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Una caja de Rivotril. V. VICÉNS / AGM

España, el país del mundo que más tranquilizantes consume

La OCU reclama que se incorpore la figura del psicólogo clínico en Atención Primaria para atajar la situación

Ane Urdangarin

San Sebastián

Viernes, 13 de mayo 2022, 11:42

El último informe de de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que depende de Naciones Unida y monitoriza el consumo de fármacos legales, ha situado a España como el país que más benzodiacepinas consume del mundo. Según el estudio, en España se consumieron el año pasado 110 dosis diarias por cada 1.000 habitantes de estos medicamentos que se emplean para tratar trastornos de ansiedad, estrés o el insomnio. Bélgica, con 84 dosis diarias por cada 1.000 habitantes y Portugal, con 80 dosis, son otros países en el que se ha constatado un elevado consumo de tranquilizantes.

Diazepam (Valium), Alprazolam (Trankimacin) o Lorazepam (Orfidal) son algunos de los fármacos más consumidos, como también ha constatado la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), según la cual entre los 2010 y 2021 el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes aumentó en más de 10 puntos, pasando de 82,50 dosis diarias por mil habitantes a 93,04 dosis diarias. Solo entre 2019 y 2021 el aumento ha sido de más de 6 puntos, una subida que se atribuye en buena parte a la pandemia provocada por el coronavirus.

La población juvenil no es ajena al consumo de estos tranquilazantes. Todo lo contrario. Su uso aumenta, como ha corroborado la última edición de la Encuesta sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias, realizada en 2021 a población adolescente entre 14 y 18 años y que indicaba que en ese año habían disminuido el consumo de todas las sustancias excepto los hipnosedantes (tranquilizantes, sedantes y somníferos).

Este informe arrojó datos ciertamente preocupantes, como el hecho de que el 13,6% de los adolescentes consumen estos psicofármacos, sobre las chicas, y el 7,2% lo hace sin receta médica, aunque la prescripción médica es necesaria para obtenerlas.

«Bien porque los consiguen de algún modo, o bien porque los tienen en casa al alcance de la mano, lo cierto es que los adolescentes toman tranquilizantes o somníferos, lo hacen cada vez más y desde edades muy tempranas», advierten desde la Organización de Consumidores y s que alertada por esta realidad considera que es «fundamental» atajar esta situación.

Para OCU, este consumo «exagerado» responde «a la falta de una respuesta adecuada por parte de la sanidad pública» a los problemas de salud mental, que según el Ministerio de Sanidad afectan a más de un tercio de los españoles. La organización ha denunciado la falta de especialistas en salud mental en la atención primaria. «Los médicos de cabecera disponen de muy poco tiempo para atender a los pacientes, y no siempre se dispone de las herramientas o especialización en psicoterapia para abordarlos. Y así, 'se tira' de recetario. Una solución efectiva a corto plazo, que no está exenta de riesgos, y que, a la larga, no soluciona el problema», denuncian desde la OCU.

Benzodiazepinas, ¿qué son?

  • Beanzodiacepinas son fármacos utilizados para el tratamiento de los trastornos de ansiedad o insomnio, entre otros.

  • Farmacos más conocidso: Diazepam (Valium), Alprazolam (Trankimacin) o Lorazepam (Orfidal)

  • Efectos secundarios: unque estos medicamentos son una herramienta terapéutica efectiva, no está exenta de efectos secundarios y riesgos, algunos especialmente graves. Tienen importantes interacciones cuando se mezclan con alcohol, otras sustancias, u otros medicamentos

  • Dependencia: Generan importantes niveles de dependencia, tolerancia y síndrome de abstinencia si se mantiene su consumo, por eso su uso está acotado en el tiempo a unas pocas semanas y es muy importante no alargarlo.

  • Conducción: Hay que tener especial cuidado al volante, pues la ingesta de estos fármacos ralentiza los tiempos de reacción.

  • Personas mayores: Entre las personas mayores, aumenta el riesgo de deterioro cognitivo, de caídas y fracturas.

La organización de consumidores considera que la falta de profesionales en salud mental, unida a la medicalización los problemas mentales, «consecuente al modelo biomédico de la sanidad pública, refuerzan el consumo de psicofármacos», por lo que cree que es necesario tomar medidas y dotar de recursos suficientes a la atención de la salud mental en la sanidad pública.

. Para ello ha puesto en marcha una campaña para pedir «una mejora sustancial» en la atención a la salud mental, en la que se solicita que se incorpore la figura del psicólogo clínico en Atención Primaria, «de modo que se ofrezca atención terapéutica, no solo farmacológica». OCU denuncia «actualmente solo hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes en la sanidad pública, un tercio de la media europea».

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