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Las empresas del territorio retornaron ayer a la normalidad tras ir recuperando la víspera de forma paulatina su actividad, sin que se produjeran incidentes reseñables ... más allá de la pérdida de producción que en algunos casos se prolongó hasta doce horas, como en las plantas de ArcelorMittal de Olaberria y Bergara. Unas paradas, cuyo impacto económico no resulta fácil de cuantificar, según indican las asociaciones empresariales, y menos cuando tan solo ha pasado un día desde el apagón, ya que las compañías están afanadas en recuperar precisamente el pulso productivo. Con todo, las pérdidas podrían llegar hasta un máximo de 40 millones de euros.
La única manera de realizar una estimación –tal y como hacen las asociaciones empresariales estatales– es teniendo en cuenta el PIB de Gipuzkoa que, según el Eustat, con los últimos datos de 2022, es de 28.820 millones. Habría que dividir esa cifra entre 365 días que tiene el año para saber el impacto por una jornada entera perdida. Pero como el apagón tuvo lugar a las 12.30 horas y afectó a la actividad entre tres y cuatro horas de media, si hacemos el calculo con media jornada perdida arroja prácticamente 40 millones. Para ello se tendría que haber parado toda la actividad durante ese periodo de tiempo. En unos casos fue más y en otros menos.
Más allá de hacer balance y cuentas –«ya habrá tiempo para eso», dicen–, la prioridad ayer era retomar la normalidad tras un parón abrupto, inesperado e inédito. Una de las más afectadas fue ArcelorMittal, que en Gipuzkoa cuenta con sendas plantas en Olaberria y Bergara. Desde la empresa, indicaron a este periódico que el corte de suministro obligó a parar la producción durante un mínimo de doce horas, ya que la actividad no se recuperó hasta la media noche.
Hay que recordar que las acerías son electrointensivas, con lo que el apagón les afectó de lleno. Con todo, indican que ayer por la mañana la potencia era suficiente y pudieron recuperar la normalidad en todas las plantas del País Vasco «sin incidencias y sin ningún daño aparente». También tiene factorías en Getxo, Etxeberri y la localidad alavesa de Legutio.
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Y es que no es lo mismo una parada programada que una inesperada, con el impacto que puede tener en los sistemas productivos. Y en este caso, ArcelorMittal puso echar mano de los grupo electrógenos para mantener los hornos – uno de los procesos más críticos– en condiciones de seguridad para que no se produjeran daños y se pudieran reactivar sin ninguna incidencia.
Como todas las empresas consultadas, los responsables de la acería indican que no suelen dar datos sobre el impacto económico cuando se producen cortes de electricidad. Pero deja claro que esas doce horas «suponen prácticamente un día de producción».
Eso sí, inciden en la necesidad de que haya una seguridad en el suministro eléctrico y sobre todo más potencia instalada para poder atender toda la demanda de la industria. Es una reclamación que hacen al Gobierno central para poder atender todos los proyectos de descarbonización. «El suministro tiene que ser estable y la red debe tener más capacidad. Y una caída como la de este lunes no ayuda a todos los proyectos de inversión. No es buena señal. Demandamos al Ejecutivo de Sánchez que refuerce la red».
En el otro lado de la balanza se sitúa CAF, que aunque también sufrió el corte de suministro durante cerca de tres horas, el «impacto económico fue menos significativo» en la medida en que coincidió en parte con el turno de comidas, con lo que la incidencia no fue tan alta. «Se ralentizó un poco la producción y se aprovechó para realizar otro tipo de tareas más mecánicas gracias a los grupos electrógenos que disponemos. Si hubiera sido dos días o día y medio sería otra cosa». Además, recuerdan que una parada de varias horas no afecta a la entrega de pedidos, ya que los tiempos de producción son largos, de año y medio o dos años.
Las papeleras son, al igual que las acerías, electrointensivas. La papelera Zikuñaga de Hernani también sufrió el parón porque en el momento del corte no tenía operativa la planta de cogeneración, la que produce energía propia para la planta, ya que estaba detenida. Con todo, recuperó la normalidad para la tarde-noche del lunes, señalan, y apuntan que «gracias a la implicación del equipo técnico de la empresa no han tenido incidencias reseñables en la arrancada de la producción, que podría haber sido grave al tratarse de un corte abrupto». La empresa Indar de Beasain se encontraba también ayer a pleno rendimiento después de haber sufrido una parada de entre dos horas y media y tres, lo que obligó a parar el lunes todos los procesos.
Desde el Grupo Mondragon señalan que se fue recuperando la normalidad con bastante celeridad, ya que en la zona del Alto Deba solo les afectó hora y media. En las plantas con fundición, las coladas y los hornos tuvieron una afección mínima gracias a que cuentan con generadores propios. Y en las que trabajan a tres relevos, se pudo recuperar la actividad a media tarde y el turno de noche lo hizo con total normalidad, remarcan.
Desde Confebask, señalan que ayer se recuperó la normalidad en prácticamente todas las empresas vascas sin que hubiera incidencias graves y que cada empresa irá analizando en los próximos días el impacto que ha tenido el corte de suministro y qué medidas adoptar.
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