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El Stark Arena, necesitado de su magiaEuroliga ·
El Partizan, fuera del playoff a ocho jornadas del final de la liga regular, ha ganado cinco de sus nueve partidos después de grandes remontadas, en ocasiones hasta milagrosasSecciones
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El Stark Arena, necesitado de su magiaEuroliga ·
El Partizan, fuera del playoff a ocho jornadas del final de la liga regular, ha ganado cinco de sus nueve partidos después de grandes remontadas, en ocasiones hasta milagrosasHay un pabellón mágico en Europa que ha conseguido que la modernidad y enormidad de su instalación no borre el espíritu y carácter de los vecinos que lo ocupan. Hablamos del Stark Arena de Belgrado, sede que el Partizan y el Estrella Roja comparten para disputar sus partidos de baloncesto de local. Ambos consiguen meter más de veinte mil aficionados semana tras semana en el punto más caliente del continente en lo que al deporte de la canasta se refiere.
El Stark Arena, decorado de blanco y negro, los colores del Partizan, está viviendo una auténtica montaña rusa de temporada y es un aspecto clave en el futuro del cuadro de Zeljko Obradovic, que necesita convertir el pabellón en un auténtico infierno. Que sea un fortín más que nunca, porque los serbios están a ocho jornadas del final de la liga regular fuera de las posiciones de las eliminatorias al ser undédimos con balance negativo de 12-14, a un triunfo del play-in y a tres del playoff.
Tiene un parcial de 9-3 en casa, y lejos de ser uno de los mejores récord de la competición, el Partizan cumple la norma. Solo dos equipos tienen balance negativo en su cancha, lo que demuestra la importancia que tiene ser fiable en casa y el salto que permite dar si se tiene poderío a domicilio, aspecto que el Partizan no cumple con un pobre de 3-11.
Por lo tanto, el conjunto de Obradovic, que disputará cinco de sus próximos ocho partidos en Belgrado (contra Anadolu Efes mañana, Baskonia, Real Madrid, Olympiacos y Valencia Basket), se agarra al Stark Arena, donde las remontadas milagrosas son el pan de cada día, para poder luchar por el título.
En cinco de las nueve victorias logradas en Belgrado ha habido una remontada de más de diez puntos de por medio. El ambiente –y el olor a tabaco– que se respira en ese pabellón, con más de veinte mil personas vestidos de negro, de pie todo el partido y donde no rige ley alguna, parece que engulle al rival a la mínima que el equipo, por momentos anárquico con Punter, Leday, Nunnally, Avramovic o Dozier, ofrece una mínima esperanza de victoria.
Para quienes quieran acudir a un partido del Partizan en Belgrado el habitual mensaje de acudir con tiempo al pabellón no es una recomendación, sino una obligación si no quieres quedarse sin asiento. Que es suyo, sí, porque lo pone en la entrada, pero vaya usted a reclamárselo a un serbio de cabeza rapada, musculoso y de 1,90 metros de altura que quiere sentarse al lado de sus amigos y le da igual que ese no sea su asiento.
Ocupar el asiento y encadenarse a él a una hora y cuarenta minutos del salto inicial –sin descansos para ir al baño ni al bar– fue un auténtico acierto. Otros que apuraron más (media hora) no corrieron la misma suerte y tuvieron que ver el partido o en los pasillos de las escaleras o al lado del 'okupa', con el resultado de ver ojiplático cómo incluso tres personas ocupaban el espacio asignado de un asiento.
Con esas apreturas, como para no saltar, animar y gritar en una atmósfera sin igual en el baloncesto mundial. A la expresión de 'el pabellón se viene abajo' poco le falta para ser literal cuando el ídolo local Obradovic da con la fórmula y afición y equipo son uno.
.@PartizanBC kids 😍 pushed the club to their BIGGEST EVER COMEBACK last night ⚫️⚪️#EveryGameMatters pic.twitter.com/DmxOKQ8Q4n
— Turkish Airlines EuroLeague (@EuroLeague) January 13, 2024
Sobre las cinco remontadas de más de diez puntos, cada una es más increíble que la anterior. En el derbi contra el Estrella Roja el Partizan perdía 55-68 (-13) a 8:39 del final del partido y remontó hasta el 88-86. Ante el Fenerbahce dos jornadas después perdía 47-61 (-14) a 8:16 del final del tercer cuarto y ganó al final por 85-84. El Panathinaikos llegó a Belgrado, hizo un gran trabajo logrando un esperanzador 63-73 (-10) a 4:18 del final del partido y los de Obradovic lograron empatar, forzar la prórroga y ganar 92-87.
Las dos últimas remontadas han sido muy difíciles de calificar. Perdía contra el Armani Milán 45-60 (-15) a 4:10 del final del tercer cuarto y le dio completamente la vuelta al marcador para ganar 82-69 tras un parcial de 31-4, terminando incluso el tercer cuarto solo uno abajo.
Parecía difícil superar esa gesta, pero ante el Maccabi Tel Aviv, que está jugando sus partidos de local en la Sala Pionir de Belgrado, el cambio de pabellón no le vino muy bien. Empezó el partido ganando 0-16, eso sí, y la ventaja se amplió a 15-39 (-24) a 7:15 del descanso. Sin embargo, la magia llegó tras el descanso porque en el minuto ocho del tercer cuarto el Partizan ya empató a 60 y posteriormente cerró el partido con 88-79.
A domicilio, sin embargo, sin ese calor del Stark Arena, no ha sido capaz de ganar ni un partido viniendo por detrás en el marcador. En definitiva, una locura que cualquier aficionado de baloncesto debería presenciar y que la Euroliga no puede perder. Necesitamos al Partizan en el playoff.
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