Unas 150 personas, entre ellas varios concejales del PP, se concentran en Egia «en contra de la inseguridad»

Concentrados, pero dispersos. En torno a 150 personas han acudido este lunes por segunda semana consecutiva a la protesta ciudadana organizada en el barrio de Egia para denunciar la «inseguridad» con la que viven los vecinos en los últimos tiempos, sobre todo a raíz de las cenas solidarias organizadas por de Kaleko Afari Solidarioak. La convocatoria, que volvió a contar con la presencia de los tres concejales del PP del Ayuntamiento de San Sebastián, Borja Corominas, Jorge Mota y Vanessa Vélez, transcurrió sin incidentes en el primer lunes sin estas cenas en el barrio tras la decisión del Ayuntamiento de prohibirlas «por carecer del permiso necesario».

El miedo fue el denominador común de los concentrados, que muy tímidamente se han ido sumando a la convocatoria realizada a través de las redes sociales. Entre 150 y 200 personas han acudido a la llamada, pero los asistentes se han mantenido dispersos; sin llegar a formar un grupo compacto de protestantes. La mayoría quería denunciar la «inseguridad del barrio», pero manteniendo el anonimato en todo momento y tratando de alejarse del foco mediático. María fue una de las vecinas de Atotxa que acudieron a la cita y quiso matizar que «la mayoría de los que estamos aquí no estamos en contra de las cenas solidarias. Evidentemente, todo el mundo tiene derecho a comer, pero creo que el Ayuntamiento tiene que proporcionarles un lugar y unas condiciones adecuadas. Por lo que protestamos es por los que viene después. La mayoría de ellos se quedan y a esas horas de la noche van muy 'pasados' y son los que generan los problemas».

A su lado estaba Óscar. Este otro vecino, que aseguraba estar «totalmente de acuerdo» con las palabras de María, acompañaba su testimonio con una anécdota vivida por él días atrás. «El otro día apareció un marroquí con un destornillador en el portal. Mi mujer oyó golpes, se acercó a ver qué pasaba y se topó de frente con él. Estaba intentando entrar a la fuerza. A mi pareja se le ocurrió poner el pie en la puerta para bloquearla y este le decía que quería entrar porque sabía que había comida y ropa en nuestros trasteros».

No fue la única en abrirse con los presentes. Esther también ha notado un aumento de la inseguridad en los últimos meses. «El último año y medio ha ido a peor», apunta esta vecina que asegura que ha tenido que tomar medidas. «Estaba en el parque de Alderdi Eder jugando con la niña cuando vi a un magrebí que me quería robar el carrito. Desde entonces llevo un candado».

La concretación transcurrió con normalidad, sin incidentes y sin proclamas y terminó media hora más tarde con un sonoro aplauso por parte de los presentes. Tres furgonetas de la Ertzaintza se personaron en el lugar, aunque no hubo que lamentar ningún incidente.

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