Alemania quiere el mayor ejército
Ante la amenaza rusa. ·
Merz se compromete a dedicar todos los recursos necesarios para convertir al Bundeswehr en el gran líder militar de EuropaSecciones
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Ante la amenaza rusa. ·
Merz se compromete a dedicar todos los recursos necesarios para convertir al Bundeswehr en el gran líder militar de EuropaCueste lo que cueste». Con estas palabras el canciller federal, el conservador Friedrich Merz, anunciaba ya semanas antes de su investidura su intención de convertir ... al Bundeswehr, el ejército federal, en una potencia militar ante la amenaza de Rusia para Alemania y Europa. «Reforzar el Bundeswehr es una prioridad absoluta de nuestra propia política. En el futuro, el Gobierno proporcionará todos los recursos financieros que las fuerzas armadas necesiten para convertirse en el ejército convencional más fuerte de Europa», ha dicho Merz, convencido de que «esto es más que apropiado para el país más poblado y económicamente más fuerte de Europa».
Su ministro de Exteriores, el también conservador Johann Wadephul, comunicaba recientemente el respaldo de este país a la exigencia del presidente estadounidense, Donald Trump, de que los países de la OTAN dediquen no menos del 5% de su rendimiento económico a Defensa. Ya el anterior Gobierno germano liderado por el socialdemócrata Olaf Scholz había impulsado la modernización del Bundeswehr tras la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, pero Merz y su gabinete han ido más allá al asumir que debe liderar la defensa del Viejo Continente y mostrarse dispuesto a hacerlo.
La tarea se plantea titánica, además de urgente, dado que algunos expertos han advertido de que Rusia estaría preparada para atacar el flanco oriental de la Alianza Atlántica lo más tarde en 2029. Desde el fin de la Guerra Fría con la caída del Muro de Berlín en 1989, las fuerzas armadas alemanas no han hecho más que mermar en personal y material. En plena confrontación con la Unión Soviética, más de 1,4 millones de soldados de la OTAN y el Pacto de Varsovia se encontraban estacionados en suelo alemán a uno y otro lado del Telón de Acero.
El Bundeswehr contaba entonces con más de medio millón de soldados, apoyados por 250.000 militares estadounidenses, 60.000 británicos, 44.000 ses, 25.000 belgas, 7.500 holandeses y 8.000 canadienses. Todos en bases emplazadas en Alemania Occidental. Al otro lado de la frontera interalemana, el Ejército Nacional Popular (NVA) de la RDA sumaba 155.000 hombres y la Unión Soviética tenía desplegados 380.000 soldados. Esas cifras son historia ahora y no volverán presumiblemente a repetirse. La NVA fue disuelta con la reunificación de Alemania, mientras soviéticos y los aliados occidentales se retiraron definitivamente hasta 1994.
180.000 soldados
tiene hoy el ejército alemán, frente a medio millón en la Guerra Fría.
El Bundeswehr cuenta hoy únicamente con 180.000 soldados y quedan tan solo 18.500 hombres del ejército estadounidense en suelo alemán en tres bases situadas en Stuttgart, Wiesbaden y Ramstein. En 2025 el factor humano es el mayor problema del Gobierno germano para cumplir con sus objetivos en materia de Defensa. Aunque el ministerio correspondiente habla de incrementar el número de soldados hasta unos 200.000 próximamente, según cálculos de la gobernante Unión Cristianodemócrata (CDU), el Bundeswehr necesita contar con al menos 460.000 soldados para cumplir con el compromiso de garantizar por sí misma la seguridad del país y liderar la defensa de Europa. Una necesidad que parece incumplible tras la abolición del servicio militar obligatorio en 2011.
¿Vuelve la 'mili'?
La coalición de gobierno de conservadores y socialdemócratas ha pactado experimentar con el servicio militar voluntario siguiendo el modelo sueco, por el que a todos los jóvenes de 18 años, chicos y chicas, se les invita a un alistamiento para pasar una revisión médica e ingresar eventualmente en el ejército de manera temporal. Un remedio a todas luces insuficiente cuando el propio ministro de Defensa, el socialdemócrata Boris Pistorius, ha reconocido que «si no funciona, el Parlamento Federal aún puede decidir que una determinada proporción de jóvenes esté obligada a alistarse en el Bundeswehr». Una manera fina de decir que probablemente se acabará reintroduciendo la 'mili'.
Pero también las infraestructuras militares y el material son un problema, aunque no faltarán fondos para remediarlo. Al presupuesto extraordinario de 100.000 millones de euros para modernizar las fuerzas armadas aprobado bajo el mandato de Scholz tras la última invasión de Ucrania hay que sumar el fondo mínimo de medio billón de euros aprobado por el Bundestag tras modificar el llamado 'freno de la deuda', la ley constitucional que prohíbe un endeudamiento público mayor del 0,35% del PIB anual. Esa reforma abre las puertas prácticamente a un gasto ilimitado, pero a crédito, en defensa y seguridad.
Dinero necesario también para reparar y modernizar las infraestructuras militares. Tan solo para ejecutar mejoras en los 1.500 cuarteles y bases, abandonados durante décadas, la comisionada para el Ejército Federal del Bundestag, Eva Högel, presupuestó el pasado año 67.000 millones de euros. Y también el armamento está en gran parte obsoleto tras gastar desde el fin de la Guerra Fría solo el mínimo necesario para su mantenimiento. Buena parte de las armas en buen estado o incluso de las más modernas han sido suministradas a Ucrania para incrementar su defensa frente a Rusia.
Con el fin de prestar el máximo apoyo a Kiev, Berlín ha cedido numerosas baterías antiaéreas Patriot o sus sistemas de misiles de defensa aérea Iris-T, pero incluso armamento que sus propias fuerzas armadas no han llegado ni a ver. Es el caso del obús autopropulsado RCH155, el más moderno del mundo, cuyas primeras unidades recién salidas de fábrica han sido entregadas al ejército ucraniano. Como país europeo que más ayuda militar proporciona al ejército de Volodímir Zelenski, Alemania ha dejado también prácticamente secas sus reservas de munición y la mayor parte de la que se produce actualmente acaba también siendo disparada contra los invasores rusos.
Compra de armamento
Pese a todo, la compra de armamento moderno está ya en marcha y la lista de pedidos es larga. La Luftwaffe, la fuerza aérea, espera la llegada de 35 aviones de combate F-35 del fabricante estadounidense Lockheed para reemplazar sus viejos cazas Tornado de los años 80. También se han adquirido ya 60 helicópteros de transporte pesado CH-47 de Boeing. Para la marina se construyen ya nuevas fragatas y submarinos, mientras se han encargado varios aviones de reconocimiento marítimo de largo alcance del tipo P8 Poseidon.
El ejército de tierra aguarda la entrega este verano del carro de combate más moderno del mundo, el Leopard 2A8, mientras el antiguo carro blindado ligero Marder se verá reemplazado por el más moderno Puma. Y para la defensa antiaérea se han pedido baterías de Patriot estadounidenses e Iris-T alemanas. A Rheimetall han encargado munición por valor de 8.500 millones de euros, el mayor pedido de su historia. Algunos de los encargos ya han llegado, para otros el Bundeswehr tendrá que tener paciencia. «Para un submarino se necesitan unos ocho años, seis para una fragata y en el caso de un carro de combate o un obús autopropulsado, dos y medio», explica Pistorius.
La guerra en Ucrania se ha convertido en su campo de experimentación, donde se han confirmado como el arma del futuro. Los drones son también prioridad en la modernización y nuevo equipamiento del Bundeswehr. Con ese fin el ministerio federal de Defensa alemán ha ado ya con dos empresas nacionales especializadas a las que ha hecho pedidos con fines experimentales antes de hacer encargos en firme. Ambas trabajan ya también con la OTAN.
Se trata de las firmas con sede en Múnich Stark Defence y Helsing, esta última especializada en Inteligencia Artificial para sistemas de armas, también para carros de combate, submarinos y aviones. Helsing es el fabricante del dron de combate HX-2 con alas en X, que ha recibido de Ucrania un pedido de 6.000 unidades. El dron HX-2 «opera por software, es producible en masa y tiene capacidad de actuar en enjambre», informa la propia Helsing.
Con un alcance de hasta 100 kilómetros, en el lenguaje militar es calificado de «loitering weapon», es decir arma de acecho, capaz de sobrevolar en círculos una zona de guerra para lanzarse luego en picado sobre su objetivo. Varias unidades pueden ser coordinadas por un solo piloto en forma de enjambre. La cantidad de carga explosiva que puede portar es un secreto, aunque se sabe que puede reventar un tanque.
También Stark Defence está presente en Ucrania con su dron de combate Stark guiado por inteligencia artificial. Puede ensamblarse en diez minutos y no necesita rampa de lanzamiento, lo que permite operar con el dron sobre el terreno desde un lugar oculto. Al igual que el HX-2 es capaz de formar enjambres y recibir información de otros sistemas inteligentes a la hora de actuar.
Tanto Stark Defence como Helsing se han ofrecido la Alianza Atlántica para crear un «muro de drones» en el flanco oriental de la organización de defensa occidental para una disuasión convencional ante Rusia. Gundbert Scherf, cofundador de Helsing, asegura que una barrera de ese tipo se levantaría en solo un año y solo necesita para operar sistemas de reconocimiento, satélites y el apoyo de drones espía.
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