Koldo Zuazua: «El mayor logro de 'Maixabel' es haber calado en la conciencia de la gente»

– ¿Hay nervios ante la gala del sábado 12?

– Siempre es una satisfacción recibir nominaciones y si son catorce ¡ni te imaginas! Estamos orgullosos, contentos... Es el reconocimiento al trabajo bien hecho. Pero la satisfacción viene de largo: haber hecho la película, la recepción de público y crítica que ha tenido en toda España, las reacciones que nos contaba la gente por lo que vivía en la sala de cine y por lo que la película les había hecho reflexionar... También está lo que ha supuesto para la propia Maixabel, hemos ayudado a difundir su mensaje y ha calado en la conciencia de la gente. Para mí ese es el mayor logro.

– Acuden a la gala de Valencia con 14 nominaciones, que son muchas, pero 'El buen patrón' tiene 20.

– ¡Qué se le va a hacer! También está ahí Almodóvar y quién iba a decir que nosotros íbamos a estar por encima en cuanto a nominaciones. Es una lotería. No sé cuántos goyas vamos a recibir. El año pasado con 'Akelarre' pensaba que no íbamos a tener ninguno y conseguimos cinco. Antes de empezar la gala le mandé a un amigo un whatsapp diciéndole que «no vamos a ganar ni hostias» y al día siguiente me regaló una camiseta con el mensaje.

– ¿Tienen hecha alguna porra?

– Vemos con cierta probabilidad goyas para Urko Olazabal, Blanca Portillo y Alberto Iglesias. Son los más obvios, pero luego vete a saber qué pasa, porque en los Feroz también pensábamos que uno iba para Blanca y al final se lo llevó Petra Martínez. En los corrillos en Madrid, en el mundillo, escuchas que es una película más relevante que 'El buen patrón' y que quizás podemos tener opciones para la mejor película, pero yo eso lo veo muy difícil. Prefiero ir con las expectativas muy bajas para no ponerme nervioso. Subir al escenario y hablar al público me da mucho miedo.

– ¿Es de los que se prepara un texto con los agradecimientos?

– No. En mente tengo alguna frase pero nada más.

– ¿Cuando comenzaron con el proyecto de 'Maixabel' pensaban que iba a tener esta repercusión?

– Objetivamente sí. Creíamos que iba a tener trascendencia. Aparentemente los encuentros restaurativos eran un tema local, pero veíamos que tenía un mensaje universal, que tenían relevancia. Esa era la intuición inicial. Cuando vi la noticia de los encuentros pensé que era un tema tan potente que alguien se nos iba a adelantar, pero no. Pasaba el tiempo y no había atisbos de que alguien intentara sacar adelante un proyecto sobre ellos, salvo una obra de teatro y un documental. Cuando lo pusimos en marcha buscamos directores y actores que tuvieran mucha relevancia para que le dieran una repercusión mediática importante. Dimos muchos tumbos, hasta que amos con Iciar Bollaín. Igual lo suyo hubiera sido que los protagonistas estuvieran interpretados por actores vascos, que también vimos, pero queríamos un casting con mucho poder mediático que quedó reforzado con Blanca Portillo y Luis Tosar. No buscábamos una película muy elevada intelectualmente porque la idea era llegar al mayor público posible y que las emociones se transmitieran de forma sencilla para que una persona de fuera de Euskadi llorase con facilidad.

– ¿Es así como entiende que debe ser la función de una película?

– Para mí lo importante es que las películas emocionen, que transmitan cosas. Me encantan las entretenidas y ligeras. Pero creo que hay un cine de cierta trascendencia que debe generar sentimientos y emociones un poco más allá de lo superficial, que te haga reflexionar y retrotraerte a cosas del pasado, de la infancia, también que haga cuestionarse aspectos morales... que estremezca emocional y mentalmente. Tienen que ser películas que se queden en la memoria y que cuando las vuelvas a ver años después te lleven al momento en que las viste por primera vez.

– ¿Recuerda algún momento especial de esta película que le haya tocado más directamente?

– Ha sido un trabajo en el que todos hemos estado con las emociones a flor de piel. Uno de los momentos más fuertes fue durante el rodaje de la escena en la que Maixabel y su amiga pasean por Ondarreta hablando de si van a encontrarse con los asesinos o no. Era la primera vez que Maixabel Lasa venía al rodaje. Estaba en una tienda de campaña con unos auriculares puestos para escuchar la escena y viéndola en un monitor pequeño. Se puso a llorar. Yo estaba detrás suyo y también. Fue una situación que nunca se me va a olvidar. Otro momento muy emocionante fue en el primer encuentro de Luis y Blanca. Grabábamos en la sede de Gehitu en Gros. Era la primera reunión de Maixabel e Ibon y también el primero o entre los actores, que no se conocían personalmente. Llevaban cinco semanas de rodaje y a propósito no habían coincidido para mantener la tensión. Eso también fue... Había una energía que trascendía el hecho de que estuviéramos haciendo una película. Todos nos pusimos a llorar. También me llamó mucho una proyección en Madrid previa al estreno e invitamos a Txema Urkijo, –que trabajó con Maixabel Lasa en la Dirección de Víctimas y estuvo en primera línea durante la experiencia de los encuentros restaurativos–, y cuando la película terminaba se puso a cantar la canción de Xabier Lete acompañando a los que hacían lo mismo en la pantalla. Le salía del alma y me dijo que estaba convencido de que iba a pasar eso en muchas salas, como así ha sucedido.

– Algunos pases en las salas comerciales han sido catárticos.

– Sí, es verdad. Además de llorar, la gente ha cantado y aplaudido algo muy poco habitual. No solo aquí, que sería más normal porque la historia toca más cerca, también en Madrid, Sevilla, Barcelona... En toda España. Es una película que ha trascendido.

– Llama la atención que detrás de 'Maixabel' también está Disney.

– Fue determinante que entrara en la distribución a través de Buenavista. Con mi mente pequeña pensé que iba a tener más explotación en Euskadi y en Navarra, donde películas como la nuestra suelen recaudar el 70% del total. Disney tuvo claro que la campaña tenía que ser de carácter nacional y generalista. Salimos con 300 copias. Al final, la recaudación en Euskadi ha sido el 30% del global. Cinco meses después todavía sigue en algunas salas de Madrid y haciendo dinero. No la han retirado desde su estreno. Además, si gana algún Goya relevante están pensando hacer algún reestreno.

– Ahora hablamos de Disney, pero al principio les costó mucho sacar adelante el proyecto.

– Sí. Estamos hablando de 2011. Entonces pensamos hacer un documental que no conseguimos financiar porque no encontramos apoyo institucional. Eso fue en 2013-2014. Luego ya decidimos pasar a la ficción, pensado que iba a ser más factible. Estuvimos dando vueltas. Al principio era una especie de remix de un encuentro ficticio. El proyecto comenzó a cobrar solidez cuando nos centramos en Maixabel Lasa. Se empezaron a unir todas las piezas. Es una película que económicamente se fundamenta en el dinero público y el cambio de gobierno en el año 2018 fue importante, nos ayudó para, por ejemplo, contar con la televisión pública.

– Más de 500.000 personas han visto la película. En Euskadi el año pasado fue la película más vista.

– Relativamente hemos tenido suerte porque la película se estrenó en un momento en que la pandemia había dado una tregua. El público adulto había vuelto al cine en septiembre y 'Maixabel' fue una de sus películas elegidas para ese regreso. En condiciones normales la película igual hubiera hecho mayor recaudación, pero también mucha menos si la hubiésemos estrenado por ejemplo ahora.

– En los dos últimos años ha competido en la Sección Oficial tanto con 'Akelarre' en 2020 como con 'Maixabel' en 2021, para después ir a los Goya. Concretamente 'Akelarre' fue la película con más premios y ahora acuden con 14 nominaciones. ¿Está preparando algo para repetir por tercera vez el mismo patrón?

– Sí que hay algo. El próximo día 21 comenzamos a rodar una película con Fernando Franco, con quien ya he trabajado en 'Morir' y 'La herida'. No sé si llegaremos a San Sebastián o a otro festival. Es un proyecto muy de autor con el que estamos muy contentos. Se titula 'La consagración de la Primavera.'

– En el aspecto profesional, 2021 ha sido un buen año para usted. Su productora Kowalski rodó 'Maixabel', con todas las alegrías que le ha dado, y participó como director de producción en la serie 'La Fortuna' dirigida por Alejandro Amenábar y que era un proyecto de mucha envergadura.

– Sí ha sido un año fructífero aunque no tenía que haber sido todo al mismo tiempo. El Covid retrasó el rodaje de algunas escenas de la serie, como las de los barcos que rodamos aquí. Teníamos que haberlo hecho antes, en 2020. Trabajar con Amenábar es una experiencia muy bonita, un placer. Ya participé en una película suya anterior 'Regresión'.

– ¿Como productor es muy entrometido?

– No, para nada. Mis proyectos como productor independiente son con directores que tienen un perfil muy autoral, con proyectos que son muy suyos, por eso hay que dejarles espacio para la creación.