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Viernes, 30 de octubre 2020
La variedad de quesos es casi infinita y todos tienen su razón de ser. Los hay más intensos y otros más suaves, con más grasa y con menos. Un abanico impresionante que parece no tener fin. Uno de los quesos que más fácil es introducir en una dieta es el cottage.
El queso cottage tiene su origen en Reino Unido, aunque su popularidad y producción a gran escala se consolidaron en Estados Unidos.
Se cree que este queso surgió en Europa Central y las Islas Británicas, donde los campesinos elaboraban quesos frescos a partir de la leche sobrante tras la producción de mantequilla. Su nombre, cottage (que en inglés significa «cabaña» o «casa de campo»), hace referencia a su origen rural y artesanal, ya que era un queso comúnmente producido en casas de campo y pequeñas granjas.
Aunque era conocido en Europa, fue en Estados Unidos, a principios del siglo XX, donde se industrializó y se convirtió en un alimento popular por su bajo contenido en grasa y alto aporte proteico, ideal para dietas saludables. Hoy en día, es un queso ampliamente consumido en todo el mundo, especialmente en Norteamérica y Europa.
Bajo en grasas: Las propiedades y valor nutricional del queso cottage lo elevan a la categoría de bajo en grasa y en calorías, lo que supone un plus a la hora de introducirlo en las dietas.
Alto en proteínas: Es rico en proteínas de alta calidad, esenciales para la recuperación muscular y el mantenimiento de la masa muscular. Por eso, es muy consumido por deportistas y personas que siguen dietas altas en proteínas.
Probiótico: Los alimentos fermentados, como es el caso de este queso, contienen probióticos que facilitan el correcto funcionamiento del sistema intestinal. No obstante, no todos los quesos cottage cuentan con probióticos, por lo que es necesario fijarse en la etiqueta para garantizar su existencia.
Fuente de calcio y minerales: El calcio es clave para la salud ósea y dental, y el queso cottage es una buena fuente de este mineral. También aporta fósforo y magnesio, fundamentales para la función celular y la salud del sistema nervioso.
El queso cottage es un alimento saludable, nutritivo y muy versátil, ideal para personas que buscan una opción baja en grasa, rica en proteínas y fácil de incluir en su dieta diaria. ¿Te gustaría que te diera algunas recetas con queso cottage?
La versatilidad del queso cottage lo convierte en un imprescindible en cualquier cocina. Es fácil encontrarlo en supermercados y disfrutarlo al instante, pero para los amantes de la gastronomía que buscan un toque más artesanal o quieren impresionar en una comida especial, también es posible elaborarlo en casa. Con tan solo dos litros de leche de vaca sin pasteurizar, una taza de kéfir sin pasteurizar y media cucharada de sal de mar, puedes preparar un queso cottage casero, una receta sencilla con un resultado excepcional.
Gracias a su textura ligera y cremosa, el queso cottage es un excelente sustituto del yogur y combina a la perfección con cereales, frutos secos o miel en desayunos saludables. También es ideal para untar sobre pan o crackers, como si fuera un paté, aportando un toque fresco y ligero. Y, por supuesto, no podía faltar en los sándwiches: su cremosidad realza cualquier combinación de ingredientes, ofreciendo un resultado delicioso.
Lo que muchos no imaginan es que el queso cottage también brilla en la repostería. En varios países europeos es un ingrediente clave en la preparación de postres tradicionales, desde tartas de queso y bizcochos hasta gofres y crepes. Su suave sabor y textura lo convierten en una opción ligera y equilibrada para los amantes de lo dulce.
Ya sea en recetas saladas o dulces, el queso cottage es un aliado versátil que aporta frescura, sabor y una textura única a cualquier plato. ¿Te animas a probarlo?
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