

Secciones
Servicios
Destacamos
En Albiztur, Bidania-Goiatz o Errezil los copos de nieve fueron cubriendo montes, casas y carreteras a lo largo del día de ayer. «A las ... 7.00 de la mañana los prados estaban limpios», comentaba uno de los conductores de un tractor quitanieves que no paró después en toda la jornada. Si bien las calzadas fueron rociadas con sal, hubo quien se quedó durante un rato atascado con su coche o camión en una esquina de la carretera. También se produjo algún accidente leve. «Nos hemos ido directos a la cuneta», explicaban dos turistas que se alojan en Bidania-Goiatz. Las precipitaciones fueron constantes y a ratos fuertes, dejando varios centímetros de nieve. Para llegar a casa o al trabajo en zonas altas hubo que aparcar más lejos de lo habitual, ya que los neumáticos patinaban con la nieve en las cuestas fuertes.
En una de las subidas al monte Hernio, junto a la carretera que une Bidania-Goiatz con Errezil, Elaia Azpillaga aparcaba el coche para volver a casa a pie tras las clases de la universidad. «Hoy no me he atrevido a subir la cuesta con el coche porque está completamente blanca y no quiero quedarme en mitad del camino con las ruedas patinando», itía. Durante la mañana las carreteras estuvieron limpias, aunque Azpillaga temía que si seguía nevando, como lo hizo ayer en algunos puntos del territorio, hoy se tendrá «que quedar en casa».
En el aparcamiento del restaurante Letea de Errezil, a las faldas del monte Hernio, una máquina quitanieves esperaba a que su conductor terminase de comer. «Pensábamos que con este mal tiempo no habría gente, pero el comedor se ha llenado con los trabajadores y los clientes de siempre», comentaba Eli Uribetxebarria, responsable del restaurante. Con la carretera que da a su establecimiento limpia, no tuvieron ningún problema y esperan con ganas el fin de semana. «Si el sábado hace buen tiempo seguro que mucha gente se acerca al Hernio a ver la nieve y tendremos clientela», señalaba.
En el valle de Santa Marina en Albiztur la nieve alcanzaba los tobillos. Rodeado de un paraje totalmente blanco, en la empresa Arkaizpegurrak continuaban con la producción de palés de madera como cualquier otro día. «La nieve no es problema, el fastidio es que debajo hay hielo y las carretillas están patinando», comentaba Joseba Otaño, trabajador de la fábrica. Para evitar el frío se colocaba dos pares de guantes y buenos calcetines. Con una pala limpiaba la nieve acumulada, «aunque enseguida se han formado más capas». Para llegar a trabajar, algunos de sus compañeros tuvieron difícil. «La oficinista ha tenido que dejar el coche a unos minutos de la zona porque no podía subir la cuesta», aclaraba.
El jardín del hotel Jauregizar Iriarte de Bidania-Goiatz se cubrió de nieve, igual que la cuesta que da a su parking. «Recomendamos a nuestros huéspedes que aparquen en el pueblo porque con esta capa blanca los coches se quedan a medio subir», explicaba Iban Muñoa, responsable del hotel. Preparado con un vehículo 4x4 por si alguno de los visitantes necesita desplazarse y «no se siente seguro», consideraba que «la nieve es una incomodidad porque sufrimos retrasos con los camiones que nos traen el gas».
Desde este hotel salieron a la mañana el vitoriano Julián Rodríguez y la mallorquina Cati Neus Pascual con intención de visitar el Centro de interpretación del Queso Idiazabal. «En el cruce con Azpeitia me ha patinado el coche y nos hemos ido directos a la cuneta», lamentaba Rodríguez. Con ayuda de una máquina quitanieves consiguieron salir, y a pocos metros se encontraron a un par de camiones en la misma situación. «Visto que el tiempo no era propicio para conducir hemos decidido dejar el coche y tomarnos algo en el bar del pueblo», concluía.
En localides como Arrasate la nieve también cayó con fuerza y esto provocó que los niños pequeños se lo pasaran en grande. Nora, una niña de 4 años, se divirtió haciendo un muñeco de nieve junto a sus padres.
También en Albiztur todo quedó cubierto con un manto blanco de nieve, algo que derivó en problemas en la carretera, como cuenta Amaia Núñez en esta crónica de la localidad.
Cristina Limia apunta en la crónica de Legazpi que desde el caserío Erraizabal, situado a una altitud de 500 metros en el barrio de Telleriarte, Arantza Segurola explicaba cómo afecta la nevada a su día a día.
En Eibar Alberto Echaluce ha hablado con Carlos Salceda, un conductor de autobuses escolares que expresaba sus inquietudes y preocupaciones por tener que conducir un vehículo tan grande en condiciones muy adversas en la carretera.
Eli Aizpuru escribe en su crónica de Azpeitia que pese a que chispeaba este lunes por la mañana, la nieve no cuajó hasta bien entrada la tarde. Los alrededores de la localidad del Urola Erdia se vistieron con un elegante manto blanco y fueron muchos los que se apresuraron a aprovechar la tarde jugando o dando un paseo por Loiola y disfrutar de las espectaculares vistas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.