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Josu Álvarez
San Sebastián
Sábado, 21 de diciembre 2024, 15:18
Los donostiarras viven un día de Santo Tomás lleno de reencuentros de familiares y amigos. Un 21 de diciembre amenazado por la lluvia, aunque esta ... todavía no ha decidido hacer acto de presencia. Los que no han faltado son los puestos de txistorra ubicados en el centro y la Parte Vieja de la capital guipuzcoana. Algunas caras concidas y parejas extranjeras que visitan el territorio se han deleitado con un hamaiketako de talos y sidra antes de comer.
A primera hora de la mañana han comenzado los preparativos en la mayoría de puestos y no ha sido hasta las 11.00 horas cuando la plaza de la Constitución se ha abarrotado de familias y cuadrillas. «Llevamos cuatro años que no damos abasto aunque nos organicemos», relata Juan Luis Vázquez, uno de los trabajadores en el puesto del club de patinaje sobre hielo Anoeta Izotz, situado en la plaza Sarriegi. El secreto que con el que atraen a la multitud es su manera de hacer la txistorra: «Primero la cocemos y la freímos con su propio jugo. Así sale más buena y vendemos más», revela Vázquez.
El gentío que se acumula en la Parte Vieja es la razón por la que muchos padres como Gorka Frades prefieren juntarse en la plaza de Okendo, que cuenta con «más espacio para estar con los niños». Frades, creció en el barrio de Gros y vive ahora en Francia, país natal de su mujer: «Hemos venido a pasar unos días a casa de mi ama. Es el reencuentro de todos los años, un momento entrañable que marca el inicio de las navidades».
Hay tambien quienes viven la fiesta de la forma «más tradicional posible», como el periodista donostiarra Iñaki Gabilondo: «Disfruto del día de una forma poco original, paseando por la zona de la fiesta en compañía de familia y amigos antes de la comida de cuadrilla, como de costumbre». Sin embargo, el escritor y presentador de televisión reconoce que prefiere empezar el año lejos de casa: «Ya después de la Navidad sí que me gusta irme junto con mi mujer, para que nos pille el Año Nuevo en un sitio lejano».
Donostia y las tradiciones vascas también son un destino atractivo para disfrutar de una luna de miel, como lo demuestran Kevin e Isabella, una pareja filipina en la plaza Gipuzkoa: «Es muy bonito ver a las familias vestidas con el traje tradicional y con una sonrisa en la cara. Hemos venido de luna de miel y nos han encantado los talos y la txistorra, nos falta probar la de chocolate», cuentan. Tampoco se olvidan de la sidra, que les servirá para animarse y relacionarse con los demás.
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