«Ahora soy más regular; antes tenía un partido bueno y luego tres muy malos»

– Cuente qué le pasa tras los partidos. ¿Es preocupante?

– En los partidos que hay mucha tensión, al terminar, si me siento se me sube el abdominal. Tengo que estar de pie un rato. Antes de que pase prefiero quedarme de pie. No es una hernia, es una rotura de fibras en el abdominal que se me ha enquistado. Es como si se me sube el músculo. Es de hace tiempo. Suelo notarlo en los partidos grandes.

– Altuna III dijo que entrar de aire es en balde en este frontón. ¿Lo comparte?

– Se hace daño, pero quizás no tanto apuntillando. Metiendo ritmo, sí. Creo que hice daño con la volea. Es diferente a otros frontones, en largo se mete velocidad y los zagueros sufren.

– ¿Cómo ha sido jugar cuatro meses junto a Jose?

– Una pasada. Al principio del campeonato quizás la gente temía que no iba a dejar jugar tanto a Jose por mi forma de afrontar los partidos y entrar de aire. No he dejado de entrar de aire, pero él me ha convencido de que las buenas hay que dejar pasarlas para que él las reviente.

– Cuando ellos venían remontando apenas intervino en juego. ¿Por qué?

– Lo habíamos hablado, no creo que no entrara por miedo o falta de atrevimiento. No piensas en eso. Toda esa pelota que caía en el cuadro dos o tres Jose la tenía que aprovechar porque hacía daño. Tiene siete tantos hechos. Castigó mucho y estaba hablado.

– ¿Mentalmente cómo se lleva ver que no caía el tanto veintidós?

– No se pasa bien, la verdad. Cuando ves que vienen y quieres hacer un tanto y no puedes, sufres. Ellos acertaron, nosotros regalamos y se metieron en la final. Intentaba aislarme de todo y hacer un tanto más.

– La gente agradeció esa tensión.

– Normal, yo hubiese firmado terminar 14-22, olvidarme de todo e ir a celebrar con mi gente. Jose dice que le supo mejor, pero con el 20-21 le hubiese dicho a ver si luego lo iba a disfrutar más. Es muy emocionante porque la gente quizás estaba más fría, la gente se metió de lleno según iban haciendo tantos. El volumen subía.

– ¿Que enfrente estuviese Jokin impone más?

– Bueno, si no lo matas, te mata. Jokin es así. Si ve sangre se agarra a ello y por eso tiene todos los títulos que tiene. Siempre está arriba. Creo que es como un perro de presa, se agarra a todo.

– ¿Qué supone su primera txapela del Parejas?

– Es algo muy bonito. Todos trabajamos para vivir este tipo de días, cuando llega es un premio gigante. No tenía ninguna, no sabía lo que era. Había jugado la final de Bilbao, pero me ha sabido a gloria.

– ¿Es más difícil mantenerse que llegar?

– No lo sé, lo voy a afrontar de igual manera. Voy a hacer lo mío. Intentaré estar arriba y luchar contra los mejores el mayor tiempo posible, pero para eso tengo que trabajar como hasta ahora. Está siendo una temporada bonita. Desde el verano pasado, pese a que no entré en ferias, me vengo sintiendo bien. Quizás ahora soy más regular, antes tenía uno bueno y tres malos. Pecaba de inseguridad. Desde el verano pasado estoy disfrutando.