Gebrselassie: «¡Vamos a correr a tres minutos el kilómetro para calentar un poco!»

Si no tenemos la oportunidad de verle recorrer los 20 kilómetros, se lució lo suficiente en el entrenamiento que organizó Adidas en el paseo de La Concha. Ya en los minutos previos a la quedada (a las 11.00 horas) varios grupos de corredores empezaron a invadir el centro de la ciudad. Todos se dirigían al punto de encuentro con la ilusión de poder ver a un deportista que ha pasado a la historia con sus actuaciones. Abrigado hasta arriba, con guantes, gorro y capucha, el etíope se presentó incluso antes de la hora prevista en la plaza Cervantes de Donostia con una sonrisa y dispuesto a pasar un buen rato.

Más de un centenar de corredores participaron en la quedada y la expectación creada entre los viandantes que paseaban creó una multitud en torno a Haile Gebrselassie. Algunos de ellos no tenían todavía claro si se trataba de Paul Tergat o del propio Gebrselassie. Es lo que pasa cuando dos estrellas de este deporte coinciden en la ciudad con apenas unos días de diferencia. Pero sí, el que se exhibió fue el explusmarquista de maratón con un tiempo de 2h03:58.

Después de sacarse las habituales fotos posando con los aficionados, dedicó unas palabras a los allí presentes antes de ponerse a correr. La ceremonia la dirigió Chema Martínez, también exatleta, uno de los mejores fondistas de la historia del atletismo español y que tiene cuatro txapelas en el podio del Boulevard de San Sebastián.

Introdujo al invitado estrella de la 55 edición de la Behobia-San Sebastián recalcando que «es un tipo increíble, muy amable y os responde a lo que queráis mientras está corriendo». Repasó su trayectoria destacando que «tiene 27 récords del mundo, dos oros olímpicos, siete medallas en campeonatos del mundo y fue el primero en romper la barrera de dos horas y cuatro minutos en maratón».

Advirtió Martínez que «vamos a tener la oportunidad de compartir unos kilómetros con Haile, pero, por favor, no le chinchéis. Corremos con él, no delante de él ni a su lado, porque tiende a ir todavía más rápido. Y este señor es capaz de ponerse a 20 kilómetros por hora y amargarnos la mañana. En la conversación que he podido tener con él le he dicho que también he sido atleta profesional, pero que siempre fui por detrás de él, esta vez tengo la opción de hacerlo junto a él».

Cogió el micrófono Gebrselassie y sin perder la sonrisa bromeó: «¡Venga, vamos a correr a tres minutos el kilómetro para calentar un poco!». El etíope aún se mantiene en forma y suele entrenar todos los días recorriendo unos 10-12 kilómetros, por lo que fue un paseo para él. «¿Estáis preparados? Mañana será otro día y hay que guardar fuerzas para la carrera de mañana. ¿Qué os parece si hacemos 10 kilómetros?», bromeó otra vez. «¡Vamos Martínez!».

Partieron desde la furgoneta provisional que Adidas ha puesto en la plaza Cervantes de Donostia y pusieron dirección Peine del Viento. Más de un centenar de corredores se sumaron a la carrera y después de unos 20 minutos solo un grupo de diez se divisaba a la altura de las instalaciones de La Perla.

Alguien debió de retar por el camino a Gebrselassie porque la leyenda del atletismo corría a una velocidad endiablada, abriéndose paso entre las personas que paseaban. Demostró en esa escena el físico y las cualidades sobrenaturales que tienen este tipo de atletas, haciendo sufrir a sus perseguidores. Solo los deportistas más especiales pueden correr a esa velocidad y aparentar mediante sus gestos que parece que están paseando. Incluso continuaba mostrando su sonrisa.

Siguió su marcha hacia el ayuntamiento para dar tiempo a llegar al resto de atletas. Al volver bajó por la primera cuesta que da a la playa. En la arena realizaron varios ejercicios de estiramientos y descalentamiento durante un cuarto de hora bajo la curiosa mirada de los espectadores que se posicionaron junto a la barandilla.

Al finalizar el entrenamiento, Gebrselassie, después de sacarse varios 'selfies' con los aficionados, se marchó rápido al coche que le llevó al hotel para resguardarse del frío.