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La cocinera Anne Alassane, primera ganadora del programa culinario MasterChef en Francia en 2010, ha sido condenada a reembolsar 370.000 euros tras la sentencia dictada el pasado 21 de mayo por un tribunal del país galo. Reconocida por su talento y carisma en la cocina, Alassane se convirtió en un rostro emblemático del panorama gastronómico francés tras su paso por la televisión. Sin embargo, catorce años después de su triunfo mediático, su nombre vuelve a ocupar titulares, esta vez no por sus logros culinarios, sino por una condena judicial.
El tribunal de actividades económicas de Limoges dictó el pasado 21 de mayo una sentencia contundente: Anne Alassane ha sido declarada responsable de la insuficiencia de activos de su empresa liquidada, Anne Stram Gram, y ha sido condenada a reembolsar 373.304 euros al procedimiento concursal. Esta suma representa una parte significativa del pasivo dejado por su sociedad y su origen se relaciona con lo que el tribunal ha calificado como «faltas de gestión caracterizadas». Además del reembolso económico, la chef ha sido sancionada con una prohibición de ejercer cualquier función de dirección o gestión empresarial durante un período de diez años.
La decisión judicial se fundamenta en varios elementos graves. Según el tribunal, Alassane no pagó las cotizaciones sociales correspondientes a la URSSAF desde abril de 2022 ni a la caja de jubilación Agirc-Arrco desde 2023. También se le acusa de no haber abonado los salarios completos a su personal entre noviembre de 2022 y julio de 2023, de haber mantenido deliberadamente una actividad económica deficitaria, y de no haber declarado a tiempo el cese de pagos, lo que constituye una omisión legal relevante.
A todo ello se suma la ausencia de entrega de documentación contable al liquidador judicial, pese a múltiples requerimientos, y la organización de una venta de liquidación de los activos materiales del restaurante pocas semanas antes de la apertura del procedimiento judicial, cuando la empresa ya estaba en estado de insolvencia. El tribunal también señala que los ingresos obtenidos de esa venta fueron ingresados directamente en su cuenta personal, lo que agrava la situación.
Frente a esta condena, Anne Alassane se ha defendido asegurando que no fue informada de la audiencia ni convocada por el tribunal. En declaraciones tras conocerse el fallo, expresó su desconcierto y negó cualquier tipo de fraude o apropiación indebida. «Nunca desvié nada», afirmó. Hoy empleada como chef en la región de Lyon, Alassane reconoce haber tenido dificultades para gestionar su empresa tras la pandemia de Covid-19. «Quizá no soy la mejor gestora, pero hice lo que pude», declaró, subrayando que su situación personal como madre soltera, unida a las complicaciones económicas, dificultaron su capacidad de cumplir con todas las obligaciones istrativas.
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