Ajibade castiga a una Real que no levanta cabeza

Negros nubarrones amenazaron con fastidiar el partido antes de llegar al minuto diez cuando el Atlético consiguió adelantarse en el marcador a los seis de juego. Cardona se deshizo sin complicaciones de Izarne por la derecha y mandó un pase atrás a Ajibade para que rematara libre de marca al fondo de la red.

La Real recibía el golpe a las primeras de cambio sin que le hubiera dado tiempo siquiera a asentarse sobre el césped. No obstante, lejos de derrumbarse, la respuesta de las locales al tanto encajado fue inmediata. Una combinación entre Amaiur y Franssi en el balcón del área colchonera acabó con la finlandesa ganando la línea de fondo a Moraza para enviar un centro al área pequeña donde apareció al primer palo la delantera donostiarra para adelantarse a Cinta y alojar el esférico dentro de la portería rival, lejos del alcance de Lola Gallardo.

El tempranero empate espantó los malos augurios y con el paso de los minutos el cuadro guipuzcoano logró controlar los nervios y asomarse con más asiduidad a las inmediaciones de Gallardo. Las locales, sin embargo, se vieron muy comprometidas en salida de balón, ante un Atlético muy presionante que propició varias pérdidas sensibles en campo propio lo que conllevó más de un susto.

El cambio de ritmo de Ajibade y la velocidad al espacio de Ludmila mantuvieron en constante tensión a la zaga txuri-urdin, mientras el centro del campo no acababa de carburar. Poco se supo de Gemma, Iris y Andreia en la primera mitad, menos aún de Nerea, lo que complicó mucho la existencia de Franssi y Amaiur.

El inicio de la segunda mitad arrancó con otra bofetada de Ajibade, asistida esta vez por Lundkvist que se marchó con suma facilidad de Iris por la izquierda. Tocaba volver a empezar de nuevo.

Amaiur era la principal arma ofensiva del conjunto guipuzcoano, pero sus compañeras no conseguían conectar con ella. Un balón largo, aparentemente inofensivo, casi lo acaba convirtiendo en gol tras una defectuosa salida de Gallardo a la hora de encuentro. La donostiarra era la única capaz de inventar algo de la nada.

Arroyo movió el banquillo y dio entrada en el campo a Jensen, Allegra y Mirari en sustitución de Franssi, Le Guilly y Nerea, lo que activó al equipo. Las realistas dieron un paso adelante para buscar recuperar el cuero en zonas más altas y así fue como la noruega y de nuevo Amaiur metieron el miedo en el cuerpo a las visitantes.

La Real lo intentó hasta el final ante un Atlético que fue acumulando jugadoras en defensa para frenar el arreón de las locales en los últimos instantes. No fue suficiente. El cuadro txuri-urdin terminó derrotado pese al esfuerzo realizado.