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El envejecimiento de la población vasca, que ofrece datos desoladores en cuanto a la relación entre los nacimientos y los fallecimientos en el país, está ... dejando una Euskadi envejecida en la que la pirámide poblacional se asemeja más bien a un champiñón. El fenómeno, con multitud de aristas y consecuencias en numerosos ámbitos, tiene también su impacto en el mercado laboral, que como la propia sociedad se hace mayor.
De hecho, como recuerda el responsable de empleo de Confebask, Carlos Pereda, «nunca ha habido trabajando en Euskadi tanta gente mayor de 45 años». Con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), del Instituto Nacional de Estadística, a cierre de 2023, 542.700 trabajadores en activo en el País Vasco superaban esa barrera de edad. Eso supone un 54,4% del total.
Dentro de ese colectivo, la estadística separa a las personas de entre 45 y 54 años, que suman 305.200 (un 30,6% del total), y a las mayores de 55, que son 237.500 (un 23,8% del conjunto). Sirva también para ilustrar el enorme crecimiento de este grupo de los sénior, fruto del proceso de envejecimiento, el hecho de que los dos segmentos han ganado en total 277.200 ocupados en el último decenio (desde 2013); un repunte que no es equilibrado, puesto que mientras la franja de 45 a 54 años ha ganado 53.600 trabajadores, la de los más veteranos se ha disparado en 223.600, dejando así patente cómo la fuerza laboral de Euskadi luce canas.
Un fenómeno que gana fuerza según pasa el tiempo, y es que la realidad se impone y con carreras laborales que llegan en muchos casos a los 65 años, las personas mayores de 45 o de 50 años siguen estando en primera línea laboral, máxime cuando atesoran una experiencia que muchas veces les hace muy atractivos para las empresas. Otra cosa es el hándicap de la formación, que sí levanta muros a veces infranqueables para el o el regreso al empleo. De todos modos, está a la orden del día, los veteranos siguen siendo atractivos a la hora de buscar profesionales en un mercado que se va estrechando.
Junto a esto, y fruto de la misma realidad, también la cola del paro cumple años. De hecho, el 43,1% del total de los desempleados vascos supera la frontera de los 45; un 17,7% tiene entre esa edad y 54 años, y un 25,4% (uno de cada cuatro, lo que es bastante) ha cumplido ya 55. En 2013, este último colectivo suponía 'sólo' el 9% de los parados, lo que de nuevo evidencia cómo ha envejecido Euskadi.
Los 'senior' se enfrentan a multitud de barreras de entrada, en este caso de regreso, al mercado laboral. El edadismo (la discriminación por edad a la hora de seleccionar a un candidato a un puesto de trabajo) flota en el aire, pero según Pereda atesorar más o menos primaveras no es en realidad un problema «per se». «Cuando te faltan profesionales, que es lo que está sucediendo, la edad deja de ser un requisito; es más, la experiencia es algo muy bien valorado», afirma. A su juicio, el verdadero lastre son las situaciones irregulares en las que se encuentran algunos parados y, ante todo, la falta de formación: «No hay más que ver que dos tercios de los parados mayores de 55 años en Euskadi no tienen estudios». «Eso sí es un problema que termina traduciéndose en paro de larga o larguísima duración, por eso es importante la recualificación, la FP o la formación dual», concluye.
Ante el fenómeno del paro entre el colectivo sénior, varias instituciones manejan programas de acompañamiento y orientación para esas personas, como la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, que tiene en marcha la iniciativa 45+, financiado por Fondo Social Europeo y que «trata de identificar las competencias de cada persona, y diseñar un itinerario personalizado de capacitación que facilite su integración posterior en empresas del territorio».
Así lo explica Ana Ugalde, responsable cameral de empleo, que detalla que el año pasado el programa facilitó esa reinserción laboral a 25 personas en 2023.
También el Gobierno Vasco ha puesto en marcha el programa de contratación para mayores de 50 años, impulsado en el seno de la mesa de diálogo social, con el que subvencionará con hasta 17.000 euros la contratación de personas que lleven al menos un año en desempleo.
Hasta la fecha, según datos del departamento de Idoia Mendia, 219 empresas han solicitado personal, de las que 53 eran guipuzcoanas; 132, vizcaínas y 34, alavesas. La iniciativa, aprobada el año pasado pero puesta en marcha este, ha superado rápidamente todas las previsiones, y es que se esperaba que diera cobertura a unas 200 personas en todo un ejercicio. El programa exige que las empresas firmen un contrato indefinido o temporal con una duración mínima de seis meses. El compromiso laboral deberá ser a jornada completa o, si es parcial, superior al 70%.
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