BBVA ofrece una prima del 30% para hacerse con Sabadell mediante un canje de acciones

Lejos de plantear una compra en efectivo, BBVA pretende hacerse con Sabadell a través de un canje de acciones. Una propuesta que el banco califica de «muy atractiva» pero que, sin duda, tendrá que pasar por el escrutinio del mercado este jueves, cuando la Bolsa vuelva a abrir tras el festivo por el Primero de Mayo.

En concreto, BBVA ofrece a los accionistas de Sabadell una acción nueva por cada 4,83 acciones de Sabadell. Un dato que implica una prima del 30% sobre el cierre del pasado lunes 29 de abril, el día previo a que se conociera la operación, «del 42% sobre las cotizaciones medias ponderadas del último mes; o del 50% sobre las cotizaciones medias ponderadas de los últimos tres meses». Tras subir más de un 3% en Bolsa el martes como reacción a la posible fusión, la prima sería del 17%.

«Tras la fusión, los accionistas de Banco Sabadell tendrían un 16% de participación de la entidad resultante, beneficiándose así adicionalmente del valor generado por la operación», explica BBVA en el documento. Según sus estimaciones, desde el primer año tras la fusión la mejora del beneficio por acción sería del 3,5%, una vez que se produzcan los ahorros asociados a la operación, que ascenderían a unos 850 millones de euros antes de impuestos.

Por otro lado, los costes de reestructuración se cifran en unos 1.400 millones de euros, que en todo caso BBVA podría asumir sin problema con sus actuales niveles de capital y solvencia.

En la misiva firmada por Torres, se desprende el ferviente interés por llevar a buen puerto un intento de fusión que en 2020 ya fracasó, sobre todo por las discrepancias de precio entre los equipos directivos. «La fusión propuesta genera valor para todos los grupos de interés: accionistas, empleados, clientes y la sociedad en su conjunto», indica BBVA, consciente también del revuelo que este tipo de operaciones suele generar, por su posible impacto en términos de empleo, competencia y, también, exclusión financiera con el cierre de sucursales.

Precisamente, tanto el Gobierno como los sindicatos se han pronunciado en este sentido en las últimas horas. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, alertó del «altísimo grado de concentración bancaria» en el país, tras quince años en los que se ha pasado de contar con 55 entidades a apenas una decena, tras el proceso de bancarización de las cajas de ahorro y las últimas grandes fusiones en el sector (CaixaBank-Bankia, Unicaja-Liberbank). «Teníamos un país en el que la concentración bancaria era del 40% y hoy está en el 70% y, si se me permite, casi en régimen de oligopolio», advirtió Díaz.

En este sentido, BBVA deja claro en su misiva que evitará «medidas traumáticas» en la plantilla. «En la integración se respetarían en todo caso los principios de competencia profesional y mérito», añade.

BBVA también hace ciertas concesiones respecto a la oferta que fracasó en 2020. Por un lado, indica que aunque la marca conjunta -y la denominación social- sería la de BBVA, su intención es mantener el nombre de 'Sabadell' de manera conjunta en aquellas regiones o negocios en las que exista «un interés comercial relevante».

Es más, atendiendo a una histórica reclamación de parte de los accionistas, la entidad resultante contaría con una doble sede operativa en España, una de ellas en el centro corporativo que Banco Sabadell mantiene actualmente en Sant Cugat (Barcelona), aunque su actual sede social está en Alicante tras la decisión de la entidad de trasladarla allí durante el Procés.

De hecho, algunos políticos valencianos ya han mostrado su temor a que la sede social regrese a Cataluña e incluso el presidente de la Generalitar, Carlos Mazón, ha ofrecido Alicante como sede social conjunta para la nueva entidad.

Respecto a cómo quedaría configurado el equipo directivo -uno de los puntos que podría generar más tensión para cerrar la operación-, el banco ha ofrecido la vicepresidencia del consejo a Sabadell. Un cargo que sería elegido entre los tres del actual consejo de Sabadell «elegidos de común acuerdo entre ambas partes» que pasarían a ser consejeros no ejecutivos de BBVA.

La entidad combinada se convertiría en una de las mayores y más sólidas entidades financieras en Europa, con activos totales por encima del billón de euros y más de 100 millones de clientes a nivel mundial, con laambición de ser el mayor banco por capitalización bursátil de la zona euro.

Y BBVA no quiere dejar pasar más tiempo para cerrar una fusión que dejó escapar en 2020. «Los términos contenidos en esta propuesta cuentan con la aprobación del Consejo de istración de BBVA, por lo que estamos preparados para avanzar de inmediato en la operación», indica el banco. «Por ello les agradeceríamos que nos trasladen su valoración sobre la misma a la mayor brevedad posible para, en caso de contar con su apoyo, poder presentar sin dilación un proyecto común defusión a nuestros respectivos Consejos de istración para su aprobación definitiva», añade en su carta a Sabadell.

Tras el fracaso de la operación hace ahora cuatro años, el banco presidido por Carlos Torres se ha dado cuenta del potencial de Sabadell para afrontar un entorno en la que las previsibles bajadas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales acabará afectando a los márgenes de todo el sector, además del previsible menor crecimiento del crédito en toda Europa.

«Ambas entidades tienen un elevado encaje estratégico, con modelos de negocio complementarios. Banco Sabadell es el referente en España en el segmento de empresas y, al igual que BBVA, tiene un claro liderazgo en digitalización y sostenibilidad. Además, su presencia en Reino Unido se sumaría a la escala global de BBVA y su liderazgo en México, Turquía y América del Sur», añade BBVA.