
Por algo a Old Trafford le llaman el 'Teatro de los sueños'
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Cuatro jugadores titulares y el entrenador del equipo que visitó el estadio del United en 2013 rescatan sus recuerdos de un escenario que consideran «diferente y especial»Afortunados quienes hoy salten al césped del Teatro de los Sueños. Podrán contar a sus nietos que un día jugaron en el mítico estadio del ... Manchester United. Ni se acordarán del resultado. Permanecerá la sensación. Un músico de orquesta quiere tocar en la Sala Grande o Sala Dorada de la Musikverein de Viena, un rockero desea actuar en Wembley y un futbolista ansía jugar en Old Trafford. Construcciones que encierran autenticidad.
Bien lo saben los privilegiados realistas que visitaron el estadio del United el 23 de octubre de 2013, entonces en Champions. Hoy contarán a sus niños y niñas que ellos estuvieron allí, y cuando el decorado era completo, con público. Les explicarán lo que ello significa y, por supuesto, no les entenderán. Las emociones son intransferibles pero les pedimos que al menos cuenten qué tiene aquel escenario que le hace diferente y único.
David Zurutuza
A sus 27 años, en plena madurez, David Zurutuza acudió a Mánchester envuelto en la misma expectación mediática que hoy rodea a sus sucesores. Pronto se percató de que aquello no tenía tanto que ver con la 'grandeza' como con el 'encanto'. «Resulta que íbamos aleccionados de visitar un estadio emblemático y nada más entrar nos dimos cuenta de que la parte de dentro era muy clásica. Estábamos acostumbrados a otras instalaciones más modernas. Esa primera impresión fue llamativa. Allí mantenían el romanticismo de años pasados, lo cual era visible en los pasillos y vestuarios. Con las posibilidades que tendrá un club de esa entidad de modernizar cada rincón... Pues no. En decoración y detalles mantenían lo de hace tiempo. Lo de siempre».
El segundo aspecto que más recuerda es el de la altura del césped. «La verdad es que el verde estaba bastante alto. Me impactó. Los de la primera fila estaban más bajos incluso que el nivel de la hierba. Y cerca. Muy cerca. He estado en muchos campos, y con mucho ruido, pero allí la acústica es diferente. Ambiente de estadio inglés. Suena diferente».
Markel Bergara
Para Markel Bergara, centrocampista titular junto al debarra aquel día, el valor añadido de competir en Old Trafford está más en el poder evocador del rival y las aficiones que en el propio espacio físico. «Sin duda, lo que con más cariño guardo en la memoria es el momento de salir del hotel, con nuestra afición animándonos. Lo del partido es un recuerdo bonito, sin más, y en cuanto al campo de fútbol, no me impresionó tanto. Aquí hay iguales o mejores. Incluso te diré que la zona de vestuarios me decepcionó un poco. Era como muy simple. Lo que te da impresión es el contrario que tienes enfrente, y los aficionados, sobre todo los nuestros allí arriba». Tampoco le sedujo demasiado el entorno. «Salimos poco del hotel pero todo lo que envuelve al estadio es una zona muy industrial».
Lo que sí considera objeto de hechizo para alguien acostumbrado al sonido de los campos de LaLiga es «ese murmullo, de fútbol inglés, de cercanía. La gente estaba muy muy encima». Una cuestión más estética que influyente, concluye, porque «lo que de verdad intimida en esos casos es la propia importancia del partido en sí, el prestigio en juego, no tanto el campo, su entorno o su ambiente».
Alberto de la Bella
Se acaba de romper el ligamento cruzado, pero recordar su paso por la sede de los diablos rojos le arranca una sonrisa. Al fin y al cabo, «el mejor momento que he vivido como futbolista, ese que guardo para siempre, es el de la salida al césped de Old Trafford por el túnel hacia el centro del campo, con el himno de la Champions sonando luego por la megafonía. Es lo máximo a lo que se puede aspirar en la carrera futbolística, para quien no entra en la pugna de títulos. Vivir ese momento con esa música en ese escenario ha sido lo más grande. Allí, en la boca del túnel, los dos equipos parados, con el estadio a nuestros pies. Se sale desde el córner. Hasta el paseo es diferente. Venimos de unos vestuarios que son más sencillos, que no van acorde con la dimensión del estadio. Lo especial es la atmósfera que se crea. Cómo lo viven los ingleses. Es la mística que tiene Old Trafford. En Cartagena se llevan las manos a la cabeza cuando lo cuento».
Carlos Martínez
No es fácil poner palabras a las sensaciones que transmite Old Trafford. Es lo que denota la charla con Carlos Martínez. «No es que lo veas a primera vista y digas que qué pedazo estadio. Pero dentro tiene algo especial. Solo puedo decir que impone. Que allí se respira fútbol. Me acuerdo de ver el letrero de Old Trafford a la entrada, ver la pancarta mítica de Ferguson, uno de los iconos de ese club, y darme cuenta de que no estaba en cualquier sitio y de que allí se han firmado grandes noches de fútbol. Luego entras dentro y es todo un poco antiguo, pero sales al campo y es espectacular. Totalmente diferente la víspera que entrenamos allí y el día de partido. Desfilar junto a ese pedazo equipo, con ese ambiente, y con el himno de la Champions fue de ensueño. Me acuerdo de que estaba al lado de De la Bella y los dos nos miramos, sonreímos y, con los ojos, nos dijimos que sí, que estábamos allí, que era verdad. Una vez en el partido, te olvidas de todo, pero sí que tengo en mente que el césped estaba inmaculado».
Jagoba Arrasate
Sin restar valor al componente histórico y emocional del propio escenario, el líder de aquella expedición, el técnico Jagoba Arrasate, lo tiene claro. Hoy no será el mismo Old Trafford que hace ocho años. El alma de aquella experiencia fue la gente. «Recuerdo la ilusión que generó ese viaje y recuerdo el desplazamiento masivo de aficionados. Para los que vivimos aquello desde dentro, el momento más bonito fue cuando salimos del hotel hacia el campo. Prácticamente no podíamos llegar al autobús, estábamos rodeados de una marea blanquiazul. Las caras de esa gente perduran en la memoria. Fue algo muy emocionante». No le pedimos opinión sobre el partido. Lo zanja diciendo que «fueron superiores». Y prosigue con lo realmente enriquecedor de aquella visita al Teatro de los Sueños. «Después fue bonito el final del partido, con la grada que estaba repleta de nuestra gente quedándose allí, en pie, para despedir al equipo. Incluso tuvimos su apoyo después en el aeropuerto, donde coincidimos con mucha gente. Fue un viaje especial y diferente. Le pena, el resultado (1-0). Pero lo vamos a recordar siempre».
No será lo mismo hoy. Jagoba tiene razón. Pero no se va todos los días a Old Trafford. Hay que contarlo a los nietos.
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