Pelota - Manomanista

Jokin Altuna: «La final no la he visto perdida. Difícil sí, pero no perdida»

Reconoció que esta txapela «es especial» porque «cada vez tengo más años. Con 22 te parece que te sobra el tiempo y cuando llegas a una edad empiezas a pensar que te quedan menos oportunidades y que no puedes desaprovecharlas».

Para Altuna, la clave estuvo en su capacidad para sufrir y encontrar fuerzas en ese tramo final en el que escaseaban: «Estoy orgulloso de mi cabeza», dijo. «Cuando he recuperado el saque con el 16-19 le he dado a la pelota con todo y he cargado más que en todo el partido, Había estado casi toda la final corriendo para atrás» porque «él le ha dado mucho a la pelota y además ha terminado muy bien el tanto». En ese tramo «me ha tocado defender un copón y sabía que había que dejarlo todo», analizó. «Parece que mediado el partido él estaba mejor que yo, pero al final los dos estábamos cansados. He visto que a él no le quedaban descansos, que bebía mucha agua. Creo que si el partido hubiera sido a 25 habríamos seguido a cara de perro», afirmó.

No vio la final perdida con el 15-19 pero sí «difícil». Es en ese momento cuando «he hecho una dos paredes y he recuperado el saque. Ahí he dado un paso adelante», recordó. «Luego me he puesto 19-19 y sabía que no podía perder el saque porque si no iba a ser muy difícil. Ha sido una final muy dura», resumió.

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«Tengo la sensación de que he perdido una gran oportunidad»

No faltaron las palabras de elogio para su amigo Iñaki Artola pero no tanto a su juego como a su comportamiento durante el partido y en el podio. «Una cosa es la pelota y otra la persona y quiero destacar sus valores. Espero jugar muchas más finales contra Iñaki».

El momento emotivo de la final se produjo cuando nada más lograr el tanto 22, se fue a por la característica txapela que llevaba su más fiel seguidor, Joseba Larreta 'Latu', fallecido recientemente y a quien quiso dedicarle el triunfo. «La txapela es para mi gente que me ayuda, para mi familia, pero sobre todo es para Joeba. Le queríamos mucho en el pueblo. El no puede estar aquí porque nos dejó. Me ha ayudado una barbaridad. Venía conmigo al fisio, a los entrenamientos y era una alegría en el día a día. Va por él y me quiero acordar de sus padres y de su hermano. Va por ellos la txapela también».