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Ion Izagirre (Cofidis) vuelve este sábado a la competición después del Tour, donde fue uno de los grandes protagonistas con su victoria de etapa. Ha ... aprovechado para descansar con los suyos en casa, pero sin descuidar el entrenamiento. Quire brillar en la Clásica.
– ¿Cómo se encuentra después del Tour?
– He podido descansar bien. Regresas del Tour y a los dos días te viene el golpe. Cuando estás allí no te das cuenta, porque no paras: correr, descansar, hotel, traslados... Estás en una burbuja, pero cuando llegas a casa se refleja todo el cansancio de tres semanas de carrera y cuesta mantener la rutina de trabajo.
– ¿Hay que mantener el nivel de los entrenamientos?
– Hasta hoy (por este jueves) he dado paseos de dos horas, pero tocaba el entrenamiento fuerte de la semana. Había que apretar para que el cuerpo recupere de nuevo el tono y no caer en la relajación. Me encuentro bien físicamente.
– ¿El Tour da un punto extra para afrontar la Clásica?
– Sí, porque son 21 etapas en las que no se baja el ritmo y eso es algo que te da la carrera. En teoría, ese factor juega a nuestro favor, pero también es cierto que hay mucha gente que termina el Tour muy justa y es muy difícil recuperar en pocos días. Son las dos caras de haber disputado el Tour. En mi caso, he terminado bien y esta semana he trabajado con cuidado y he descansado bien, por lo que conservo el ritmo adquirido.
– ¿Y cómo afecta el Tour mentalmente? ¿Uno se relaja, y más tras ganar una etapa, o por el contrario le da más fuerza?
– En mi caso, me ha dado un subidón de energía, para nada se me ha venido encima toda la dureza de la carrera. Todo lo contrario, veo la Clásica como una oportunidad para aprovechar mi buen momento y, además, con la motivación especial de ser la carrera de casa. He podido pasar cinco días con la familia, he descansado y espero que eso se pueda reflejar en la Clásica. Acudo con muchas ganas. Además, no me puedo relajar porque después enlazo con el Mundial.
– ¿Qué le parece el cambio de recorrido con las dos subidas a Murgil?
– El año pasado me caí y me disloqué un hombro, así que tampoco estuve en la disputa. De todas formas, ya vimos lo que hizo Remco. Le da igual que Murgil se suba dos veces o diez; como esté como el año pasado va a ser muy difícil contrarrestarle. Atacó en Erlaitz sin importarle que quedasen 40 kilómetros a meta. Si hubiera hecho falta habría arrancado desde más lejos. No sé en qué estado de forma exacto llegará, pero cuando está así es complicado hacerle frente. Habrá que ver exactamente toda la participación cuando esté la lista oficial, pero en todo caso Evenepoel va a ser el favorito principal.
– ¿Cuál será su objetivo?
– Ganar, si Remco está al cien por cien, será muy difíl. Quiero hacer una buena carrera y disputar el podio, si se da la ocasión. Si no, luchar por un puesto entre los cinco primeros o los diez.
– El Cofidis ya ganó en Donostia en el Tour...
– Sí, pero Victor Lafay no viene a la Clásica porque la caída en la penúltima etapa del Tour en la zona de los Vosgos fue muy fuerte y no se ha recuperado. Si no, iba a venir porque la carrera no le va mal, pero estaba fastidiado. Estaremos Guillaume Martin y yo y los dos vendremos con idea de pelear.
– ¿De la Clásica al Mundial?
– Antes correré Getxo (el domingo), porque el equipo necesita que esté. Hacia Escocia viajaré el jueves día 3 (la carrera en línea es el domingo 6).
– ¿Conoce el circuito?
– He repasado los perfiles y el trazado. Sé que es un circuito urbano con muchas curvas, técnicamente complicado. Conozco Glasgow, pero el circuito no.
– ¿Ha corrido alguna vez allí?
– No, conozco bien Glasgow porque estuve tres meses de Erasmus en la ciudad. Hace ya 14 años, pero tengo un recuerdo magnífico. Al ser un circuito urbano recorrerá muchas de las calles que conocí entonces, pero debo hacerme una idea de cómo será el circuito, que sale de Edimburgo.
– ¿Qué estudio en Escocia?
– Un módulo superior de mantenimiento. Fuimos un grupo de ocho estudiantes de Euskadi y allí conocí a mi mujer.
– O sea, que tiene excelentes recuerdos de Glasgow.
– Extraordinarios. Cuando tocaba trabajar, se trabajaba, pero cuando tocaba disfrutar también disfrutamos mucho. Hicimos una buena cuadrilla allí.
– Esta semana ha disfrutado de un recibimiento en Ormaiztegi. ¿Cómo lo vivió?
– Es muy bonito que se acuerden de ti en el pueblo, poder celebrarlo con todas las personas que te han visto jugar y crecer desde siempre. Se me acercó un montón de gente y me hizo especial ilusión poder estar con los jóvenes. Te ves reflejado. Cuando era un niño yo también iraba a los ciclistas, tenía ilusión por verles y quería ser como ellos. Poder servir de referencia para los chavales es todo un orgullo. Los ciclistas que estamos ahora arriba tenemos esa obligación de aportar ilusión en la medida que podemos. Fue muy bonito.
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