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Maradona, en una de las dos ocasiones que visitó Atocha en Liga junto a Andoni Imaz y el árbitro Ramos Marco.
La Real Sociedad estuvo cerca de pelear una UEFA al Nápoles de Diego Armando Maradona

La final contra Diego Maradona

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La Real estuvo cerca de pelear una UEFA al Nápoles de Maradona, quien hizo grande al conjunto italiano en la década de los ochenta

Miguel González

Miércoles, 28 de octubre 2020

Con el Nápoles regresa el brillo europeo a Gipuzkoa. Han sido muchas las noches en las que los mejores equipos del continente han visitado a la Real Sociedad y, aunque sin público no será lo mismo, la llegada de un clásico de la Champions es un acontecimiento.

Hablar del Nápoles es hablar de Maradona, el mejor futbolista que uno haya visto en acción. Ya sé que su palmarés no es tan extenso como el de Messi, eso no ite discusión, pero su trascendencia fue mucho mayor. Dejó un legado. Su figura se proyectó más allá del fútbol. Uno visita el sur de Italia o Argentina y se da cuenta de que es un mito. Un dios. Y han pasado tres décadas de sus mejores hazañas. En Nápoles transformó en dos años un equipo que venía de pelear por la permanencia en campeón. Ganó el primer 'scudetto' en la historia del club. Fue en 1987, cuando Arconada levantara la Copa en Zaragoza. Un año antes había ganado él solo la Copa del Mundo en México con un recital de jugadas jamás vistas en la historia de los mundiales.

La Real Sociedad se encontró seis veces en el camino de Maradona. En Atocha le ganó 1-0 los dos partidos de Liga, con el Barcelona (82/83) y el Sevilla (92/93), mientras que en los dos desplazamientos tocó morder el polvo. Pero los partidos más recordados ante él son los de las semifinales de Copa de la 82/83, cuando unos días después de caer en Hamburgo la Real peleó por llegar a la final copera. Dos goles suyos, uno en el Camp Nou y otro en Donostia, lo impidieron.

El Stuttgart rompe el sueño

La historia txuri-urdin comprende grandes pasajes, algunos culminados con la gloria y otros en los que se derramaron las lágrimas más amargas: aquella triple final de Copa en Santander en 1928, las ligas que esfumaron en Sevilla y Balaídos en 1980 y 2003, la final del Bernabéu en 1988 ante el Barça... Pero en Europa el mazazo más fuerte ocurrió en 1989, con la eliminación ante el Stuttgart que cortó de cuajo el sueño de disputar la final de la UEFA ante el Nápoles de Maradona. En aquel entonces era un torneo más exigente que la propia Copa de Europa, en la que solo jugaba un equipo por país, el campeón.

En la UEFA 88/89 participaron 64 equipos, entre ellos clubes como el Bayern, Juventus, Inter, Roma, Girondins, Benfica, Rangers, Bayer Leverkusen o el propio Nápoles. Después de superar al Dukla de Praga y el Sporting Portugal, la Real se cargó a uno de los favoritos, el Colonia, seguramente el conjunto alemán más potente del curso. Un año después Alemania ganaría el Mundial tras batir en la final a la Argentina de Maradona con cinco jugadores que se enfrentaron a la Real: el portero Illgner, los centrales Steiner y Kholer y los centrocampistas Littbarski y Hässler.

Campeones de Europa como la Juve, United, Celtic, Inter de Milán o Hamburgo no fueron capaces de ganar aquí

En cuartos tocó otro rival alemán, el Stuttgart, potente también pero sin llegar a la exigencia del Colonia. La eliminatoria iba empatada en la vuelta en Atocha cuando tuvo Fuentes aquella ocasión al final para acceder a semifinales. El balón no entró y los penaltis completaron el drama. Aquel Stuttgart que tuvo que haber caído en San Sebastián eliminó después al Dinamo de Dresde y jugó la final ante el Nápoles, que salió campeón. En mi vida he llorado tanto una derrota como aquélla. Ni en Balaídos ni con el descenso. Pelear una UEFA ante Maradona hubiese sido entrar en otra dimensión.

Campeones pincharon aquí

Ahora el destino nos hace un guiño con la llegada del Nápoles. Por aquí se han ido sin ganar campeones de Europa como el Inter de Milán (2-0), el Celtic de Glasgow (2-0), el Hamburgo (0-0), la Juve (0-0) o el Manchester United (0-0). El conjunto italiano no tiene la 'orejona' en sus vitrinas, pero es campeón continental y el equipo que más cerca ha estado de la Juventus en la Serie A en los últimos años.

Entrenado por Gattuso, tiene al nigeriano Osimhen, delantero por el que se ha gastado 70 millones este verano para ficharlo del Lille. Esa cantidad supera por sí sola la masa salarial de la plantilla txuri-urdin. Si le añadimos que, además, tienen a Mertens, Insigne, Hirving Lozano, Fabián Ruiz o Koulibaly, el resultado es un equipazo que aspira a todo en la competición a pesar el tropiezo ante el AZ Alkmaar en la primera jornada.

En Bilbao sí y aquí, no

Debo confesarles que no sé si me da más miedo el coronavirus o los bandazos de nuestros gobernantes para hacerle frente. Entiendo que la situación es grave y que si no hay que abrir las puertas de Anoeta, no se abren. Pero anoche compruebo estupefacto que el Bilbao Basket juega en Europa ante 400 espectadores en un recinto cerrado. Y la capital vizcaína entra hoy mismo en zona roja, como Donostia, con una tasa por encima de los 500 positivos por 100.000 habitantes. También puedo ir a clase de spinning con 15 personas más en el polideportivo municipal y ver el partido en el bar con los amigos –sentados en una mesa mesa, claro–. Pero mil personas en Anoeta bajo un estricto protocolo representan un riesgo grave para la salud. En Bilbao, sí: aquí, no.

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