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La Real voló ayer de vuelta a casa con un candado, bien blindado, en su equipaje. Un cerrojo diseñado en Zubieta y probado con éxito ... en LaLiga al que le faltaba un test en Europa para comprobar su eficacia. Funciona. El equipo de Imanol se ha vuelto del AFAS Stadion de Alkmaar con la puerta a cero, igual que como regresó del Stadion Rujevica de Rijeka. En los dos partidos europeos en el Reale Arena, solo ha recibido un gol -contra el Nápoles-, y tras un desvío involuntario de un defensa propio.
En la clasificación de goles encajados de los 48 equipos que compiten en la Europa League, el equipo txuri-urdin ocupa la segunda posición. Solo el Dinamo de Zagreb mantiene su casillero a cero. Comparte 'Grupo K' con Feyenoord, Wolfsburgo y CSKA de Moscú. Y hay otros dos equipos que solo han recibido un tanto: la Roma -se mide en el 'Grupo A' a Young Boys, CFR Cluj y CSK Sofía-, y el Hoffenheim -se enfrenta en el 'Grupo L' a Estrella Roja, Slovan Liberec y Gante-. Los 44 equipos restantes han encajado más de un gol en los cuatro partidos disputados.
La Real ha dejado de ser un equipo vistoso y atrevido para convertirse en un bloque seguro. La tercera pata del banco renqueaba la pasada temporada. ¿Cómo es que un conjunto que encandilaba con su fútbol de ataque acabara sufriendo para garantizarse un puesto entre los siete mejores? Por momentos, fallaba el candado. Los rivales, por castigados que fueran en su campo, entraban con asiduidad por la puerta realista y se llevaban botines inmerecidos. Eso no pasa hoy en día.
Vino el Real Madrid a Anoeta y no marcó ni un gol. Llegó el Getafe y tampoco. El Betis fue incapaz de perforar la meta de Remiro en el Villamarín, lo mismo que el Cádiz en el Ramón de Carranza... Y así hasta nueve partidos cuenta la Real con su portería a cero. Dicho de otro modo, el 64% de sus compromisos -contando Liga y Europa League- los ha saldado sin encajar gol.
No es la única estadística que denota una alta eficacia defensiva. Es que en los cinco partidos en los que ha recibido gol, solo ha encajado uno. Ningún rival ha sido capaz de perforar la meta realista dos veces el mismo día en los catorce partidos oficiales de la campaña en curso.
Si en la competición continental ocupa esa segunda posición entre 48 equipos, en la doméstica es líder con cuatro dianas en contra en diez encuentros. Le supera el Atlético de Madrid, con dos, pero ha disputado dos choques menos que los blanquiazules.
Además, la Real es el equipo de las grandes ligas europeas que menos tantos ha encajado entre competición doméstica y europea: cinco. El Atlético, por ejemplo ha recibido 7 goles solo en Champions. Y la suma también es mayor en conjuntos como Bayern (16), Juventus (10), PSG (10) o Tottenham (11).
La última vez que los futbolistas de la Real tuvieron que sacar el balón de la red de su portería fue el 1 de noviembre, tras un penalti inexistente pitado a Le Normand en Vigo que transformó Iago Aspas. Tres días antes, el Nápoles necesitó que Sagnan desviara ligeramente un disparo de Matteo Politano desde fuera del área para marcar. Desde esos dos desgraciados accidentes han transcurrido 360 minutos de alta competición -con sus descuentos correspondientes- y la Real no ha recibido ni un solo gol más.
Los rivales analizan y estudian el candado de Imanol para acertar por dónde romperlo. Pero el modelo de cerrojo es sofisticado. No es tan fácil buscarle la combinación. Para abrirlo, primero es necesario desactivar todo un sistema ofensivo bien armado. La Real no ha dado opción a la mayoría de sus rivales para que le ataquen. Se ha adueñado del balón y ha decidido cuándo y cómo cambiar el ritmo. En definitiva, ha aplicado la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque. Las estadísticas de posesión en cada partido refrendan la estrategia del equipo de mandar con el balón en los pies.
La Real ha conseguido estos sobresalientes números pese a arrancar la temporada con la marcha de uno de sus centrales -Diego Llorente- y sufrir después contratiempos en forma de lesión repentina de defensores titulares. Tanto Aritz Elustondo como Andoni Gorosabel causaron baja mientras calentaban en sendos partidos. Zaldua se ha perdido el arranque de temporada por problemas físicos, Modibo Sagnan también ha caído a la enfermería e Igor Zubeldia - comodín de lujo para el eje de la zaga- ha estado asimismo apartado durante semanas por una torsión de rodilla. La plantilla ha salvado con nota esas contingencias y el candado ha permanecido cerrado.
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