Veinte desalojados en un incendio en el barrio de Herrera

Un incendio en el patio interior de un edificio de cinco plantas del barrio de Herrera de Donostia obligó ayer a desalojar a una veintena de vecinos. Pese a lo aparatoso del fuego y las carreras por salir del inmueble, no hubo que lamentar ningún herido, tan solo algunas personas atendidas por inhalación de humo en el mismo lugar sin revestir gravedad. La mayoría de los habitantes pudieron ayer mismo regresar a sus viviendas después de pasar toda la tarde en la calle. Tan solo dos de ellos no durmieron en sus casas, dos vecinos de la primera planta a los que ya advirtieron ayer tarde que no iba a ser posible hasta conocer el estado de sus viviendas.

A las 14.15 horas de la tarde, los veinte vecinos del número 131 de la avenida de José Elósegui del barrio de Herrera en Donostia tuvieron que salir a la carrera de sus viviendas. La mayoría estaba comiendo o a punto de hacerlo y escucharon gritos de 'fuego, fuego'.

«Hemos salido con lo puesto, no nos ha dado tiempo a nada más, hemos oído a los del primero gritar que había fuego y que saliésemos corriendo, justo he cogido las llaves», comentaba Idoia, vecina del tercero. Ella junto a su familia estaban a punto de empezar a comer, «hemos dejado todo encima de la mesa, ni siquiera hemos podido coger biberones o pañales del bebé, abrir la puerta y a todo correr escalera abajo», relató.

Esta mujer, como el resto del vecindario, siguió durante toda la tarde las instrucciones que les iba dando la policía municipal al otro lado de la acera de su edificio que por fuera no presentaba daño alguno. «No hemos podido entrar todavía», dijo Idoia seis horas después de que se iniciase el incendio, «nos hemos acercado a comer algo a Trintxerpe porque nos dimos cuenta de que iba para largo».

Su vecino del segundo, Ángel, recordó el momento del aviso de fuego. «Veíamos las llamas a través del patio, auténticas llamaradas, no había visto nunca un fuego así». Su madre todavía tenía el susto metido en el cuerpo. «Enseguida han llegado los bomberos y también ambulancias», relató. Al lugar se desplazaron tres dotaciones de bomberos, incluido, un camión grúa. Para poder sofocar el fuego, los operarios entraron por el portal y desde la puerta de a la escalera «fueron metiendo las mangueras para poder apagar el fuego». Madre e hijo esperaban a poder entrar en su vivienda y comprobar los daños producidos por las llamas. «Te preocupa el fuego, pero a ver cómo ha quedado todo con el humo y la propia agua. Al menos estamos todos bien», señaló la madre.

Los vecinos pudieron salir por su propio pie a través de una escalera «que cada vez tenía más humo». Todos menos un señor de avanzada edad que tuvo que ser socorrido por el camión grúa de los bomberos desde su quinto piso. «¡Pobre!», comentaron algunos, «entre el susto y la impresión que tiene que dar bajar desde ahí. Menos mal que los bomberos llegaron pronto, porque no le dio tiempo a bajar».

Varios afectados fueron atendidos por inhalación de humo en la calle nada más salir, y según algunos testigos «una joven vecina tuvo que ser trasladada en ambulancia, se la veía nerviosa».

Una vez extinguido el fuego, alrededor de las ocho de la tarde la Policía Municipal permitió a los vecinos de cada planta subir a comprobar cómo estaban sus viviendas. «Nos han dicho que sobre todo saquemos fotos de cómo han quedado para mañana poder agilizar el tema de los seguros», explicó Idoia. A todos ellos les confirmaron que podrían regresar a sus hogares a pasar la noche salvo a dos vecinos de la primera planta.

Una inquilina de esa primera planta esperaba en la calle su turno «para ver cómo está el piso y coger algo». En cuanto se dio cuenta de que tenía el incendio encima, «salí de casa y solo me preocupé de coger a mi perra. Esta noche la voy a pasar en casa de mi hijo, me han ofrecido ir a otro sitio, pero estoy mejor con él. Menos mal que la casa es de hormigón», manifestó con el susto aún encima.

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