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Si las malas noticias nunca vienen solas, las buenas tampoco. La Real sonríe después de cerrar el año con una victoria convincente ante Osasuna, recuperar ... a Oyarzabal y comprobar que Cho ha solventado los problemas musculares que le tuvieron dos meses parado. Este lunes, la sonrisa será de un Barrenetxea que ha mejorado mucho de sus molestias en el isquiosural izquierdo, el músculo que se rompió justo hace un año, el 2 de enero en Vitoria, y que resultó arrancado de su inserción en el hueso. Una lesión muy grave de la que fue operado por el especialista finlandés Lasse Lempainen, quien procedió a reconstruirle anatómicamente la musculatura isquiosural en una intervención que es muy compleja.
Desde un principio se le dio por terminada la temporada 21/22, porque en una lesión tan grave el objetivo de la operación no era adelantar plazos para que jugase cuanto antes sino que volviera a hacerlo sin secuelas.
En verano se quedó trabajando en solitario en Anoeta y el 15 de junio superó las pruebas físicas a las que fue sometido en Finlandia a los cinco meses de la intervención. El doctor Lempainen dijo ese día que Ander estaría listo para esta temporada.
Arrancó los entrenamientos con el grupo y reapareció en el amistoso ante el Bournemouth el 30 de julio, a los siete meses de caer lesionado. Aunque aún estaba lejos de su mejor nivel, en el primer mes de competición participó con minutos sueltos en los partidos ante Cádiz, Elche, Atlético y United en Old Trafford, aunque a la vuelta de Inglaterra manifestó una incomodidad que el club achacó a la gravedad de su lesión. Su último partido fue el 16 de octubre en Balaídos, donde jugó un cuarto de hora, pero dado que las molestias persistían tuvo que parar.
Pasó consulta con el doctor Lempainen, que no apreció anomalía alguna y circunscribió sus sensaciones al proceso de recuperación de una lesión tan grave. Entonces comenzó un plan personalizado de diez semanas aprovechando que estaba el Mundial de por medio para regresar en plenitud de garantías tras el parón, algo que está cerca de cumplir. Con fisioterapia y un programa de gestión de cargas diferente fue mejorando a medida que disminuyó su actividad y ahora trabaja a pleno rendimiento con sensaciones muy parecidas a las que tenía antes de lesionarse.
En diciembre se le vio ejercitándose en Tajonar con el prestigioso recuperador Jurdan Mendigutxia, uno de los mayores investigadores en lesiones asociadas a los isquiotibiales. En principio nunca ha manifestado dolor en la zona pero sí sentía que no podía exprimirse al máximo, un hándicap para un futbolista explosivo y con un poderosa musculatura en su tren inferior.
Su regreso a la competición dependerá de cómo vaya asimilando las cargas de trabajo colectivo y el ritmo de los entrenamiento, pero se puede decir que ya ve la luz al final del túnel. Su vuelta será de vital importancia para complementar y dotar de mayor variedad de alternativas a un ataque que ya cuenta con Sorloth, Kubo, Cho, Oyarzabal y Navarro en condiciones y que espera tanto a él como a Carlos Fernández.
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