Una entrada para el Leverkusen-Bayern, ¿más barata que un asiento para ver al Almería en Anoeta?

Ver un partido de fútbol en vivo en el estadio parece que se ha convertido en la actualidad en una experiencia lujosa y exclusiva. Precios desorbitados que asustan y ahuyentan a aquellos aficionados que buscan acercarse a un campo de fútbol de vez en cuando como un plan de ocio cualquiera, o desean introducir un partido y la visita a un nuevo estadio en su itinerario de viaje. ¿En todos los lugares? No, hay reductos que siguen pensando en los aficionados y en los que el primer objetivo es llenar los estadios.

En la Bundesliga de Alemania esperan con gran expectación el partido estrella de esta temporada, el que puede resultar decisivo para el título liguero. El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, actual líder, recibirá el sábado 10 de febrero en el Bay Arena al Bayern Munich, segundo en la tabla con dos puntos en la clasificación. El enfrentamiento tiene todos los ingredientes para registrar un llenazo y una alta demanda de entradas, con lo que no sería descabellado poner las entradas a 150 euros y llenar aun así los 30.210 asientos del estadio de Leverkusen.

Sin embargo, parece que todavía se mantiene cierto respeto por el aficionado y los precios son sorprendentemente baratos para la talla del partido. Los asientos más caros, en tribuna principal, son de 70 euros para los adultos, 46 para los jóvenes y 28 la entrada infantil, mientras que las más baratas, en uno de los fondos del Bay Arena, son de 15 euros para los adultos y 8 para los jóvenes.

Cierto es que para este partido solo los socios y los del 'club' (los que pagan 35 euros anuales como los RS Fan en la Real Sociedad) pueden adquirir una entrada, pero el precio de ellas ya muestra la dinámica del fútbol alemán en este aspecto. Incluso el Bayern Munich, uno de los clubes más grandes de Europa y que juega en el espectacular Allianz Arena, de 75.000 espectadores de capacidad, tiene regulado que en Liga las entradas están a 15 (de pie), 40, 50, 60 y 80 euros y en Champions a 19 (de pie), 60, 90, 110 y 180 euros.

Esto choca con los precios que estamos acostumbrados a ver en la Liga, donde a pesar de que hay un acuerdo mayoritario entre los clubes de fijar a 30 euros las entradas en la zona visitante, los asientos en la grada local cuestan a veces incluso del doble. En el partido entre Osasuna y Real Sociedad de Liga en diciembre, por ejemplo, era más barato que un seguidor txuri-urdin comprara dos entradas en la zona visitante de El Sadar (25 euros cada) que un aficionado rojillo no socio adquiriera una en el resto de zonas del estadio (a partir de 70 euros).

Si miramos el partido que Real Madrid y Girona van a jugar el 10 de febrero en el Santiago Bernabéu, en un escenario idéntido al del Bayer Leverkusen-Bayern Munich al ser un partido entre el primero y el segundo clasificado, las entradas más baratas en el cuarto anfiteatro son de 95 euros (prismáticos no incluidos) y los precios van subiendo: 125, 145, 155, 160 y 180 euros.

También ese fin de semana se enfrentarán el Paris Saint-Germain y el Lille en el Parque de los Príncipes de París, estadio que la Real y su afición visitará cuatro días después en la ida de los octavos de final de la Champions League. Para ver el encuentro entre el primer y el quinto clasificado de la Ligue 1 en la capital sa también hay que rascarse el bolsillo, con precios que parten de los 55 euros.

En este panorama, la Real Sociedad tampoco se libra. El precio de las entradas de la vuelta de los octavos de final de la Champions League contra el PSG ya causaron polémica y revuelo. El asiento más barato era de 170 euros y el más caro de 490 euros, y hay mucha gente dispuesta a pagar ese dinero porque de todo el aforo del Reale Arena solo queda una silla libre a casi quinientos euros.

Pero tampoco nos debemos ir a un partidazo como ese del 5 de marzo. El próximo duelo en Anoeta será ante Osasuna el 10 de febrero y el billete más barato tiene un precio de 40 euros y el más caro de 80. Imagínense el desembolso que una familia formada por una pareja y dos hijos tiene que hacer si quiere ir a ver a la Real en un partido 'normal'. Para encontrar precios más baratos en el horizonte, la visita del colista Almería el 13-14 de abril, una semana después de la hipotética final de Copa, tiene precios más populares: entre 25 y 40 euros.

Por último, y quedaría para otro capítulo, el trato que recibe la afición visitante en los estadios foráneos. Además de que no hay un mínimo de plazas exigido en los partidos de Liga y Copa -el Mallorca tan solo ha enviado 164 para todas unas semifinales de Copa del Rey-, como sí existe esa regla en competiciones europeas, parece que se trabaja en que las zonas en las que se ubica a los seguidores del equipo rival sean lo más pobre posible.

En partidos de la Premier League se suele ver a sectores muy amplios de aficionados del equipo visitante ubicados en los fondos a pie de césped, con una gran visibilidad del partido, mientras que en la Liga la zona visitante suele estar en una esquina y lo más arriba posible. A eso se ha sumado la costumbre, al principio en campos como el Camp Nou y ahora en la mayoría, de colocar una cristalera que entorpece la visión del terreno de juego.

Una aficionada del Rayo Vallecano lo ha denunciado en sus redes sociales este mismo fin de semana. «Ver un partido así debería ser ilegal», escribió, adjuntando una foto en la que se puede ver cómo el reflejo del sol en la cristalera impide disfrutar como se debería del partido.

Pero este 'problema' de los precios no es una sorpresa visto el trato que tiene la Liga y la Federación con las aficiones. Primero por los horarios que establece -la vuelta de la semifinal de Copa empezará a las 21.30 horas y unos posibles penaltis serían pasada la medianoche- y segundo por los cambios que en ocasiones realiza a pocas semanas de la jornada cuando hay seguidores que ya tenían su alojamiento y transporte comprado. La industria del fútbol tan solo se preocupa de que el aficionado desembolse su dinero.

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