
Secciones
Servicios
Destacamos
Lunes, 5 de diciembre. 15.00 horas. Una treintena de jefes de servicio de la OSI Donostialdea, la organización sanitaria más importante de Gipuzkoa, ... se plantaba delante del Hospital Donostia escenificando la mayor crisis desatada en Osakidetza en los últimos tiempos. Un plante por parte de 28 jefes de servicio jamás visto. El detonante fueron los sorpresivos ceses de la directora gerente, Itziar Pérez, y la directora médica, Idoia Gurrutxaga tres días antes (el viernes día 2), con apenas 24 horas de diferencia. Aunque el malestar se masca desde hace años entre buena parte de los trabajadores del Servicio vasco de Salud y ha terminado por estallar.
Ambos ceses –que trascendieron a la opinión pública sin que el Departamento vasco de Salud lo comunicara públicamente– se produjeron por «desavenencias» y «resistencia» a la «línea de trabajo» de Osakidetza, según argumentó el portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, días más tarde.
Noticia Relacionada
Las formas no gustaron y la reacción no se hizo esperar. Tras las destituciones llegaron las dimisiones de dos subdirectores médicos, Adolfo Beguiristain y Maite Martínez, y la subdirectora de Enfermería, Loreto Marquet. Todo en poco más de 72 horas. El organigrama de la OSI Donostialdea quedaba prácticamente en blanco –el director de Atención Integrada y la directora de Personal también dimitieron hace unos meses–.
En mitad de la tormenta, una carta firmada por 28 jefes de servicio y publicada el lunes por este periódico, en la que se criticaba duramente la «política suicida» y «el estilo impositivo» de funcionar de la actual dirección central de Osakidetza, «que ya nos generaba inseguridad y perplejidad por sus erráticas decisiones, tras sus últimos pasos, nos genera además de rechazo por ineficacia, enfado». También calificaron los ceses de ambas directivas como «un signo de torpeza inaudita» y pidieron su restitución.
El pulso al Departamento vasco de Salud estaba echado y no fue hasta cuatro días después de que se produjesen los ceses y las dimisiones cuando la consejera Gotzone Sagardui salió al paso para dar explicaciones. «Ha sido una concatenación de hechos», se limitó a afirmar, sin detallar las razones por las que se apartó del cargo a Itziar Pérez e Idoia Gurrutxaga. Su comparecencia no convenció, es más, prendió la mecha para elevar el tono de la protesta. Así, lejos de dar por zanjada la cuestión, las manifestaciones de los jefes de servicio que comenzaron de forma simbólica en la escalinata del Hospital Donostia para apoyar al equipo cesado han ido cogiendo fuerza y el plante, liderado por una treintena de jefes de servicio del Hospital Donostia lo apoyan ya 42 –sobre un total de 47– y se extiende también al resto de centros y hospitales del territorio, además de los mensajes de respaldo de diferentes OSI y plataformas. La fotografía es del todo inédita.
Exigen a Salud medidas eficaces contra el «deterioro» de Osakidetza y plantean siete puntos esenciales en sus reclamaciones. Entre los puntos de fricción están las diferencias sobre la constitución de Onkologikoa como una OSI independiente o la centralización de determinados servicios médicos en el Hospital de Cruces. A pesar de las llamadas mutuas al diálogo, ninguna parte parece dar su brazo a torcer y las posiciones continúan alejadas.
42 jefes de servicio del Hospital Donostia de un total de 47 apoyan la protesta
30% Es el porcentaje de la plantilla médica afectada por el relevo generacional en cinco años
Este pasado miércoles, la comparecencia ante los medios de comunicación por parte de varios jefes de servicio provocó una nueva sacudida dentro de la crisis interna de Osakidetza desatada en Gipuzkoa esta última semana, y que lleva desde hace unos meses en el punto de mira por parte de profesionales y de la ciudadanía en general. La convocatoria levantó una gran expectación con la afluencia de un buen número de medios de comunicación.
La organización sanitaria de Donostialdea, principal referencia asistencial de Gipuzkoa, que atiende a cerca de 400.000 personas y cuenta con una plantilla de 4.870 trabajadores, vive uno de los momentos más convulsos de los últimos tiempos.
Aunque no es la primera vez que la sanidad pública lanza una llamada de auxilio. El descontento y el malestar «viene de lejos», aseguran desde enfermeros hasta auxiliares, celadores, médicos o istrativos. Puede que las reivindicaciones y necesidades sean específicas en cada unidad o servicio, pero hay varios puntos en los que todos coinciden en bloque, como es el no sentirse escuchados. «No se nos tiene en cuenta para la toma de decisiones. No se nos escucha», afirman a coro.
Esta falta de atención hacia los profesionales que trabajan día a día ya sea a pie de cama, en una consulta o en un quirófano, es lo que ha generado «enfado» y «desánimo» entre los trabajadores. Este sentir lo han puesto sobre la mesa los jefes de servicio de la OSI Donostialdea. «Para nosotros no es adecuada la forma tan vertical de Osakidetza y del Departamento vasco de Salud. Tienen que contar con los profesionales que estamos con los pacientes, los que conocemos cómo funcionan los centros de salud, cómo funcionan los hospitales... tiene que contar con nosotros en la toma de decisiones», exponen.
Reacción Tras los ceses llegaron tres dimisiones y una carta firmada por 28 jefes contra la gestión de Osakidetza
Movilización Uno de los motivos del plante ha sido «mejorar la asistencia sanitaria para dar el mejor servicio»
A la lista de problemas existentes, se suma otro «fundamental» y es que la calidad asistencial al paciente no se vea mermada. Es un tema que «preocupa» y por el que «nos hemos movido porque el objetivo es mejorar la asistencia sanitaria para que el servicio sea el mejor posible», afirman.
El tercer aspecto que denuncian y por el que alzan la voz es la política de personal de Osakidetza. «Tiene que cambiar», reclaman. «Tiene que mejorar porque también repercute en la calidad asistencial y el trabajo del día». Las voces que venían avisando de la necesidad de renovar la plantilla de Osakidetza y prever el relevo generacional, que afecta a un 30% de la plantilla médica del HUD en los próximos cinco años, vienen resonando desde el año 2008. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica se produjo «el mayor recorte presupuestario en el ámbito de la istración pública. Pero la necesidad no desaparece, y la estamos viendo ahora más acrecentada que entonces». Son conscientes de que la solución «no es fácil», ni tampoco «inmediata». Pero lo que sí pedimos son recursos, un plan y que se nos considere en esa toma de decisiones», repiten.
La pandemia también ha hecho mella en los trabajadores y a esta circunstancia se une «el cansancio, sobre todo mental y emocional muy fuerte, que se expresa en enfado, desánimo...». Por ello, el «apoyo de la población» es más importante que nunca.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Importante aviso de la AEMPS a los diabéticos
Las Provincias
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.