«He sufrido catorce o quince fracturas en ocho dedos de las manos»

– ¿Puede deberse a su estilo de juego?

– Las manos me han respondido bien a lo largo de mi carrera, apenas he sufrido mal de manos. Quizá ese juego tan imprevisible que poseo haya propiciado malos golpes. De todas maneras, creo que mis dedos son más débiles que los de otros pelotaris.

– Ha dominado los efectos.

– Evolucionas paso a paso. Empiezas de pequeño, pero cuando más he utilizado los efectos ha sido después de dar el salto a profesional.

– ¿Su pelotazo preferido?

– Durante una época, la parada al txoko. Y el sotamano.

– Ese sotamano...

– Ha sido fundamental a lo largo de mi carrera. También necesario. La pelota siempre me ha entrado bien en la mano al golpear en esa postura. Es una de mis principales armas y la mantengo con el paso del tiempo.

– ¿Por qué varía tanto su saque?

– Es una cuestión de estos últimos años, aunque ha perdido eficacia porque los rivales se han habituado. Funcionaba al principio. Buscaba variar un poco el juego para encontrar una manera de hacer el tanto.

– Elija un sacador entre los que ha conocido.

– Asier Berasaluze.

– ¿Un buen sacador actual?

– Zabaleta. Es un sacador extraordinario. Vaya fuerza imprime a la pelota, qué velocidad le da.

– ¿Conserva la afición a la montaña?

– Aprovecharé cuando termine esta serie de partidos. Voy de vez en cuando.

– ¿Cuál es la cima más alta que ha hollado?

– La del Mont Blanc. También he subido las cumbres más emblemáticas de los Pirineos. Últimamente ando más tranquilo. Voy con mi hijo a los montes de alrededor y también hacemos alguna salida a los Pirineos. El chaval disfruta y es bonito.

– ¿Supersticioso?

– Cuando estamos centrados en un campeonato, la mayoría de los pelotaris repetimos detalles que te han ido bien en partidos anteriores. Da confianza y seguridad. Ayuda a sentirse cómodo desde el punto de vista mental.