Los centros tecnológicos acercan el futuro a los jóvenes

La Semana de la Innovación DSS WeekINN quiso mirar ayer al futuro. Y no hay mejor manera de hacerlo que a través de los que serán sus protagonistas: los jóvenes. Esos chavales que hoy se están formando y que aún no han tomado una decisión sobre lo que serán en el futuro.

El Kursaal se llenó de ellos ayer. Allí se celebró el Maker Day-Tocando la Innovación, una iniciativa dirigida a niños y niñas de entre 10 y 17 años que pudieron conocer los últimos avances tecnológicos y de investigación de Donostia. En las ocho salas repartidas por el palacio de congresos, los estudiantes pudieron descubrir cuáles son los nuevos materiales, qué es la nanotecnología, dónde y para qué se aplica la Inteligencia Artificial, ejemplos de economía circular, cómo descifrar el ADN, lo último en fabricación aditiva y qué es el Internet de las cosas.

Los escolares disfrutaron de los talleres organizados por los distintos centros tecnológicos y de investigación de nuestra ciudad: Polymat, CIC NanoGUNE, CFM, DIPC, CIC BiomaGUNE, IIS Biodonostia, Vicomtech, Tecnalia, Ceit y Tecnun. En esas salas pudieron acercarse y tocar la innovación, el futuro, el mundo en el que ellos convivirán cuando terminen su proceso formativo y se incorporen al mercado laboral.

Fueron más de 380 alumnos de nueve centros escolares los que pasaron por los talleres organizados por los centros tecnológicos. Como no podía ser de otra manera, triunfó el Minecraft, uno de los juegos de moda entre los jóvenes. Precisamente en esa sala estaban los alumnos de sexto de Primaria de Amara Berri. El silencio sepulcral que había allí daba buena cuenta de lo interesados que estaban en el juego. Cada uno con un ordenador portátil, debían encontrar unos cofres en los que había unos libros con unas preguntas a las que debían responder. «Se nota que algunos dominan el juego», contaba su andereño, Olatz. «La verdad es que están muy a gusto. Se les ve disfrutando y la clara señal es que están todos tranquilos y en silencio», comentaba.

En la sala de al lado se encontraban los alumnos de Ekintza. Estos, más jóvenes, trabajaban haciendo construcciones. Debían diseñar lo que ellos querrían que fuera su patio, más allá de los campos de fútbol que entusiasman. «Es una actividad bonita porque piensan en lo que ellos quieren que sea su lugar de recreo y además lo trabajan. Creo que es una iniciativa positiva para todos», decía Arantza, la andereño. Su alumno Jon Ander apareció con su construcción para corroborar la versión de su maestra: «Lo estamos pasando bien, es una actividad divertida».

Tampoco dejaron indiferentes a nadie los experimentos con nitrógeno líquido en los que alumnos congelaron sus propias chucherías. Sin duda, fue una mañana completa para los jóvenes.

• Temas
• weekINN