David Silva, así hasta la final de Copa

En el segundo palo ·
La Real Sociedad es otra cuando el canario está bien físicamente porque es el primero que defiende y en ataque ve lo que nadie

Álvaro Vicente

San Sebastián

Martes, 9 de marzo 2021 | Actualizado 13/03/2021 12:27h.

Aquí la felicidad. Una gozada. Un triunfo de los que revalorizan a un equipo. Carpe diem, Real Sociedad. Caramelos para todos. Teníamos mucho respeto ... al Levante (al menos yo), pero la Real supo minimizar al temido poderío porque tuvo un plan: juntó líneas, presionó con intensidad, se multiplicó en las ayudas y se llevó una victoria de ésas que provocan un subidón. Es uno de esos partidos en el que es difícil dar un nombre porque se quiera o no al hacerlo se está siendo injusto con otros. Porque ante el Levante la Real lo bordó. El portero estuvo en su sitio cuando el equipo le necesitó, la línea defensiva con tres jugadores de cuatro que son teóricos suplentes se mostró intratable, el centro del campo lo bordó, los extremos percutieron una y otra vez y solo la falta de tino de Isak impidió una goleada. En días así es fácil quedarse con los 25 disparos a puerta -el récord en esta Liga lo tiene el Atlético, también ante el Levante, con 28- y las diecisiete ocasiones de gol, incluido un penalti errado. Prefiero quedarme con que la Real Sociedad volvió a dejar la portería a cero, la undécima ocasión esta temporada, y sobre todo con la insistencia que mostró durante noventa minutos. En otra ocasión, con una Real menos competitiva, al no conseguir marcar el segundo, le habrían entrado las dudas y quién sabe si el partido hubiera acabado en empate. Esta Real Sociedad, ya lo he escrito muchas veces, es capaz de adaptarse a diferentes escenarios como hacen los equipos grandes.

Sigo defendiendo, como escribí la pasada semana, que la Real Sociedad tiene que mirar al cuarto puesto siempre que las lesiones le respeten y siempre que a David Silva le respete el físico. Porque con Silva a buen nivel, la Real es otra.

Números con él y sin él

Confieso que, osado de mí, he estado tentado de escribir sobre él en más de una ocasión para reclamarle que diera un paso al frente. Y me explico: he tenido la sensación en más de una ocasión de que a nada que Silva metiera dos buenos balones al espacio e hiciera un par de conducciones recibía más halagos que cualquier otro jugador haciendo lo mismo (o casi). Silva era elevado a los altares en cada partido en el arranque de Liga y es justo reconocer que pronto nos hizo olvidar a Odegaard. Pero luego la Real entró en un bache de resultados que algunos quisieron justificar por la ausencia de Silva. A mí me costaba aceptar que la falta de un jugador recién llegado tuviera tanta incidencia en el equipo por más que fuera Silva.

Todo empezó el 22 de noviembre en Cádiz, en la décima jornada, cuando la Real era segunda en la tabla, con un pequeño pinchazo en el glúteo que le hizo perderse las citas contra el AZ Alkmaar en Holanda y la del Villarreal en Anoeta. En apenas diez días se recuperó y fue titular contra el Rijeka, pero en la visita al Alavés del 6 de diciembre notó malas sensaciones en el calentamiento y fue baja. Reapareció una semana después contra el Eibar, en la decimotercera jornada, pero terminó con molestias en el sóleo. Se perdió el siguiente de Liga y volvió a jugar ante el Atlético en la decimoquinta. Algo no iba bien en ese momento, las molestias seguían, así que se optó por frenarle y darle tiempo a recuperarse.

Semanas después reapareció en Liga ante el Cádiz en Anoeta, el 7 de febrero. Desde entonces la Real no ha perdido. Decididamente el equipo es otro cuando Silva está cerca de su mejor nivel.

Los números son contundente: la Real Sociedad con Silva en el campo suma 13 victorias, cuatro empates y cuatro derrotas; sin Silva, dos victorias, diez empates y cuatro derrotas.

La Real gana cuando el canario es el primero en iniciar la presión tras pérdida, uno de los conceptos más importantes del fútbol que practica la Real con Imanol Alguacil en el banquillo, y cuando se mueve entre líneas como él solo sabe. Sus compañeros crecen a su lado, les hace mejores, pero, insisto, le necesitamos a su mejor nivel físico porque como a todos también se le ven las costuras cuando no lo está. Hay que hacer lo imposible para que David Silva llegue enchufado a la final de Copa el 3 de abril.