de Eibar a la ikastola Iturburu, situada a unos cuatro kilómetros del centro urbano. Los sube por la mañana y después baja con ellos sobre las cinco de la tarde. Ocurre que la ikastola eibarresa está situada en las faldas de Arrate, en pleno monte, teniendo que ascender, con su largo vehículo, por una cuesta empinada en el que los días de nieve la situación se complica más. Por ello manifiesta Salceda que «los días de nieve son los peores para un conductor escolar porque al propio trasiego de los chavales que suben nerviosos se le une el mal estado de la carretera». En este sentido, este conductor de Autopullmans Araba mantiene que «subir por la carretera de Arrate tiene mucha dificultad porque desde esta vía a la ikastola y viceversa tienes que girar el bus como si hicieses una caracola y después te encuentras con coches estacionados junto a la ikastola que hacen más difícil la subida. Ante ello no queda más remedio que resignarse. Llevo seis años haciendo este trabajo y no he tenido ningún percance pero hay que estar muy atento. Espero que no arrecie el temporal los próximos días porque si la nieve cuaja la cosa se complica».
Aunque por la mañana la nieve no cuajó en Eibar, sí fue a primeras horas de la tarde cuando la tormenta areció. En el momento en el que los escolares abandonaban sus centros educativos, los copos se hicieron más presentes. Según indicaba también la Policía Municipal eibarresa «no se ha registrado ningún incidente. Además no ha caído mucha nieve, de momento. Únicamente hemos estado alertas en los barrios altos que siempre padecen más problemas».
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