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La patronal vasca Confebask confirmó este viernes lo que era un secreto a voces: su descontento con la reforma fiscal planteada por las tres diputaciones ... forales, con el paraguas del propio Gobierno Vasco, que debe aprobarse en el primer trimestre del próximo año. «Es una oportunidad pérdida para utilizar realmente el Concierto a favor del crecimiento económico, la creación de riqueza y la competitividad».
La presidenta de los empresarios vascos, Tamara Yagüe, cargó ayer sin ambages, durante la presentación de su balance de cierre de este año y sus perspectivas para el próximo, contra el anteproyecto de norma foral porque no contempla medidas que «refuercen» la competitividad empresarial, ni generan «un atractivo fiscal del territorio para vivir, trabajar, invertir y emprender». Una cuestión, la de la fiscalidad empresarial, que, de acuerdo a las encuestas realizadas por las tres patronales territoriales (Adegi, Cebek y SEA), preocupa a un tercio de las empresas vascas.
Conviene recordar que Confebask fue una de las 60 instituciones y expertos que pasaron por las Juntas Generales de Gipuzkoa para dirimir sobre los retos fiscales que debía abordar el territorio, y también Euskadi, en la reforma fiscal que ya se encuentra en marcha. En esa ponencia, los empresarios vascos plantearon hasta 15 propuestas fiscales para reforzar la competitividad de Euskadi y acelerar su crecimiento económico. Los dos pilares sobre los que se sustentaba esa batería de medidas eran la eliminación del impuesto de Patrimonio y la reducción del 17 al 15% en la tributación mínima en el Impuesto de Sociedades, amén de otras trece medidas que iban desde mejorar el incentivo fiscal a la innovación hasta deflactar los tramos de renta en base a la inflación.
Pues bien, ayer la presidenta Yagüe quiso rescatar algunos de esos ejemplos y criticó que «no se contemplan aquellas medidas que nosotros proponíamos y que venían a reforzar la competitividad empresarial de Euskadi, como la no reducción de la tributación mínima en el Impuesto sobre Sociedades del 17 actual al 15% para equipararlo al resto de las comunidades del Estado y de los países europeos».
A pesar de que Confebask considera como «positivo» que se «alivie» la fiscalidad a determinados colectivos «más vulnerables» como las rentas bajas o los jóvenes, los empresarios vascos creen que la reforma fiscal «penaliza el poder adquisitivo de los trabajadores» porque no se deflacta el IRPF. Así, recordó que a las empresas se les pide incrementar los salarios para que los trabajadores no pierdan el poder adquisitivo y, tras indicar que están «de acuerdo», apuntó que supone un «esfuerzo», que no sabe «si es suficientemente valorado».
En una entrevista concedida a este periódico, la diputada de Hacienda de Gipuzkoa, Itziar Agirre, defendió que «en esta reforma fiscal tocamos muchísimos elementos del IRPF que hacen que la deflactación esté subsumida en la reforma.
La presidenta Yagüe, por su parte, puso cifras a esa pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. «El incremento salarial en los convenios en el año 2023 y 2024 ha ascendido al 7,6%, por encima del 5,8% que ha sido el IPC, y la deflactación del IRPF para 2023 y 2024 ha sido del 2,5. Estamos hablando de 3,3 puntos por debajo del IPC», precisó.Así, aseguró que «todo este esfuerzo» que hacen las empresas para poder garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores, «una parte se lo está llevando Hacienda» porque «los trabajadores tenemos que pagar sobre un 3,3% de diferencia con el IPC, más aparte el incremento de los convenios». «Eso no es para atraer», sentenció.
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