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En Glasgow llueve uno de cada dos días del año. Y hoy, fecha del Mundial de ruta, el parte meteorológico anuncia agua, viento y fresco, ... con temperatura máxima de 18 grados. Esta ciudad escocesa que vive bajo el paraguas espera a las estrellas del pelotón mundial con un recorrido de 271 kilómetros que, tras un paseo inicial, incluye un circuito casi urbano de 14 kilómetros al que los ciclistas darán diez vueltas. En cada uno de esos bucles hay 48 curvas. Esto es, 480 en total. Eso supone frenazos, acelerones y toneladas de tensión sobre un asfalto seguramente empapado por las calles de la localidad escocesa. En ese difícil escenario defenderá su maillot arcoíris el belga Remco Evenepoel, uno de los favoritos.
Hay unos cuantos más. En un decorado así la lista de candidatos al oro es larga: a Evenepoel le acompañan en Bélgica, la selección referencia, el completo Wout Van Aert y el rápido Jasper Philipsen. Dice uno de sus compatriotas, el excampeón del mundo Tom Boonen, que son demasiados gallos en tan pequeño corral. De esa guerra interna, si se produce, tratará de aprovecharse el resto. Países Bajos acude con Matthieu van der Poel y con Dylan van Baarle. En Francia apuestan por Julian Alaphilippe, Christophe Laporte y Brian Coquard. Dinamarca confía en Mads Pedersen, bien escoltado por Mattias Skjelmose y Kasper Asgreen.
Los protagonistas
Eslovenia
Se ha apuntado a última hora, pero acude con la buena forma del Tour y saldrá a ganar.
Bélgica
En camino hacia la Vuelta a España, el actual campeón se enfrenta a un circuito que no le beneficia.
Bélgica
Lo tiene todo, velocidad, fuerza y habilidad, para destacar en un trazado así.
Países Bajos
Frente a la poderosa selección belga, es uno de los candidatos a romper la carrera.
Frente a esos cuatro fornidos bloques, no conviene olvidar al ciclista capaz de todo: Tadej Pogacar. El esloveno, que pudo en primavera con Van der Poel en el Tour de Flandes y que no ha podido en el pasado Tour con Jonas Vingegaard (ausente en Glasgow), se ha apuntado a última hora a este Mundial. Le va la marcha. Y le encanta correr sobre charcos. El circuito sólo tiene un repecho, en Montrose Street, que apenas dura medio minuto. Parece poco, aunque el esloveno dispone de registros de sobra para adaptarse a cualquier trazado.
La selección española no presenta en Glasgow a algunas de sus mejores bazas: Juan Ayuso y Enric Mas están centrados en la preparación de la Vuelta. Carlos Rodríguez, Pello Bilbao y Mikel Landa han iniciado un periodo de descanso tras el Tour. Y Oier Lazkano se recupera de la caída que sufrió en la Klasika de Ordizia. Aun así, el seleccionador, Pascual Momparler, ha colgado sus esperanzas de dos guipuzcoanos que vuelan bajo la lluvia, Alex Aranburu y Ion Izagirre, y de un asturiano con etiqueta de clasicómano, Iván García Cortina. El grupo lo completan Jesús Herrada, Xabier Mikel Azparren, Gonzalo Serrano, Jesús Ezquerra y Roger Adriá. «No es un circuito idóneo para nosotros -asume Momparler-. Es más para corredores potentes... pero Izagirre está como un tiro y Aranburu es explosivo y el trazado le va bien».
A todos les preocupa la combinación de curvas y lluvia. Este Mundial es como un gigantesco criterium de 271 kilómetros. Las diez vueltas al circuito final obligarán al pelotón a jugar al máximo con el freno. La colocación será clave. Y para eso, para permanecer concentrado siete horas, hay que tener una coraza mental. Estar en el sitio justo evita el malgasto de fuerzas. El Mundial, aunque no tenga grandes desniveles, es siempre una prueba de fondo.
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