La ley de Educación se eleva a pleno tras la ruptura entre los socios de gobierno y Bildu

El último en descolgarse del entonces considerado histórico pacto educativo alcanzado en marzo de 2022 ha sido EH Bildu, que, tras consultar a sus bases, ha dicho no a la ley. Su portavoz en la comisión de educación, Ikoitz Arrese, se lamentó este miércoles de tener que haber llegado a esta decisión «después de un proceso de tres años». «¡Qué pena!», resumió. «Poca gente puede dudar de la implicación de nuestro grupo para sacar esta ley adelante», sostuvo.

Arrese criticó que durante la tramitación de la ley «se han roto todos los puentes» tras un proceso para lograr el pacto educativo «ejemplar». La inclusión de los modelos lingüísticos en una de las enmiendas «no es un matiz», sino un asunto «esencial», señaló, al mismo tiempo que desmentía que las negociaciones hayan estado activas hasta el último momento. «Es mentira», sostenía. «Desde el 3 de octubre no hemos tenido o con nadie del PNV. Y lo mínimo que se debe hacer en democracia es dar explicaciones».

Arrese pedía al consejero de Educación, Jokin Bildarratz, «un poco de humildad y sinceridad por su parte» tras sus declaraciones de ayer en las que afirmó que afirmó que EH Bildu está en todo el articulado «totalmente de acuerdo» y, por tanto, «no se justifica» que la coalición abertzale «pase de un sí a un no». Bildarratz sostenía que hay «tiempo» para poder concitar «el mayor acuerdo posible» en torno a «este proyecto de ley tan importante».

Además, calificaba de «barbaridades» las declaraciones del secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza. «Dice con soberbia que se felicita de que EH Bildu se quede fuera de esta ley. Quien aspira a ser lehendakari, se alegra de que la segunda fuerza política, de momento, no apoye la ley».

Por su parte, el parlamentario del PNV Gorka Álvarez aseguró que el texto que aprobará el Parlamento es «mejor» que el proyecto que el Gobierno remitió a la Cámara, dado que incorpora aportaciones y «mejoras». Álvarez explicó que se han aceptado 75 enmiendas -26 de PNV y PSE, y el resto, de EH Bildu y Elkarrekin Podemos-. Por ese motivo, lamentó que se diga que no se ha producido un verdadero «debate» y que no se han «recogido» las aportaciones de la oposición. «Hemos intentado sacar la mejor ley posible y creemos que va a ser así», añadió.

Su socio de gobierno, el PSE, anunció que «la valoración política» se la reservan en su grupo para el pleno y acusó a EH Bildu de haber actuado «con doble cara». La parlamentaria socialista María Jesús San José señaló que «cuando uno negocia con la intención de llegar a acuerdos y acercar posturas, no llama a la prensa». Reprochó a la coalición que haya mantenido «una negociación paralela anunciando propuestas, lanzando órdagos y a golpe de ruedas de prensa».

Carmelo Barrio, del PP, denunció que la ley supondrá «un paso atrás en nuestro sistema educativo», y lamentó que no se haya aceptado ninguna de las 56 enmiendas presentadas por su grupo. Además, denunció que «no se puede articular una educación en torno a un eje vertebrador que es el euskera». En lo que se refiere a los modelos lingüísticos, afirmó que el texto «es un auténtico lío», puesto que dichos modelos «no se concretan en el texto articulado, ni se definen ni se identifican». «¿Dónde se garantiza la enseñanza en castellano? En ninguna parte».

La futura ley de Educación constará de 101 artículos, es la primera norma que regirá la red concertada con su inclusión en el servicio público vasco de educación. La apuesta es por que la enseñanza sea gratuita y que los centros concertados solo puedan cobrar cuotas que se aprueben desde el Departamento además de estar sujetas a auditorías. En lo que se refiere a las lenguas, se establece un perfil de salida para todo el alumnado cuando termine Secundaria que será de un B2 en euskera y castellano y un B1 en un idioma extranjero (inglés).