Pablo Ibar, tras la cristalera del corredor de la muerte, muestra su carnet.

Pablo Ibar: «Cuando supe que habían anulado la pena de muerte lloré, me puse de rodillas y recé»

Pablo Ibar relata sus emociones y explica sus planes de futuro tras conocer el fallo del Tribunal Supremo de Florida, que la Fiscalía ha recurrido

JAVIER PEÑALBA

Domingo, 21 de febrero 2016, 08:30

Son las primeras declaraciones que realiza. La primera entrevista que Pablo Ibar concede a un medio de comunicación después de conocer que el Tribunal Supremo de Florida había anulado la condena a muerte y ordenado la celebración de un nuevo juicio. Tras veintidós años privado de libertad, quince de ellos en el corredor de la muerte, este recluso, hijo del pelotari de cesta punta Cándido Ibar, y sobrino de 'Urtain', el que fuera un buen harrijasotzaile y más tarde boxeador, por fin atisba una luz de esperanza. Entró en la cárcel siendo un chaval. Apenas tenía veintiún años. Hoy es un hombre de 44 años que afronta el futuro con optimismo y que desea pasar el resto de sus días junto a su familia. Pablo agradece en esta entrevista las innumerables muestras que apoyo que ha recibido desde el País Vasco y confía en poder viajar pronto a la tierra en la que nació su padre para mostrar su gratitud.

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Pablo defiende su inocencia y no perdona a los detectives de Policía y al fiscal que investigaron el caso por «manipular» las pruebas. Cree que las críticas que el tribunal dirigió al abogado que le defendió están más que justificadas. Y afirma estar preparado para afrontar un nuevo juicio.

- ¿Cómo se encuentra después de saber que han anulado la pena de muerte y ordenado la celebración de un nuevo juicio?

- Ha sido una gran liberación. Me siento más cerca del final, pero hemos de ser realistas. Tenemos que tener los pies en el suelo. Solo hemos ganado una batalla. Todavía nos queda vencer en la guerra.

- ¿Cómo tuvo conocimiento del fallo de la Corte de Florida?

- Por las noticias de la televisión. Luego me llamó mi abogado, Benjamin Waxman, y me dio detalles de la resolución, de cómo se había anulado la pena y se ordenaba la celebración de un nuevo juicio.

- ¿Qué sintió, cómo reaccionó?

- No hay palabras para expresar todas las emociones que sentí cuando supe el contenido de la sentencia. La alegría fue inmensa. Lloré, me puse de rodillas y recé. En los siguientes dos días no dormí.

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- ¿De quién se acordó en aquellos momentos?

- De muchísima gente. De mi familia, de mi mujer, de mi padre, de mis hermanos, de mis primos Pilar y Javier, de Andrés Krakenberger... -portavoz de la Asociación contra la Pena de muerte Pablo Ibar- De todas las personas que desde la distancia se han acordado de mí y me han apoyado incondicionalmente..., de las que me han escrito dando ánimos. La lista es interminable, pero ellos saben quiénes son. Ojalá pueda agradecer uno por uno a todos los que han estado a mi lado. Es una victoria de todos los que me han apoyado. Y también tengo que agradecer al Gobierno Vasco y al español, ya que sin ellos este día no habría sido posible.

- ¿Está más cerca el final de su puesta en libertad?

- Confío en ello. Ojalá sea así.

- El Tribunal Supremo de Florida ha criticado duramente a Kayo Morgan. Fue su abogado en el proceso en el que fue declarado culpable. ¿Comparte la opinión de los jueces?

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- Creo que las palabras de los magistrados censurando la actuación de Morgan son justas. No estuvo a la altura y cometió graves errores en un proceso de tanta importancia en el que estaba en juego mi vida.

- ¿Cree que está condenado por su mala actuación?

- Por supuesto. Entonces no teníamos dinero para contratar a un abogado de prestigio y lo pagamos muy caro. Se ha demostrado que es muy importante contar con un buen equipo jurídico para poder garantizar un proceso justo, con respeto a las garantías legales. Creo que en un caso como este, necesariamente hemos de tener a nuestro lado a un buen abogado, de lo contrario puede que nos suceda lo mismo que ocurrió con Morgan.

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- Imagino que tras el último fallo su estado de ánimo será diferente.

- Por supuesto. Estoy muy contento. Siento que, por fin, hay una luz al final del camino. Percibo que tengo una nueva oportunidad de demostrar que soy inocente y que se puede lograr mi libertad.

- ¿Guarda rencor a alguien?

- Pues sí, a los detectives de Policía que investigaron este caso y también al fiscal. Manipularon las pruebas y eso es muy grave.

- ¿Y ahora qué va a suceder?

- No lo sé, pero estoy preparándome para afrontar un nuevo proceso que no será fácil.

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- Su padre Cándido dice que en un año estará en libertad.

- Después de que me declarasen culpable, mi padre me dijo que iba a hacer todo lo que estaba en su mano para conseguir un nuevo juicio. Ahora que ha sucedido lo que me prometió, tengo que creerle. Ojalá también acierte esta vez.

- ¿Podrán demostrar que usted no es la persona que aparece en el vídeo?

- Seguro, claro que lo creo, porque yo no soy esa persona. Y seguro que lo podremos demostrar. Soy inocente. Además, un jurado ya dictó que la otra persona que asaltó la vivienda en la que se cometieron los crímenes no era Penalver, el hombre que según la Policía estaba conmigo. Y Penalver fue declarado inocente y está hoy en libertad.

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- Recuérdenos. ¿Dónde estaba el día de autos?

- No me cansaré de repetir. Aquel día estuve con la que hoy es mi esposa, Tanya.

- Durante estos últimos años su defensa ha logrado reunir numerosas pruebas a su favor. ¿Serán suficientes para obtener un veredicto de no culpabilidad?

- Creo que llegaremos al nuevo juicio mucho más preparados. Pienso que a la Fiscalía le va a resultar difícil llevar el caso.

- Con todo ello, ¿cree que será imposible que se pueda repetir lo del juicio anterior?

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- Ese es y será nuestro objetivo. Creo que la verdad terminará por imponerse.

- ¿Quiénes han sido durante todos estos años sus principales apoyos?

- Mi familia sobre todo. Sin ellos creo que no hubiese tenido la fuerza suficiente para llegar hasta donde ahora nos encontramos. ¡La de viajes que han tenido que hacer todos estos años para visitarme a la cárcel! Nunca me han dejado solo y nunca me he sentido solo. Gracias a ellos y a todos los que me han apoyado, ahora estoy bien.

- Su padre siempre ha destacado lo mucho que ha hecho por usted su esposa Tanya.

- Tanya me ha salvado la vida. Sin ella no sería nada. Lo ha dado todo por mí. Ha sacrificado su vida por mí. Tanya para mí es un ángel.

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- Sabe que aquí, en el País Vasco, todos siguen su caso de cerca.

- Claro que lo sé. Y me siento muy afortunado por ello. Les estoy muy agradecido. Es un honor saber que ahí hay mucha gente que está a mi lado y me ayuda a sobrevivir en este infierno que es el corredor de la muerte.

- Paco Larrañaga, otro joven de origen guipuzcoano e hijo como usted de un pelotari puntista y que también fue condenado a muerte en Filipinas, también le ha escrito. ¿Qué mensaje le transmitía?

- Eran palabras de ánimo. Me ha escrito varias veces. Agradezco mucho el apoyo de Paco.

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- ¿Cómo han sido estos veintidós años en prisión?

- Han sido una pesadilla. No sabría expresarlo con palabras. Ha sido tremendamente duro estar preso por unos hechos que no cometí.

- ¿Recuerda cuál ha sido el momento más difícil?

- Ha habido muchos. Uno de ellos fue sin duda cuando murió mi madre. Y otro el día que me declararon culpable y vi la expresión de mis seres queridos que se encontraban entre el público en la sala de vistas. No lo olvidaré jamás.

- ¿Qué es lo primero que piensa hacer cuando salga de prisión?

- Primero tendremos que demostrar mi inocencia. Luego ya veremos. Llevo veintidós años en la cárcel y en estas dos décadas el mundo ha cambiado tanto que cuando salga seguro que ni lo reconoceré. Pero si algo tengo claro es que me gustaría pasar el resto de mi vida con mi mujer y mi familia.

- ¿Piensa venir al País Vasco si recupera la libertad?

- Por supuesto. Estuve cuando era un niño, pero no recuerdo nada. Mi mujer y mi hermano lo han visitado y están muy agradecidos del trato que han recibido. Yo también tengo muchas ganas de ir y darles las gracias por todo lo que han hecho.

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- ¿Qué piensa hacer en el futuro? ¿A qué va a dedicarse?

- Si algo he aprendido en todos los años que llevo aquí es que la fortuna no está garantizada para nadie. Vamos a vivir el día a día. Y lo que deseo y pretendo es dedicarme a mi familia.

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