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Sara Alonso
Sara Alonso (San Sebastián, 1999) estaba feliz ayer, cuando paseaba por Sagüés, en el barrio de Gros, con el hacha y la txapela que le ... acreditan como ganadora de la Zegama Aizkorri. «Fue increíble el gentío que había», confiesa la donostiarra, ya más tranquila tras las emociones vividas en una jornada inolvidable para ella. Esta victoria, la primera de su carrera deportiva en Zegama, unida a la conseguida en Kobe (Japón) en el arranque del calendario Golden Trail Series ha situado como líder del circuito a la atleta del equipo Asics.
– ¿Cómo se siente tras haber ganado la Zegama-Aizkorri?
– Muy contenta. Ganar la Zegama-Aizkorri ha sido un sueño hecho realidad. Salí a ganar desde el principio y lo conseguí. No hay nada mejor. La víspera por la noche estaba llorando atenazada por los nervios que tenía, pero una vez que se dio el pistoletazo de salida me solté y pude poner toda la carne en el asador. Me sentí muy bien desde los primeros kilómetros.
– Su estrategia fue clara: salir a tope desde el arranque.
– Mi estrategia pasaba por apretar hasta Aratz porque sabía que mi rival más fuerte Judith Wyder es una gran corredora bajando y que se maneja mejor en los terrenos técnicos. Sabía que me iba a hacer daño en la bajada hasta Sancti Spiritu y tenía que tratar de sacarle ventaja en los primeros kilómetros. En mi cabeza tenía los tiempos que hice en 2022, cuando quedé tercera. De hecho, llegué a Otsaurte marcando el mismo tiempo, después alcancé Atabarreta treinta segundos más rápido y posteriormente subí un minuto antes que hace tres años a Aratz. La verdad es que me había marcado rebajar en tres minutos mi mejor crono en ese punto, pero las piernas no me respondieron.
– Pero le dio la vuelta.
– Llegué primera a Aratz, pero no tenía referencias de quién me seguía y a cuánto tiempo. Nadie me decía nada porque realmente nadie lo sabe. Iba a ciegas. Lo único que sabía es que nadie me seguía de cerca. Oihana Kortazar empezó fuerte, pero nunca me llegó a superar. Mis ritmos los llevaba bien marcados hasta Sancti Spiritu donde mi padre ya me dijo que sacaba tres minutos a Judith. Esa referencia fue de las pocas que tuve en el recorrido. No era suficiente, de ninguna manera. Llegué a Sancti Spiritu un minuto antes que en 2022.
– ¿Cómo recuerda su paso por ese tramo?
– Fue una locura, una auténtica locura. Recordaba el sonido que había de la primera vez que corrí, pero he hablado con otros corredores y coincidimos en que el ruido que había en ese tramo era increíble. Pensé 'el fotógrafo que esté aquí todo el rato estará sordo'. Después de pasar ese sonido, llegó el silencio y esa parte es durísima hasta que llegas otra vez hasta Aizkorri, donde estaba un montón de público animándome. Entonces fue otra vez una locura.
– En todo momento se le vio muy concentrada.
– En Aizkorri alguien me dijo que le sacaba dos-tres minutos a Wyder, era una buena referencia, pero nunca sabes si es así. Hay que ser muy cauta cuando te dan las referencias de tus contrincantes. Es verdad que ese tramo era mi momento más fácil, porque no soy muy técnica y ahí, Judith me podía recortar.
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– Después tocaba el exigente tramo del cresterío.
– Este año el cresterío se me hizo eterno. Tenía unas ganas bárbaras de acabar cuanto antes. Además, me caí un par de veces. Estaba con la sensación de que iba a tener calambres. Una vez abajo, sabiendo que no me habían recortado distancia y no la veía por detrás, pensé: 'a ver Sara, casi ya tienes la carrera'. Y es que la parte de Urbia se me da bien porque puedo correr. Lo peor fue que apretaba el calor y a partir de ahí sufrí mucho.
– Pero no desistió en su propósito y siguió luchando.
– Vi que no venía cerca de mí y seguía corriendo a mi ritmo. Algunos me decían llevas un minuto de diferencia, otros cinco... pero no podía dejarlo porque llevaba tres horas liderando, tenía claro que no podía perder y además me encontré con el hermano de Malen que me dijo que iba en tercera posición y eso me alegró mucho. Ahí pensé 'que tampoco me adelante eh!' Me hizo ilusión porque iba a estar bien que estuviéramos las dos en el podio.
– Un impulso para afrontar el último tramo, que no deja de ser exigente también.
– Sí, pero bajando empecé a sentir un hormigueo por los brazos y pensé 'madre día Sara estás en el límite'. La verdad es que los últimos kilómetros se me hicieron eternos. Solo quería acabar, llegar a meta y ganar porque todo el mundo me decía: 'Ánimo Sara, aurten bai!'
– ¿En ese punto era consciente de que iba a ganar?
– Hasta no pisar el asfalto y llegar a la plaza la primera no me lo quería creer. En Andraitz sabía que le sacaba 5:50 de diferencia a Wyder y de hecho, en meta le saqué 2:20. Es verdad que se acercó mucho a mí en ese tramo, pero tuve mucho cuidado en la bajada porque no me quería caer y no quería apurar más mi ritmo para guardar fuerzas por si acaso, por si había un sprint. Era consciente de que arriesgaba demasiado si corría más rápido y mantuve el ritmo como hasta ese tramo.
– ¿Cómo se encontraba físicamente en esos últimos kilómetros?
– Al final peté un poco, y de hecho, hice treinta segundos más que en 2022. A decir verdad, no tenía cerca a nadie que me presionara y bajé un poco el ritmo al final. Este año lo importante no era el tiempo sino luchar por la victoria. Aunque hubiera acabado en 4h40 no me hubiera importado. Además, teniendo en cuenta los tiempos que hicieron los chicos y las chicas, creo que todo el mundo corrió más lento. El calor influyó en el ritmo de la prueba y eso se vio reflejado en los tiempos registrados. Además, sabía que mi tiempo de 2022 de 4h26:40 es una buena marca. Todavía hoy me pregunto cómo hice ese tiempo, me sorprende lo rápido que corrí aquel año estando hoy más fuerte que entonces.
– Aquel año acabó tercera.
–Puedo que decir que mi estreno en la Zegama fue muy bueno para plantarme en la prueba sin conocer apenas el recorrido y siendo mi primera maratón de montaña. Acabé tercera detrás de Nienke Brinkman (4h16:43) y Maude Mathys (4h26:03). El tiempo que hice es mejor que el realizado por las ganadoras de 2023 y 2024. En 2023 se impuso Daniela Oemus con un crono de 4h31:54 y en 2024, ganó Sylvia Nordskar con 4h29:12.
– No hay victoria sin sufrimiento en una maratón de montaña.
– Sobre todo sufrí en esos últimos 12 kilómetros. Al llegar al pueblo fue cuando ya sí me hice a la idea de que iba a ganar. Me dio tiempo a sonreír porque soy consciente de que a mi paso por Andraitz el aficionado pudo llevarse una idea equivocada de mí. Pude parecer hasta borde porque no choque las manos con nadie. Simplemente es que iba concentrada en lo mío y sentía la presión y el miedo de perder la primera posición.
– ¿Fue consciente de los ánimos de la gente y las ganas que había en el ambiente para verle a usted en lo más alto del podio?
– La verdad es que este año desde que entrené por el pueblo antes de la prueba, mi nombre sonaba por todas la esquinas. Escuchaba mi nombre por todos lados y palabras de ánimo todo el rato. En Aratz me quedé flipada. Normalmente, no suele haber mucha gente allí, pero este año había un montón y no dejaban de animarme. Algo que se repitió en muchos puntos de la carrera.
– ¿Qué sintió cuando dijeron el nombre de Sara Alonso antes de subir al primer puesto del podio?
– Buahhhhh! Fue una pasada. Cuando me dieron la txapela y el hacha pensé: '¡qué bonita, madre mía!' Además, era la primera vez en toda mi carrera deportiva que ganaba a Judith Wyder en una carrera. Cuando empecé a correr en montaña me sacaba 5-10 minutos de diferencia. El domingo, por fin, le gané. Es una ilusión muy grande porque soy consciente de que es una corredora muy grande y ganarle a una persona que ha logrado grandes triunfos en carreras de todo el mundo. Además, ganar en Zegama el año en el que Malen Osa ha sido tercera, habiendo dos guipuzcoanas en el podio, es una pasada para mí. No había ganado ninguna corredora guipuzcoana desde que lo lograra en 2017 Maite Maiora. Que Malen haya sido tercera y yo primera es bueno para nosotras, para la Zegama-Aizkorri y para todos.
– Un gran logro donde los haya.
– Creo que me merecía ganar la Zegama-Aizkorri 2025. En dos participaciones, la de 2022 y la de este año, he logrado estar en el podio y además ganar. En las dos anteriores ediciones, 2023 y 2024, no pude competir por problemas de salud (por una fractura por estrés en la cadera y por una neumonía), pero este año llevaba un mes pensando solo en la Zegama.
– ¿Disfrutó la carrera tanto como en su debut en la Zegama?
– En 2022 disfruté mucho más haciendo la maratón. El domingo iba reventada la última hora y media de carrera, pendiente de conservar el primer puesto, y no pude disfrutar como me hubiera gustado. Es el peaje que pagué por salir fuerte desde el principio. Era algo que podía pasar, además el calor apretó mucho y nos castigó a los corredores. También es verdad que llegué a la carrera con menos kilómetros en las piernas de los que me hubiera gustado porque el viaje a Japón de las últimas semanas condicionó mi preparación. Por suerte todo salió redondo.
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