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Ahora sí toca. El actual presidente del PNV, Andoni Ortuzar, dio ayer una sacudida a la política vasca. A las 12.06 del mediodía ... anunciaba que se retiraba de la carrera electoral interna y que no concurrirá a la segunda vuelta como candidato a liderar de nuevo el Euskadi Buru Batzar (EBB). Un inesperado paso a un lado que directamente ha despejado el camino a Aitor Esteban para que le releve en el cargo como presidente del EBB tras una etapa de doce años, después de que el propio portavoz del partido en el Congreso haya anunciado públicamente, poco después, que asume el reto que le han propuesto las bases peneuvistas. «Asumo la responsabilidad de aceptar mi designación para pasar a segunda vuelta», manifestaba en sus redes sociales. El guipuzcoano Markel Olano, el tercero en liza que también había cosechado los apoyos suficientes, también comunicó su renuncia.
Pero el primero en hacer oficial su futuro más inmediato fue Ortuzar, que transmitió a través de las redes sociales su decisión «largamente meditada» de no optar a un cuarto mandato al frente del PNV, y señaló que «reconsidera» su anuncio de dar la batalla interna «para dar paso a la renovación». Uno de los primeros en conocer personalmente su decisión era el propio Esteban, con el que se reunió antes de hacer pública la carta. La relación entre ambos nunca se ha roto y, según ha podido conocer este periódico, han hablado por teléfono de «los temas político del momento». Pero con una excepción: no han conversado una palabra del proceso interno del PNV.
Un par de horas después era el mismo Esteban quien, en el mismo formato –una carta dirigida a la militancia– revelaba lo que más de 70 batzokis le habían reclamado en la primera vuelta: que siga transitando en el proceso interno del PNV para poder hacerse con la presidencia del partido.
El plazo establecido por la Comisión de Garantías y Control para comunicar las candidaturas en liza para la segunda vuelta –que culminará el 30 de marzo en la asamblea general de Donostia– finalizaba este próximo domingo después de que las organizaciones locales del PNV propusiesen en un inicio a los candidatos a presidir el EBB.
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En medio de una máxima expectación por los resultados en los batzokis, que han dibujado una inesperada batalla abierta a dos bandas, Ortuzar enmarcó precisamente su postura en evitar «el riesgo de división» en el partido, que sería «alto» y «una irresponsabilidad», aseguró. De esta manera, la decisión de Ortuzar, que agradeció los apoyos recibidos en el seno de la militancia, deja así el paso libre a Esteban, que en la primera vuelta ha recibido el apoyo de unas setenta organizaciones municipales frente a 110 del presidente del PNV y una treintena Olano, exdiputado general de Gipuzkoa y actual parlamentario, que agradeció a Ortuzar «todo lo que ha hecho por nuestro pueblo».
El portavoz del PNV en el Congreso, por su parte, rescató en su misiva las mismas palabras que empleó en el famoso tuit que publicó el pasado día 25 y que certificó extraoficialmente que iba a dar la batalla interna. «Me siento abrumado y agradecido por las muestras de confianza y apoyo transmitidas».
Previamente, era Ortuzar quien recordaba que ya había constatado la existencia de dos pulsiones internas en el PNV: «La de quienes propugnaban una renovación total, incluida la figura del presidente del EBB, y quienes optaban por mantenerla para dar tiempo a que los cambios habidos hasta ahora se consolidaran». Y a pesar de agradecer, y reconocer, haber sido «el candidato mayoritariamente preferido, obteniendo tantos apoyos como el resto de propuestas juntas», apreció que «también ha quedado patente que hay una parte menor pero significativa de nuestra militancia que promueve el cambio».
Un relevo que finalmente llegará de la mano de Esteban a pesar de que, en la práctica, no existan diferencias estratégicas, políticas, ni generacionales entre ambos. Una sustitución que, salvo sorpresa mayúscula, provocará otro baile de fichas en el PNV, ya que deberán otorgar la portavocía jeltzale en el Congreso a otro representante del partido.
En cualquier caso, Esteban ha aprovechado su anuncio para elogiar a Ortuzar y enterrar cualquier posible hacha de guerra que pudiera surgir entre ambos: «Este partido es una importante parte de nuestro pueblo y lo ha guiado durante décadas a mayores cotas de libertad, bienestar y autogobierno. Y así lo seguirá siendo. En esa labor, mujeres y hombres del partido han dado lo mejor de sí mismos. Y, sin duda, así lo ha hecho Andoni Ortuzar, un amigo con el que he compartido muchas jornadas de trabajo conjunto, de decepciones y de alegrías, siempre en busca de hacer realidad el 'Euskotarren aberria Euskadi da' que nos guía».
La clarificación del proceso en el PNV ha sido acogida con cierta sensación de alivio en sectores de la militancia jeltzale, que temían que la confrontación pudiera reabrir heridas internas. Sobre todo en Bizkaia, en donde el pulso ha sido muy directo y tiene como mar de fondo el relevo de Iñigo Urkullu como candidato a lehendakari. A partir de ahora, el lehendakari Pradales, desde Ajuria Enea, y Esteban, desde Sabin Etxea, deberán establecer una nueva bicefalia
La asamblea general del 29 y 30 de marzo en Donostia, además de consumar la elección del nuevo EBB –ocho burukides, incluido el presidente, más los cinco representantes territoriales– deberá también aprobar las diferentes ponencias –tanto la política, como la organizativa y la socieconómica– que marcarán la hoja de ruta del PNV para los próximos años. El 'ruido' del pulso personal entre Ortuzar y Esteban ha dejado fuera de foco la discusión ideológica sobre la línea del PNV y los posibles cambios en los estatutos interno.
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