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alicia del castillo
Baztán-Bortziriak
Martes, 21 de enero 2020
«Había anochecido y llovía con ganas. Mi hija de siete años me propuso un juego, que contáramos los camiones que pasaban en sentido contrario ... hasta casa. Fueron 147, desde la rotonda de Puntxas, en Gipuzkoa, hasta la entrada a Doneztebe, 29 kilómetros de la carretera N-121-A que recorrimos en algo menos de media hora. En dos momentos, solo ella contó. El primero, en un tres carriles, en el que me adelantaron dos camiones y en el que tuve que aguantar la respiración mientras sujetaba fuerte el volante. La lluvia era intensa y reduje a 80 km/h porque apenas veía las rayas de la carretera. El segundo, cuando en el interior del túnel de Bera, me adelantó un coche mientras yo le observaba atónita, primero por el retrovisor y después, delante de mí, a toda velocidad». El testimonio de María, residente en Doneztebe y usuaria casi a diario de la N-121-A, pone los pelos de punta.
«Eso a mí también me ha pasado», explica Haizea Erkizia, «me han adelantado dentro de un túnel que tenía un carril para cada sentido y con poca visibilidad. Y lloviendo un montón me han adelantado camiones... Por eso siempre digo que muchos accidentes se pueden evitar, que todos tenemos que ser mucho más conscientes y poner mucho más de nuestra parte». Haizea es terapeuta ocupacional y tiene 34 años. Ha estado trabajando las últimas semanas en Pamplona y le ha tocado desplazarse desde Doneztebe. Su coche es adaptado. A los 22 años un accidente en la N-121-A le dañó la médula y desde entonces tiene que utilizar una silla de ruedas. El tramo donde ocurrió su accidente era relativamente nuevo. Pasando el túnel de Oieregi en dirección a Pamplona. «Había un camión ardiendo y era un cambio de rasante, así que no lo vimos hasta que estábamos encima». En ese punto hay tres carriles. El central para adelantar a los vehículos lentos, en dirección a Pamplona, que también podían utilizar en sentido contrario para adelantar, porque había raya discontinua. Más tarde lo cambiaron y pintaron la línea. «¿Ah, sí? -afirma sorprendida-, Pues qué curioso, nunca me he fijado», comenta.
Amets Inda, Alcaldesa de Sunbilla
La que sí se ha percatado de ese cambio en la señalización horizontal es Amets Inda, usuaria de la carretera N-121-A y alcaldesa de Sunbilla. «Sí, tienes razón. Después pintaron la raya continua y ahora solo se puede adelantar en una única dirección. Y me acuerdo del accidente de Haizea porque 20 días antes en el mismo lugar tuvo un accidente un vecino mío, que no sufrió heridas graves», explica.
Amets Inda se muestra preocupada. «Es que no se nos tiene que olvidar que hay personas que llevan muchos años peleando por conseguir que se hagan cambios en esta carretera. Esto no es un sprint, es una maratón y lo que queremos es que lleguen soluciones y nos da igual de donde vengan», reivindica.
«No nos olvidamos de los fallecidos, ni de sus familias. Conocemos a familias que tienen más de un fallecido en esta carretera. Y me da miedo mirar cuántos son, pero de Sunbilla son muchos los fallecidos a lo largo de los años y la mayoría ha muerto en la carretera dentro del mismo término municipal». Lo dice junto a la carretera, antes de llegar al cruce, en sentido Irun. «Es como este punto -señala-. Mira, carril de adelantamiento para lentos en dirección a Irun. Pero es que los que vienen del otro lado también pueden adelantar. Hace mucho que aquí tenían que haber pintado también raya continua», añade.
Sunbilla cuenta con s y salidas complicados a la carretera N-121-A, por eso llevan mucho tiempo demandando una solución definitiva. «Y la teníamos con el paso en altura, que luego nos dijeron que no se podía hacer, como la rotonda en superficie, que para aquí no vale, pero resulta que para otros tramos de la misma carretera, sí».
La solución que el Gobierno de Navarra plantea no termina de convencer. Se trata de ampliar a un tercer carril (fórmula 2+1) para adelantamientos alternativos. «Creemos que puede ser una buena solución, pero para otro tipo de carretera, con menos tráfico y en la que se vaya a menor velocidad». En cuanto se formó en nuevo Gobierno de Navarra pidieron una reunión para que les explique en profundidad la idea. «No puede ser que siga para adelante cuando en este tramo el proyecto tiene más de 400 alegaciones. Necesitamos que nos escuchen, que los proyectos se hagan teniendo en cuanta las necesidades reales de la población y queremos que se reactive la mesa de trabajo para estudiar el trazado total de la vía».
Andoni Anduez, Trabajador de Irache
«Es que esta carretera no está preparada para el tráfico que soporta en la actualidad. Es peligrosa y encima, se ve nueva, lo que aumenta esa peligrosidad». El beratarra Andoni Andueza lo tiene claro. «Cuando iniciaron los trabajos para la carretera nueva tenían que haber hecho una autovía. Esta es una vía que prioriza Europa para las comunicaciones internacionales. No se pueden producir tantos accidentes ni formarse colas de hasta 12 kilómetros cada vez que es festivo en Francia y cierran la frontera a los camiones», denuncia.
Andueza cree que un diseño 2+1 será peligroso. «Todos los accidentes con fallecidos son frontales o frontolaterales, muchas veces por adelantamientos o por despistes». En 2014, Andueza estuvo trabajando como alguacil para el Ayuntamiento de Bera, y en una semana le tocaron tres accidentes en el mismo punto. «Fueron dos accidentes graves y uno leve, todos en el km. 65. Después hicieron un estudio de ese tramo de la vía. Cambiaron el trazado y también el firme de la carretera».
Haizea Erkizia, Terapeuta ocupacional
Desde entonces, Andoni ha visto de todo en esta vía. Trabaja en el grupo Tanatorio Irache, «y nos encargamos de los judiciales», es decir, de recoger los cuerpos de los fallecidos en los accidentes. «Sabes qué ocurre, que la semana siguiente a los accidentes todos estamos muy concienciados, pero después... los límites de velocidad en esta vía no los respeta nadie».
Lo cuenta en el mismo punto donde tuvieron lugar aquellos tres accidentes en una semana en el año 2014. Ahora, justo enfrente, un control de la Policía Foral para a muchos vehículos. La mayoría de conductores frena instintivamente al percatarse de su presencia, porque circulan demasiado rápido. De regreso a casa, María ya ha dejado de contar camiones, y solo recuerda a Saioa, a David, a Iñaki, a Maitane y a tantos otros que se dejaron la vida en esta vía.
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