El Bidasoa Irun siempre sufre cuando visita al Cangas

Con este partido se completará la semana en la que el club confirmó la no renovación de Jacobo Cuétara como entrenador, en la que es su octava temporada al frente del equipo irundarra.

En muchas competiciones, en la visita del segundo clasificado al penúltimo se podría vaticinar una victoria foránea. No en la Liga Asobal y tampoco si el encuentro se disputa en O Gatañal. El Cangas de Morrazo es un superviviente, siempre al filo del descenso, pero que cada temporada da uno o más sustos a los equipos de arriba. Bien lo sabe el Bidasoa Irun, que en sus seis últimas visitas solo ha sido capaz de ganar una vez y empatar otra.

¿Será suficiente el gran momento de los irundarras para romper el maleficio gallego? ¿O el Cangas será capaz de puntuar ante un equipo enrachado? La respuesta, a partir de las 17.30 y con la ausencia de Rodrigo Salinas en el bando amarillo.

Como anécdota, el zumaiarra Asier Iribar jugará contra el que fue su equipo en la segunda mitad de la pasada temporada, en calidad de cedido por el Bidasoa Irun.

Jacobo Cuétara ve en el Cangas a un equipo «muy guerrero. Lleva un tiempo trabajando con el mismo entrenador y la mayor parte del grupo es estable».

El asturiano advierte de que «hay que intentar controlar los mil pequeños detalles que suceden en cada partido, más en uno que se juega en esa cancha difícil. Los rechaces, pequeñas faltas...».

Pero, «sobre todo tenemos que defender, que es nuestra principal seña de identidad y donde estamos más cómodos. Y luego, tener eficacia en ataque». En ese sentido, el riosellano apunta que «está habiendo partidos en este último tramo en los que estamos regalando muchísimos lanzamientos y necesitamos ser más eficaces». Aprecia que «cuando estás compitiendo bien y siendo superior igual tienes que conseguir más ventaja, porque lo estás generando. Pero no lo estamos aprovechando».

Eso le preocupa dentro de la excelente marcha del equipo, con 19 puntos de 22 posibles. Al analizarla, ve «un grupo que lleva un tiempo junto y la entrada con frescura de gente joven con la que llevamos años trabajando, que tiene muy claras nuestras señas de identidad, nuestro modelo de juego, nuestra manera de entrenar y de entender el grupo».

Es una de las claves, porque «los jóvenes están dando pasos adelante y son tantos que, a poco que mejoren, mejoran mucho al grupo». Todo ello unido a «una base sólida de jugadores con más experiencia que llevan tiempo con nosotros o han encajado muy bien».

El actual Bidasoa Irun es «de estos equipos que te da muy buenas sensaciones. Ya comentamos en verano las buenas vibraciones. Estamos contentos, pero la temporada es muy larga, todo puede cambiar. Tenemos que centrarnos en que no sea así».