Amaia confiesa a Pablo Motos que los ojos de pescado son su comida favorita

«Qué vamos a hacer, qué vamos a hacer», así comienza 'El encuentro', un tema que reúne a los cantantes Amaia Romero y Alizzz. La propuesta cuenta lo que ocurre cuando dos personas, que vivieron una bonita historia de amor, se reencuentran después de un tiempo. Y ambos decidieron pasar un buen rato en 'El Hormiguero' y, de paso, contarle a Pablo Motos detalles de su particular encuentro. «Tenía bastantes canciones hechas y pensaba con qué artista podía colaborar, y Amaia siempre estaba presente», contaba el compositor sobre un tema que está ambientado en La Ruta del Bacalao. «Nos molaba porque queríamos hacer algo emocional, pero a la vez que fuese sucio, crudo. Y la Ruta del Bacalao permitía hacer algo bonito y macarra. Motos aprovechó el momento para confesar que el conocía bien el ambiente, «estuve mucho, empalmando el día y la noche», desveló antes de enseñarles un baile típico de la zona en aquellos tiempos.

En ese ambiente de buen rollo, Amaia no dudó en contar una anécdota personal que le sucedió hace un tiempo. La cantante navarra tenía un pez que se le murió y no sabía qué hacer con él. Como estaba sola en casa, decidió congelarlo. «Y dos años después sigue ahí», revelaba entre risas. «Es que tengo la esperanza de que vuelva a vivir», bromeaba. La artista pamplonesa pasó el Covid-19 hace unos días. «He estado sin sabor ni olfato, era una cosa muy rara», narraba. Y contaba cómo le afectaron esos síntomas. «Mi compañera de piso me tapó los ojos y me dio un yogurt, ¡y yo creía que era kétchup!», exclamaba.

La amena conversación sirvió para conocer detalles de cada invitado. Así, Alizz explicó que su suegra, que sabe echar las cartas, le adivinó su futuro en la música y que para conciliar el sueño necesita ver documentales de asesinatos. Amaia, por su parte, confesó que su comida preferida eran los ojos de pescado. «Siempre me han gustado, desde que era pequeña y me enseñó a comerlos mi padre», decía. También manifestó que su bisabuelo fue el precursor de los donuts y los chupachups. «Mi familia dice que él fue el primero que hizo una galleta con agujero y le puso un palo a un caramelo», explicaba. Lástima que no lo patentara. La artista hizo gala de su buen humor mostrando que sabe mover la lengua de una forma muy extraña y que imita a la perfección la sonrisa de Jim Carrey. Su compañero de escenario fue más allá itiendo que no es un buen conductor. «Cuando me dieron el carné, salí con mis amigos y nos paró la Policía. Y me hicieron soplar varias veces porque conducía tan mal que no creían que no fuera borracho», relató. Pero lo más curioso fue su encuentro fortuito con una estrella internacional. «Estaba en Los Ángeles y fui a un Apple Store. Al entrar vi de espaldas a un señor de blanco y me acerqué a él creyendo que era el dependiente. Cuando se dio la vuelta vi que era Stevie Wonder. No le llegué a preguntar nada porque en cuanto se giró lo reconocí», rememoraba divertido.